Un vendaval de decatletas

La Espa?a de los Gasol, Calder¨®n, Navarro y compa?¨ªa no tendr¨¢ solo a un equipo de baloncesto enfrente en la final, sino a una docena de atletas que, adem¨¢s de jugar a baloncesto, corren como velocistas, vuelan como pertiguistas, se elevan como saltadores de altura, tienen manos propias de luchadores y m¨²sculos de boxeadores. Eso es lo que se le viene encima al equipo espa?ol en la ansiada repetici¨®n de la maravillosa final de Pek¨ªn de hace cuatro a?os. A todo eso es a lo que tuvo que hacer frente Argentina en una semifinal que qued¨® vista para sentencia mediado el tercer cuarto y que concluy¨® con un elocuente 83-109.

El partido concluy¨® con otra exhibici¨®n de LeBron James y Kevin Durant, como pudo serlo de Kobe Bryant o acab¨® si¨¦ndolo tambi¨¦n de Carmelo Anthony. Este equipo de Estados Unidos es un vendaval y no depende ni de uno, ni de dos, ni de tres. Su carencia de p¨ªvots, Chandler al margen, no hace sino espolear su despliegue f¨ªsico. Le faltan los hombres m¨¢s altos, pero la determinaci¨®n reboteadora de todos sus componentes resulta espectacular y, desde luego, a Carmelo, LeBron e incluso Durant no se les apreci¨® ning¨²n tipo de d¨¦ficit cuando se fajaron bajo el aro con Scola. Tampoco cuenta Argentina con grandes p¨ªvots y esa es un hecho diferencial muy importante respecto a Espa?a, cuyo fuerte en este campeonato es precisamente poder contar con dos torres con el talento y el f¨ªsico de los hermanos Gasol, con Ibaka y Felipe para darles ox¨ªgeno.

Argentina opuso resistencia durante algo m¨¢s de media parte, y se desenvolvi¨® con evidente aplicaci¨®n. Otra cosa es que eso no le diera para gran cosa. A la que Delfino y Gin¨®bili dejaron de enchufarlas de tres, empez¨® a desvanecerse el tinglado argentino, refugiado casi todo el tiempo en una defensa en zona, inevitable dada su cortedad de efectivos.

El equipo de Coach K domin¨® de tal manera el rebote que pudo permitirse el lujo de lanzar salvas a discreci¨®n y hasta 42 triples, de los que anot¨® 18. La defensa estadounidense permiti¨® tambi¨¦n muchos tiros abiertos. Eso y alg¨²n que otro alarde de Scola en su constante pelea con los Chandler, LeBron y compa?¨ªa, fue lo ¨²nico que concedi¨®. A partir del tercer cuarto, el vendaval ofensivo estadounidense fue ya imparable y la brecha lleg¨® a ser de 29 puntos. La pregunta, ahora, es saber hasta qu¨¦ punto podr¨¢ Espa?a hacer frente a un rival de tanto empaque, probablemente superior al que tuvo enfrente en Pek¨ªn.