Froome le tira el guante a Contador
¡®Purito¡¯ Rodr¨ªguez gana, seg¨²n lo previsto, en Jaca, pero el Sky agobia al ciclista de Pinto, que pierde 18 segundos en la ascensi¨®n, incapaz de responder a un ataque masivo
Hay una tendencia natural a analizar el camino seg¨²n los mapas, la altimetr¨ªa, la velocidad del viento, la can¨ªcula en el term¨®metro, en vez de atender a las consignas de Machado que indican que se hace camino al andar y que, por lo tanto, cada kil¨®metro que pasa, en esta Vuelta, ya no lo volver¨¢s a pisar. El imperio de la teor¨ªa indicaba que un puerto de tercera categor¨ªa pod¨ªa ser tan bello como humilde a la hora de medir las fuerzas de los caminantes. M¨¢s que las fuerzas, las posibles ampollas, el recalentamiento de los pies, si acaso alg¨²n calent¨®n en la cabeza.
Pero Machado se impuso a la tecnolog¨ªa (cosas que pasan cuando la poes¨ªa anda de por medio) y el camino y la estrategia fueron dictando sentencias como si de Juan de Mairena se tratase. La primera, futbol¨ªstica: que no hay enemigo (puerto) peque?o. La segunda, que el m¨¢s grande es capaz de pringarse en cualquier callej¨®n con tal de recaudar bot¨ªn. La tercera, que las apariencias en el ciclismo tienen m¨¢s de realidad que de maquillaje. Las muecas no enga?an, los resultados menos.
Las clasificaciones
Sexta etapa
1. Joaquim Rodr¨ªguez (Katusha) 4h 35m 22s.
2. Christopher Froome (Sky) a 05s
3. Alejandro Valverde (Movistar) a 10s
4. Alberto Contador (Saxo Bank) a 19s
5. Eros Capecchi (Liquigas) a 19s
6. Rigoberto Uran (Sky) a 19s
7. Rinaldo Nocentini (AG2R) a 25s
8. Mauro Santambrogio (BMC) a 28s
9. Nicolas Roche (AG2R) a 28 s
10. Robert Gesink (Rabobank) a 33s
General
1. Joaquim Rodr¨ªguez (Katusha) 22h 04m 32s
2. Christopher Froome (Sky) a 10s
3. Alberto Contador (Saxo Bank) a 36s
4. Rigoberto Uran (Sky) a 42s
5. Robert Gesink (Rabobank) a 54s
6. Alejandro Valverde (Movistar) a 54s
7. Nicolas Roche (AG2R) a 1m 04s
8. Bauke Mollema (Rabobank) a 1m 12s
9. Daniel Moreno (Katusha) a 1m 17s
10. Juan Jos¨¦ Cobo (Movistar) a 1m 34s
Ol¨ªa a puro en el Fuerte del Rapit¨¢n, donde mor¨ªa la etapa tras 13 curvas divertidas y exigentes. Nadie fumaba, pero el Purito Rodr¨ªguez era el se?alado por todos para atribuirse el ¨¦xito y el ciclista catal¨¢n no falt¨® a la cita: asfixiado, acogotado, ungido por sus caracter¨ªsticas pero castigado por las circunstancias. Lleg¨® muerto, pero con el hilo de vida que dicen que dan los estertores para cruzar la meta como si la l¨ªnea de llegada fuera la criptonita de los campeones.
Gan¨® Purito, pero sobre todo gan¨® el Sky, en una exhibici¨®n majestuosa de estrategia y fuerza, hasta el punto de que Froome, el supuestamente asediado, el agazapado, lleg¨® al momento oportuno con los ciclistas oportunos: dos colombianos, impagables, Henao y Ur¨¢n, que convirtieron la subida al Fuerte en un asedio de los viejos tiempos. Fue una subida supers¨®nica, indesmayable, de esas en las que no puedes ni soltar una mano para tirar un bid¨®n. Solo Froome exhibi¨® el orgullo del Tour, cabalgando y mirando a todos los lados, vigilando a sus vecinos, hablando con sus compa?eros para darles indicaciones (se supone que malsanas) para fatigar a¨²n m¨¢s la subida. Era el Froome del Tour, el gigante con ese aire de sobrado, de poderoso pr¨ªncipe o de conde duque del ciclismo.
Y lo fue a pagar el rey de la Vuelta, el m¨¢s inesperado, Alberto Contador, que sufri¨® un golpe de estado en toda regla, agobiado por el ritmo colombiano, desasistido en el grupo de los especiales, condenado a s¨ª mismo y a su misma mismidad. Cuando sus lanceros colombianos aparataron la lanza, Froome lanz¨® el ataque final y Contador se rindi¨®, prefiri¨® que la herida no fuera grave, acept¨® la inferioridad moment¨¢nea y renunci¨® a jugarse el m¨²sculo por una pedalada de urgencia.
Contador acept¨® el s¨ªntoma. Es decir ceder en un puerto de 3? 30 segundos respecto a Purito Rodr¨ªguez, el ganador, y 21 respecto a Froome, el otro terrateniente de la Vuelta (bonificaciones incluidas). ¡°Vale, minimicemos da?os¡±, debi¨® pensar Contador aceptando la moment¨¢nea derrota con su rival keniano y con el incansable Purito que en estas cumbres despide siempre ese olor a fiesta que lleva aparejado su apodo.
El Fuerte del Rapit¨¢n hizo fuerte a Froome en esta peque?a pasarela en la que los principales modistos de la Vuelta desfilan con mayor o peor fortuna. ?Flaque¨® Contador? Un poco. Algo le sec¨® la boca, el aliento, la garganta. Algo le dej¨® quieto sobre la bicicleta en un puerto escaso, duro pero r¨¢pido. Quiz¨¢s le ahogaron los lebreles colombianos m¨¢s que el se?or keniano. Lo cierto es que le cay¨® una peque?a mancha en su hasta ahora inmaculado traje. Ahora le toca frotar y frotar la carrera para devolverle el color al maillot. 36 segundos frente a Purito y 26 frente a Froome, en la general, no es un asunto de fuerza mayor. Pero es un mal indicio. Un pinchazo que conviene reparar urgentemente.
Fue el sobresalto de una carrera que dej¨® un momento psicol¨®gico excelso. Fue cuando Purito y Valverde hablaran en el pelot¨®n y ambos se fueron raudos hacia la cabeza del grupo que quer¨ªa embucharse a los cinco fugados (luego acab¨® haci¨¦ndolo) ?Alarma! No. Era una cuesti¨®n de urgencia. Se trataba de orinar, pero visto lo ocurrido en Logro?o, parece que ahora hay que pedir permiso hasta para vaciar las tuber¨ªas del agua amarilla. Para todo, menos para ganar.
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