La Vuelta de Valverde
Valverde ha vuelto. No es que haya vuelto a ganar, ya lo hizo en Arrate en esta misma Vuelta y anteriormente en esta temporada, la ¨²ltima sin ir m¨¢s lejos en el pasado Tour. Tampoco es que haya vuelto de su sanci¨®n por dopaje, ya lo hizo a principio de a?o. Lo que ha vuelto es el mismo Valverde con esa capacidad ganadora y ese cambio de ritmo final matador por el que desde sus tiempos de amateur se gan¨® el sobrenombre de El imbatido.
El d¨¦j¨¤ v¨² de la etapa de la Pandera de la Vuelta a Espa?a 2003 no deja lugar a dudas. All¨ª Valverde era la joven promesa del equipo Kelme que asombraba a propios y extra?os con su forma de desenvolverse en los kil¨®metros finales. Hasta sus propios compa?eros estaban asombrados del rendimiento del juvenil, como uno de ellos le llamaba con el mayor de los cari?os. All¨ª gan¨® con las mismas armas que utiliz¨® ayer, nueve a?os despu¨¦s ¡ªcu¨¢ntas cosas han ocurrido en su vida desde entonces¡ª, viniendo desde atr¨¢s en las ¨²ltimas centenas de metros, con una velocidad y un cambio de ritmo ¨²nico que confirmaba el acierto de qui¨¦n le puso ese sobrenombre.
El murciano se deja llevar por el instinto. Su objetivo es llegar hasta donde el cuerpo le aguante
Esta Collada de la Gallina, in¨¦dita en la Vuelta, ten¨ªa cierto paralelismo con la ascensi¨®n jienense. A las dur¨ªsimas rampas con las que se encontraron en los ¨²ltimos cuatro kil¨®metros les suced¨ªan ligeros descansos en los que la pendiente suavizaba, como en ese ¨²ltimo kil¨®metro final de La Pandera, en el que incluso nos encontr¨¢bamos con una corta pero inclinada bajada. Valverde, un corredor con una capacidad ¨²nica en este tipo de esfuerzos, dijo que, tras comprobar despu¨¦s de un primer ataque seleccionador que las fuerzas de todos iban muy justas, decidi¨® seguir la rueda de Purito que era quien mejor conoc¨ªa esta subida.
Por todos era sabido que Purito, el l¨ªder de la general, corr¨ªa en casa, pues durante parte del a?o reside aqu¨ª en Andorra. No en vano declar¨® que ¨¦sta es la subida donde realiza sus entrenamientos de calidad, as¨ª que no hab¨ªa mejor referencia a la hora de regular que seguir su rueda. Eso s¨ª, pudiendo, que esto no est¨¢ al alcance de cualquiera.
Valverde fue quien comenz¨® las hostilidades cuando la cosa se puso seria, tras una etapa corrida a ritmo fulgurante desde la salida; y de esa primera selecci¨®n sobrevivieron los cinco que tuvieron opciones de jugarse la victoria de la etapa, aunque al final fue Froome el que result¨® descartado por el ataque de Contador ¡ªcedi¨® 15 segundos en la meta¡ª, y tambi¨¦n Dani Moreno, el apoyo de Purito en el Katusha cuando la carretera se empina, que se encuentra en un momento de forma excepcional.
Llevamos una semana y, aunque no lo parezca, quedan otras dos. Esto acaba de empezar
En una zona de curvas enlazadas con pendiente dur¨ªsima, fue Froome quien lanz¨® su anunciado ataque. En la respuesta, Contador no se conform¨® con alcanzarle sino que decidi¨® continuar con la aceleraci¨®n dejando clavado al brit¨¢nico lanz¨¢ndose en solitario en busca de la victoria. Parec¨ªa que todo estaba decidido y que la etapa estaba en manos del pinte?o, pero de todos es sabido que Contador, donde de verdad hace da?o es en el cambio de ritmo. Una vez que pierde la inercia de esa aceleraci¨®n, bastante tiene con mantener la velocidad de ascensi¨®n previa y aprovechar las ventajas que le da el hecho de poder desembarazarse de esta manera de sus rivales. Eso lo saben bien Purito y Valverde, pero para poder aprovecharse de esto hacen falta piernas en esos momentos.
Purito regul¨® con inteligencia sabiendo bien d¨®nde estaba su l¨ªmite en esta subida; y Valverde, igualmente inteligente, decidi¨® confiar en ¨¦l, sold¨¢ndose a su rueda. As¨ª llegaron a los metros finales, y Valverde, entonces, se dej¨® llevar por su instinto, el mismo de La Pandera en 2003 y el mismo de tantas otras ocasiones que tantas alegr¨ªas le ha dado. Ahora Froome y Contador se encuentran igualados en su particular guerra ¡ªempate, uno a uno¡ª a 33 y 40 segundos de Purito respectivamente, mientras que Valverde da la impresi¨®n de vivir al d¨ªa sin m¨¢s objetivo que llegar hasta donde el cuerpo le aguante.
Veremos, que estamos el final de la primera semana, y a¨²n quedan otras dos. Y aunque no lo parezca, esto no ha hecho m¨¢s que empezar.
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