Una plata que sabe a oro
La selecci¨®n femenina de waterpolo cae en la final ante EE UU (8-5), todo un ¨¦xito si se tiene en cuenta que es su primera participaci¨®n en unos Juegos
La selecci¨®n femenina de waterpolo femenino se colg¨® la medalla de plata de los JJOO tras caer derrotada por Estados Unidos en la final (8-5). Espa?a no pudo con los Estados Unidos, que no dieron opci¨®n; por algo desde que el waterpolo femenino es ol¨ªmpico, siempre se han subido al caj¨®n. Plata en Sidney y Pek¨ªn, y bronce en Atenas 2004, las norteamericanas se suben ahora, por vez primera, a lo m¨¢s alto del p¨®dium. El partido, que cont¨® con la presencia del Pr¨ªncipe Felipe, fue re?ido (1-1) en el primer cuarto y se rompi¨® en el segundo, con un parcial de 4-1. El 5-2 al descanso reflejaba fielmente las dificultades espa?olas para superar la agresiva defensa del veterano equipo norteamericano. Tras el descanso, Espa?a defendi¨® mejor pero sin encontrar boya y con el brazo encogido, se fue seca del tercer cuarto (2-0). Con 7-2 en el marcador, EE UU manej¨® los ¨²ltimos 8 minutos con cautela y Espa?a se solt¨® al fin (1-3).
Estados Unidos 8 - Espa?a 5
Espa?a (1+1+0+3): Laura Ester; Espar (2), Ortiz (-), Pareja (3), Pilar Pe?a (-) Maica Garc¨ªa (-), Laura L¨®pez (-) -equipo inicial-, Bach (-), Meseguer (-), Tarrag¨® (-), Miranda (-) y Blas (-).
?rbitros: Deslieres (CAN) y Stavridis (GRE).
Exclusiones: Windes (2), Rulon, Maggie Steffens, Jessica Steffens (2), Seidemann, Petri y Craig. Ortiz (2), Bach, Miranda, Maica Garc¨ªa, Espar y Laura L¨®pez.
Estadio: Centro Acu¨¢tico de Londres.
La selecci¨®n espa?ola se va con una plata colgada al cuello, pero el valor de la medalla trasciende al metal obtenido y remite a la voluntad de ser mejor cada d¨ªa. Cuando eso ocurre, ganar o perder es casi un matiz del propio juego. El ¨¦xito de las mujeres que prepara Miki Oca habla de esfuerzo, compa?erismo, compromiso, solidaridad, generosidad y tenacidad. Y, por supuesto, de talento. Pero tambi¨¦n de nivel de juego; si compitieron por el oro es, b¨¢sicamente, porque han sabido jugar a waterpolo como se debe hacer: en grupo. As¨ª han disputado todos y cada uno de los partidos, atacando y defendiendo, jugando con la boya o lanzando desde el per¨ªmetro, en superioridad y, muy especialmente, en inferioridad. Eran un equipo de pardillas y ahora son se?oras de la piscina, donde, tras caer ante EE UU, terminaron abrazadas.
Durante el torneo, las chicas que capitanea Jennifer Pareja han cautivado por su manera de entender el olimpismo y por el estilo al defender esos valores. Porque han mordido y han buscado tiro, porque han defendido y han atacado. Anni Espar y sus compa?eras han sabido recoger la bandera de aquella selecci¨®n que capitaneaba Manel Estiarte y de la que Miki Oca ha sido perfecto transmisor de sus valores. ¡°?l nos ha ense?ado la esencia de este deporte, ¨¦l nos hizo creer en nosotras mismas¡±, admiten las guerreras. Pero, tambi¨¦n, son medalla porque han sabido vivir en la planta siete del edificio ocupado por Espa?a con la camarader¨ªa propia de un equipo, ya fuera viendo por la tele a Bolt ganar los 100 metros, animando a sus amigas de la sincronizada, escuchando a los Estopa, pint¨¢ndose las u?as de rojo y amarillo o mimando a Londi, su delf¨ªn mascota, pensando siempre en las compa?eras antes que en ellas mismas.
Eran un equipo de pardillas y ahora son se?oras de la piscina, donde, tras caer ante USA, terminaron abrazadas
Marta Bach y Roser Tarrago son un buen s¨ªmbolo de ello. Se conocieron en Els Capgrossos de Matar¨®, que no es un equipo de waterpolo, sino una colla castellera donde a los seis a?os eran anxanetas, es decir, la ni?a m¨¢s peque?a del grupo, la que trepa por las piernas de la monta?a humana hasta coronar la monta?a humana. Los castells, que son patrimonio de la humanidad, fueron ol¨ªmpicos en Barcelona 92, en las ceremonias de apertura y clausura, pero su esencia se hizo patente como nunca en los partidos del waterpolo femenino espa?ol. ¡°Hacer castells ense?a a trabajar con rigor, tenacidad y esfuerzo, y ense?a a trabajar en grupo, a saber que dependes de tu compa?ero como ¨¦l depende de ti¡±, explica el padre de Marta, que hoy mismo ha llegado a Londres, y que fuera cap de colla de los Capgrossos.
Roser y Marta, que de ni?as eran anxanetas en una colla castellera de Matar¨®, levantaron la mano para coger una medalla
Marta Bach y Roser Tarrag¨® empezaron a nadar para ganar fuerza en las piernas y brazos, y subir m¨¢s r¨¢pido a lo alto del castillo, donde la tradici¨®n marca que el ni?o haga la aleta, levante la mano, para dar por construida la torre. Les enganch¨® la piscina y al poco, como todas sus compa?eras en Londres, se pasaron al waterpolo para vivir el deporte de manera colectiva, conscientes de que ser¨ªan una m¨¢s, en el mejor de los casos, pero imprescindibles, siempre, por s¨ª mismas. O sea, lo que aprendieron coronando castells de nueve pisos. Ellas, Roser Tarrag¨® y Marta Bach, levantaron la mano dentro de la piscina para pedir el bal¨®n y terminaron con una medalla al cuello.
Como el resto del equipo, Roser y Marta, han prometido tatuarse los cinco aros cuando lleguen a Barcelona. Pero el verdadero recuerdo que las acompa?ar¨¢ por siempre es un elogio eterno a su capacidad para pelear por un sue?o y convertirlo en realidad. El waterpolo femenino es plata ol¨ªmpica. O sea, mucho.
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