El indomable Degenkolb
El espr¨ªnter alem¨¢n vuelve a ganar en Logro?o con la misma t¨¢ctica y el mismo estilo
Le van a coger man¨ªa. Le van a mirar mal. Le van a crucificar en cada cena. No por ganar, que ya se sabe que los esprinters cuando cogen la racha suelen ser reiterativos. Le van a odiar por la forma de ganar, siempre cogiendo la rueda, como a traici¨®n, con el punz¨®n entre los dientes presto a la cuchillada en el ¨²ltimo callej¨®n.
Degenkolb es as¨ª. Y tiene su estrategia. Y su estilo. Todo muy curioso. Nunca va por delante hasta que se puede olfatear el olor a pintura de la l¨ªnea blanca de meta. Antes se esconde a las espaldas del intr¨¦pido forajido que dispara antes de tiempo. Ayer fue un experto, como Daniele Bennati, que parec¨ªa redivivo. El italiano fue su v¨ªctima, como en Viana lo fue Allan Davies.
A ambos los bati¨® de igual manera, haci¨¦ndoles creer que la remontada era imposible, que apenas quedaba un golpe de ri?¨®n, un par de pedaladas y que el alem¨¢n se ahogaba all¨ª detr¨¢s, sin viento y sin aliento. Mentira. Cuando arranca Degenkolb es cuando se mueve el viento. Le bastan unos pocos metros para lanzar ese sprint m¨¢s voluptuoso que est¨¦tico, con su estilo trot¨®n, all¨ª cabeceando a impulsos, a espasmos, tirando de chepa y cabeza, de ri?¨®n y de piernas, como corren los dromedarios que parecen morir y est¨¢n m¨¢s vivos que el agua.
Clasificaciones
5? etapa
1. John Degenkolb (ALE/ Argos), 4h 10m 37s
2. Daniele Bennati (ITA/ RadioShack), m.t.
3. Gianni Meersman (BEL/ Lotto), m.t.
4. Nacer Bouhanni (FRA/ FDJ), m.t.
5. Elia Viviani (ITA/ Liquigas), m.t.
General
1. Joaquim Rodriguez (ESP/Katusha) 13h 18m45s
2. Christopher Froome (R.U./Sky) a 01s
3. Alberto Contador (ESP/Saxo Bank) a 05s
4. Bauke Mollema (HOL/Rabobank) a 09s
5. Robert Gesink (HOL/Rabobank) a 09s
6. Rigoberto Uran (COL/Sky) a 11s
7. Daniel Moreno (ESP/Katusha) a 14s
8. Nicolas Roche (IRL/AG2R) a 24s
9. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 36s
10. Laurens Ten Dam (HOL/Rabobank) a 46s
As¨ª volvi¨® a ganar Degenkolb, como siempre, con la rutina del ¨¦xito, sin tapujos, con m¨¢s apreturas que la primera vez pero con id¨¦ntica tranquilidad y el mismo esfuerzo, es decir, el m¨¢ximo, exigido por la experiencia de Bennati y en una llegada absolutamente llana, sin el repecho que a ¨¦l le anima a desbocarse. A fecha de hoy, el buen alem¨¢n parece invencible. Solo el tr¨¢nsito por la gran monta?a puede mermarle las fuerzas que de momento le sobran para ganar en las llegadas masivas.
El resto fue la tranquilidad esperada. Un circuito urbano, al que hay que darle muchas y muchas vueltas, no es precisamente el escenario que anima a los ciclistas a la gran pelea. Menos a¨²n con un calor seco, clavado en los costados y en la frente, y con las ganas justas para cumplir el expediente. Chac¨®n, el obligado fugado del Andaluc¨ªa, hizo el resto: irse por delante a ver Logro?o y tranquilizar al pelot¨®n, que solo midi¨® el momento adecuado para darle caza y comenzar la etapa de verdad, la que pone los podios, los maillots en juego.
Purito tuvo un d¨ªa tranquilo, Hab¨ªa poco que controlar porque hab¨ªa poco que pelear. Y la pelea afectaba a los que se disputaban el triunfo de etapa, ajenos a disputas mayores o a debates ¨¦ticos, ya dormidos (nunca agotados). Cuando hubo que volar, ah¨ª estaba el Argos-Shimano, el Radioshack, hasta el Euskaltel, el Astana. Cuantos hicieran falta para tratar de colocar a sus velocistas en la rampa de llegada. Degenkolb lleg¨® con un compa?ero por delante. Todo seg¨²n lo previsto. Luego era cuesti¨®n de coger la rueda adecuada y saltar como una cabra montesa, cabeceando, poniendo los ri?ones a prueba y moviendo las piernas como quien mueve columnas poderosas.
Le van a odiar, si no le odian ya. Ayer Bennati tambi¨¦n golpe¨® el manillar, frustrado, enga?ado por un muchacho que parece imbatible, invencible y que esconde toda la rabia del sprint en una sonrisa apacible en cuanto consigue su objetivo. Como si no hubiera hecho nada, como si ya lo hubiera hecho todo. Y a¨²n le queda.
1? etapa: Castroviejo, oreja y rabo
2? etapa: El chupinazo alem¨¢n
3? etapa: El contador se pone en marcha
4? etapa: Un abanico tormentoso
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