El Valencia vence en la calamidad

Ricardo Costa se sum¨® al batall¨®n de centrales en los ¨²ltimos segundos, junto a Rami y V¨ªctor Ruiz. Se trataba de salvaguardar la primera victoria valencianista del curso como fuera. En medio de la calamidad colectiva resumida en la acci¨®n de Rami, que golpe¨® en la luna del ¨¢rea a De Lucas con el bal¨®n en otro lado. El Celta desaprovech¨® esa falta como otras muchas ventajas concedidas por un Valencia desbaratado en todas las l¨ªneas, vencedor pese a su multitud de defectos. Gracias a un gol en los primeros minutos de cada parte: Feghouli y Cissohko. Pero ni ponerse dos veces por delante le dio tranquilidad al conjunto de Pellegrino, atacado por los nervios toda la tarde, irritante para su p¨²blico, que primero carg¨® contra Parejo y despu¨¦s se conform¨® con un triunfo enga?oso. Al Celta le falt¨® colmillo, acierto y oficio. Se luci¨® en la primera parte con una sinfon¨ªa de toques, pero se fundi¨® en la segunda su centro del campo. Y toda la p¨®lvora introducida por Paco Herrera (De Lucas y Mario Bermejo) se qued¨® en nada.

Toc¨® el Celta, corri¨® el Valencia. As¨ª transcurri¨® la primera parte ante la incredulidad de Mestalla, perpleja al ver a sus jugadores perseguir con la lengua fuera a los due?os del bal¨®n, una pandilla reci¨¦n ascendida formada en su mayor¨ªa por jugadores de la casa. La jerarqu¨ªa de Borja Oubi?a, por ejemplo, no admit¨ªa comparaci¨®n entre la temblorosa medular valencianista. El centro del campo de Pellegrino ofreci¨® un panorama desolador: silbado Parejo desde el cuarto de hora, incapaz de encadenar dos acciones efectivas para su equipo; limitado Tino Costa a las recuperaciones forzosas y sufrientes de la pelota; sin nadie que marcara las pautas de c¨®mo quer¨ªa jugar el Valencia. Reducido al final al pelotazo en busca de un Soldado siempre capaz de transformarlo en oro.

El chispazo del Valencia en el arranque fue eso, un chispazo. Un pase vertiginoso de Jonathan Viera a Feghouli y el tiro cruzado del extremo argelino. El gol, lejos de impulsar al equipo de Pellegrino, lo hundi¨® en una defensa tan recatada como in¨²til. Bast¨® un centro al segundo palo desde la izquierda del lateral Roberto Lago y salt¨® por los aires la zaga local. Cissohko se olvid¨® de mirar a su espalda, empalm¨® sin ¨¢ngulo Cabrales y Diego Alves se abri¨® de piernas. En la raya de gol, lo impuls¨® Krohn-Delhi.

El Valencia sali¨® con m¨¢s ¨ªmpetu tras la reanudaci¨®n y Cissohko cabece¨® desde el balc¨®n del ¨¢rea un centro de falta de Tino Costa. Respondi¨® Iago Aspas con un disparo tan curvado que acarici¨® la red por el exterior. Ambos equipos dieron muchas facilidades defensivas. Pellegrino casi se march¨® al c¨®rner, muy lejos del ¨¢rea t¨¦cnica, para decirle a Tino Costa c¨®mo quer¨ªa que sacara una falta. Sin ¨¦xito. Herrera necesitaba dinamita y recurri¨® primero a De Lucas y, m¨¢s tarde, a Mario Bermejo. Tambi¨¦n pincharon.

El partido estuvo m¨¢s equilibrado y tambi¨¦n m¨¢s ingobernable. Se deshilach¨® el Celta y se centr¨® un rato el Valencia, sobre todo porque se soseg¨® Parejo. Y Feghouli zascandile¨® entre l¨ªneas. En cuando a Viera, gust¨® su desparpajo. Pero la defensa local se derret¨ªa ante cualquier achuch¨®n, as¨ª que Pellegrino opt¨® por alejar al rival lo m¨¢ximo posible. A tal efecto entr¨® Haedo Valdez, para alargar al equipo junto a Soldado. Sin efecto. El Valencia sigui¨® inseguro hasta el final, extraviado, y a expensas de que el Celta sacara provecho o no de la calamidad.