Degenkolb, coleccionista de v¨ªctimas
El velocista alem¨¢n gana su tercera etapa y a?ade al italiano Viviani a su lista de damnificados
En el d¨ªa m¨¢s negro de Armstrong, el sol ilumin¨® al de siempre, al buen alem¨¢n, a Degenkolb, que volvi¨® a hacer su eterna travesura, a juguetear con sus rivales, a hacerles ver que pueden ganar cuando sabe que el bot¨ªn es suyo, que la ¨²ltima pedalada le subir¨¢ al podio. Su v¨ªctima fue el italiano Elia Viviani, que est¨¢ loco por ganar una etapa y que hab¨ªa anunciado que esta era la suya, que iba a coger la rueda del alem¨¢n para batirle en esa calle ancha del circuito motociclista.
All¨ª, bajo el calor infernal, con algunos valientes en las gradas, paraguas como sombrillas en ristre y las m¨¢quinas de agua agotadas, lleg¨® un sprint vertiginoso, motociclista, con Viviani a rebufo de Degenkolb, pero luego Degenkolb a rebufo de Viviani. Por detr¨¢s, todo era un caso, con una ca¨ªda masiva que no pareci¨® tener consecuencias graves. Pero delante, en la l¨ªnea de meta, parec¨ªa que el rey iba a ser destronado. En plena ca¨ªda de los dioses, el alem¨¢n parec¨ªa batido por Viviano, por el calor, por el asfalto, quiz¨¢s por la rutina.
Pero Degenkolb se diferencia de los dem¨¢s sprinters en que siempre tiene una pedalada de m¨¢s y un ri?¨®n de m¨¢s. Cuando Viviani estaba a punto de levantar su brazo cantando victoria, lleg¨® el cansino y le arrebat¨® el triunfo como siempre, a ¨²ltima hora, en el ¨²ltimo metro. Y Viviani, a refunfu?ar golpeando el manillar, como sus anteriores v¨ªctimas. Un cl¨¢sico.
Antes, los intr¨¦pidos que desafiaron a Los Monegros fueron conejillos de indias en una escapada controlada. Aramendia el combativo, Lechuga, del Andaluc¨ªa, y un holand¨¦s, Lindeman, y un checo, Rabon, decidieron pasearse en los secarrales aragoneses hasta que el Argos Shimano decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de llevarlos al redil y meter un ritmo infernal a los ¨²ltimos kil¨®metros.
Luego, lo de siempre. Que gana el de siempre. Incluso en el d¨ªa negro de Armstrong, Degenkolb luci¨® su corpach¨®n revestido por el maillot verde la clasificaci¨®n por puntos. La pregunta que se hace el pelot¨®n, una vez resuelta la cuesti¨®n de Armstrong, es: ?Alguien puede batir a Degenkolb en una llegada masiva? Parece que solo si le para la Guardia Civil.
1? etapa: Castroviejo, oreja y rabo
2? etapa: El chupinazo alem¨¢n
3? etapa: El contador se pone en marcha
4? etapa: Un abanico tormentoso
5? etapa: El indomable Degenkolb
6? etapa: Froome le tira el guante a Contador
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