El ciclista boxeador
El franc¨¦s Bouhanni, volc¨¢nico, atrevido e irascible, sabe ganarse el espacio en el pelot¨®n
Se esperaba a Nacer Bouhanni en la meta de Logro?o. Es velocista y campe¨®n de Francia al amparo del trazado que el pa¨ªs galo prepar¨® a imagen y semejanza de lo que se iba a encontrar en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. Jalabert no pensaba en ¨¦l, sino en otros ciclistas. Tanto que ni siquiera lo llev¨® a la capital inglesa, a pesar de portar el maillot nacional. Bouhanni, cuarto en Logro?o, a pesar de su juventud (22 a?os) est¨¢ acostumbrado a buscarse la vida, por lo que no extra?a las incidencias que se producen en los sprints masivos, los codazos, los golpes de manillar, los agarrones.
?l trabaja solo, sin ayuda de compa?eros que puedan dejarle, como a Degenkolb, en el sitio exacto en el momento preciso. Va por libre y los golpes no le asustan. No en vano, mezcla su preparaci¨®n invernal para el ciclismo con el boxeo, una disciplina que le gusta y que sin duda le anima a sobrevivir en la jaur¨ªa del pelot¨®n.
Lo suyo no es hundirse ante la fatalidad, ni cuando Jalabert, el seleccionador nacional, lo apart¨® de los Juegos
Sus andanzas, seg¨²n contaba L??quipe, le relacionan con su primer fiasco, el que sufri¨® en Turqu¨ªa cuando al intentar un sprint, el veterano Petacchi lo apart¨® de un empuj¨®n, con la mala suerte para el italiano que result¨® que ambos equipos, el suyo y el del franc¨¦s (de padre y abuelo argelinos), se alojaban en el mismo hotel. Bouhanni lo estuvo buscando toda la tarde y cuando Petacchi se enter¨®, decidi¨® no bajar al comedor y que le subieran la comida a la habitaci¨®n. Se tem¨ªa lo peor.
La m¨¢xima de Nacer es que ¡®yo jam¨¢s pongo la otra mejilla¡¯. Tampoco lo suyo es hundirse ante la fatalidad, ni cuando Jalabert, el seleccionador nacional, lo apart¨® de los Juegos, ni cuando ve inalcanzable a Degenkolb. No hay mejillas que valgan, porque poner la mejilla en el boxeo es invitar al rival a que te parta la cara. Volc¨¢nico, atrevido, irascible y justiciero, a Bouhanni, el ciclista m¨¢s caracter¨ªstico de La Fran?aise des Jeux, se le sigue esperando en las l¨ªneas de llegada. Pero que no le empujen, que se enfada.
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