Fallece Ram¨®n Sota, la semilla del golf
Fue uno de los grandes pioneros en Espa?a y el t¨ªo de Seve Ballesteros, a quien transmiti¨® su pasi¨®n
Pasados los 70 a?os, Ram¨®n Sota se levantaba a las nueve de la ma?ana en su casa junto al hoyo 6 del Real Club Golf de Pedre?a, la misma en la que naci¨® en 1938 y donde viv¨ªa con su mujer, Mar¨ªa del Pilar, y bajaba caminando al campo a dar unas bolas. El golf segu¨ªa muy vivo en ¨¦l, como siempre lo estuvo, desde esa infancia de penurias y escaseces hasta convertirse en el gran pionero espa?ol, sexto en un Masters, s¨¦ptimo en un Open Brit¨¢nico, hasta transmitir m¨¢s tarde su pasi¨®n a un sobrino llamado Severiano Ballesteros. Ram¨®n Sota falleci¨® la pasada noche a los 74 a?os, y con ¨¦l se march¨® el recuerdo de una ¨¦poca irrepetible.
La historia de Ram¨®n Sota es la historia de la supervivencia, de un ni?o pobre que am¨® el golf y cumpli¨® sus sue?os, de c¨®mo la pasi¨®n que brot¨® por el deporte en unos cuantos pioneros comenz¨® a transformar un pa¨ªs dormido. Naci¨® en el Cant¨¢brico, en el club de Pedre?a, entre el mar y la monta?a. Diez a?os antes, un terreno comprado a unos labradores de la zona se convirti¨® en un campo de golf para atraer a los turistas brit¨¢nicos y a la burgues¨ªa espa?ola. Ah¨ª naci¨® Ram¨®n Sota en 1938, el s¨¦ptimo hijo de Marcelino y Asunci¨®n, labradores y ganadores. El peque?o entr¨® pronto en una cadena familiar dedicada a sobrevivir del campo y del mar. As¨ª lo recordaba ¨¦l en una entrevista a este peri¨®dico en abril de 2011: ¡°Mis padres ten¨ªan tierras a 140 metros del green del 6. Cultivaban ma¨ªz, habichuelas, alfalfa y cebada para el ganado. Ten¨ªamos unas vacas. En casa no hab¨ªa ning¨²n sueldo. La vida era muy dura. Yo deb¨ªa hacer los trabajos caseros y luego ven¨ªa al campo de golf a hacer de caddie de los se?oritos. Ten¨ªa nueve a?os y me pagaban tres pesetas por recorrido. Solo pod¨ªamos jugar en septiembre, en el campeonato de caddies. El resto fue siempre a escondidas. Si te cog¨ªan, te quitaban el palo. Al atardecer, ya no jugaban los socios y me met¨ªa yo. Jugaba hasta la noche. No pod¨ªa ir al colegio, as¨ª que iba a clases particulares, dos horas, 40 pesetas al mes. Aprend¨ª las cuatro reglas b¨¢sicas. Y a ganarme un duro¡±.
Hijo de labradores y ganadores, se cri¨® trabajando en el campo y en el mar, y so?ando con el golf
Mientras pescaba quisquillas y cuidaba de las vacas, Ram¨®n Sota aliment¨® su amor por el golf. Su t¨ªo Victoriano tra¨ªa a Pedre?a un barco llamado Caddy. ¡°Ah¨ª ven¨ªan los grandes, y uno de los grandes era el duque de Alba. Llevaba un malet¨ªn con ropa. Mi t¨ªo me lo daba para que se lo subiera a la habitaci¨®n. Y al duque le entraba un carraspeo: ¡®Muchas gracias, chico¡¯. Y me daba ?cinco pesetas! As¨ª crec¨ª. Hasta que el golf entr¨® en m¨ª. Me convenc¨ª de que el ganado no daba mucho¡±.
Segar, pescar, labrar¡ la vida en el campo le hab¨ªa hecho fuerte, robusto. Comenz¨® a ganar todos los torneos de caddies y en 1956 lleg¨® su gran oportunidad. Con unos palos que le envi¨® su hermano Marcelino desde Inglaterra, dinero de su madre y una licencia de caddie, gan¨® a todos los profesionales en el Campeonato de Espa?a. ¡°Dijeron que era suerte, un cuento de hadas, pero yo sab¨ªa que en mis manos hab¨ªa algo m¨¢s que cuento¡±. El hijo del labrador, que tambi¨¦n hizo de caddie de Emilio Bot¨ªn, aprendi¨® ingl¨¦s como pudo, comenz¨® a viajar con los hermanos ?ngel y Sebasti¨¢n Miguel, y a codearse con los mejores.
Hac¨ªa de ¡®caddie¡¯ de los se?oritos por unas pocas pesetas... Hasta que le dejaron competir
El campesino se hab¨ªa convertido en un golfista duro, pele¨®n, temperamental y cabezota, sin complejos. Fue el primer espa?ol que plant¨® cara en Estados Unidos a los mejores del mundo. En el Masters de Augusta de 1965 fue sexto, el mejor resultado de un europeo hasta entonces. Jack Nicklaus, Arnold Palmer y Gary Player se repartieron los tres primeros puestos. Finaliz¨® s¨¦ptimo en el Open Brit¨¢nico de 1963, el mismo a?o en que fue subcampe¨®n de la Copa del Mundo junto a Sebasti¨¢n Miguel, y octavo en 1971. Ese curso concluy¨® primero en el Orden de M¨¦rito Europeo, antes del nacimiento del circuito europeo profesional. Un a?o despu¨¦s, a los 34, se retir¨®. Para entonces hab¨ªa sembrado ya la semilla del golf en Pedre?a (hasta 14 profesionales con el apellido Sota) y en Espa?a. La semilla de la que comi¨® su sobrino Severiano. ¡°Se parec¨ªa much¨ªsimo a m¨ª por esa ilusi¨®n por jugar, por las dificultades que tuvo¡ Tambi¨¦n ¨¦l deb¨ªa jugar a escondidas, en las noches de luna llena, al amanecer, en el mismo campo que yo. Tambi¨¦n ¨¦l se hizo a s¨ª mismo. No me pod¨ªa muchos consejos. ?l observaba¡±.
En los a?os 90, Sota particip¨® en el circuito s¨¦nior. En 2001, inaugur¨® un campo de nueve hoyos en Ag¨¹ero dise?ado por Ballesteros. All¨ª ha crecido una estupenda escuela de golf. Hoy, los ni?os ya no trabajan el campo y pescan como hac¨ªa este incre¨ªble pionero que naci¨® en un campo de golf, junto a un green, y sinti¨® la pasi¨®n por su deporte durante toda su vida.
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