Los que corren detr¨¢s de Bolt
El keniano Rudisha y el brit¨¢nico Farah comparten con el jamaicano el podio de los atletas m¨¢s grandes de los Juegos
Usain VI llaman ya al monarca, al rey de Londres. Por una vez, la cara que anunciaba en las semanas previas lo mejor que podr¨ªa regalar Londres al mundo no solo sali¨® confirmada una vez terminados los Juegos, sino incluso reforzada. No solo en su valor deportivo, inmenso siempre, sino tambi¨¦n, incluso, en el medi¨¢tico: inmenso antes, infinito despu¨¦s. Suficiente para que algunos se lancen incluso a proclamarlo el m¨¢s grande atleta de la historia de los Juegos (aunque tenga tres oros menos que Carl Lewis, aunque seguramente nunca intentar¨¢ igualar al estadounidense, pues ya empieza a sembrar dudas sobre sus posibilidades de participar en los Juegos de R¨ªo 2016, cuando tendr¨¢ 30 a?os). Pese a sus 22 medallas de todos los metales en sus tres ¨²ltimos Juegos, m¨¢s de siete por cita, el nadador Michael Phelps ha perdido el combate por KO.
O sea que Usain (nombre de origen ¨¢rabe, nombre de reyes, como Husein de Jordania, que de ah¨ª proviene), m¨¢s que como rey, sale de Londres coronado emperador. Emperador del atletismo, emperador de los Juegos, profeta de los n¨²meros. Hay un estad¨ªstico que las ha contado todas y que ha concluido que de las 16 carreras que ha corrido en la pista ol¨ªmpica (series, semifinales y finales) entre Pek¨ªn y Londres, Bolt ha ganado 15 (qued¨® segundo en una semifinal de los 200 metros en Pek¨ªn) y en ellas ha batido cuatro r¨¦cords mundiales (tres en Pek¨ªn, 100, 200 y relevo; uno en Londres, el relevo; y uno ol¨ªmpico, 100). Y m¨¢s n¨²meros: regalado al mundo por Jamaica casi contempor¨¢neamente, pero despu¨¦s, que Asafa Powell, el primer recordman mundial de la isla en los 100 metros, a la rueda de Bolt ha surgido una generaci¨®n que, sin ¨¦l delante, ser¨¢ la dominadora del mundo; que lo ser¨¢, sin duda, cuando ¨¦l se retire.
Detr¨¢s de Bolt, emul¨¢ndolo, siguiendo sus pasos diariamente en el mismo gimnasio, est¨¢ Yohan Blake, cuatro a?os m¨¢s joven y ya campe¨®n del mundo de los 100 metros y doble subcampe¨®n ol¨ªmpico en los 100 y los 200; y por detr¨¢s, con la misma edad, salt¨® hacia el podio de los 200, bronce, Warren Weir.
Despu¨¦s de los n¨²meros, una imagen con su correspondiente banda sonora (el sonido o, mejor, el ruido, inmenso, atronador, ha sido en realidad, el verdadero rey del estadio, desde las 10 de la ma?ana hasta las 10 de la noche de vitoreadores aficionados apasionados). El s¨¢bado fresco por la noche, ya casi apagados los focos despu¨¦s de la ¨²ltima subida al podio, la de Mo Farah, ganador brit¨¢nico de los 5.000 metros, dos atletas salieron por la puerta de honor hacia la pista, Bolt y Farah, que compartieron ruido y fervor. Para Bolt, como reconocimiento al mejor de todos; a Farah, como el mejor de los brit¨¢nicos, pero tampoco tan lejos del fen¨®meno jamaicano.
De las 16 carreras que Bolt ha corrido en la pista ol¨ªmpica entre Pek¨ªn y Londres, ha ganado 15
La figura de Farah, el atleta que gan¨® los 5.000 y los 10.00 metros, obliga a crear una especie de podio final del atletismo en cierta forma, sobre todo por su nacionalidad brit¨¢nica, lo que le ha agigantado medi¨¢ticamente. Pero esa necesidad, la del podio, habr¨ªa sido urgente, incluso si no hubiera existido Farah, solo para acomodar a David Rudisha, el rey David.
El joven masai lleg¨® a los Juegos con un desaf¨ªo extraordinario enfrente, casi superior al de Bolt: ganar su prueba, los 800 metros (algo que se daba por hecho) y ganarla adem¨¢s batiendo el r¨¦cord del mundo con ello, bajando por primera vez de la barrera de 1m 41s. En un acto de generosidad sin l¨ªmites, lo que se llama esp¨ªritu ol¨ªmpico, esa obligaci¨®n de dar lo mejor de uno llegado el momento, Rudisha estuvo a la altura. Bati¨® el r¨¦cord y dignific¨® su distancia, los 800, dej¨¢ndola como la ¨²nica de medio fondo y fondo masculino en que se ha batido en un campeonato, sin liebre.
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