Cristiano felicita al Madrid
En un final ag¨®nico, con los blancos contra las cuerdas, el portugu¨¦s doblega a un City muy plano
Al borde del precipicio apareci¨® la dicha de Cristiano Ronaldo y en Chamart¨ªn se desat¨® la locura, el j¨²bilo propio de las noches de Copa de Europa en las que el Real Madrid ha forjado su leyenda. No import¨® que el equipo local no fuera un ejemplo de f¨²tbol pr¨®spero, hab¨ªa hecho m¨¦ritos suficientes como para no verse ante un posible cisma total, con el Manchester City a un dedo de una victoria que ni se cre¨ªa, consecuencia de la zozobra con la que ha arrancado el curso el Madrid, no de sus propios actos. Oportuno como nunca, el delantero acudi¨® al rescate de algo m¨¢s que un partido que hubiera tenido remedio en la fase de clasificaci¨®n. El gol apurado de Ronaldo sirvi¨® para algo m¨¢s, mucho m¨¢s, que tres puntos. El chico lo celebr¨®, los aficionados, cuyo v¨ªnculo trasciende los particularismos, tiraron fuegos artificiales y el Madrid, el club, su t¨¦cnico y portavoz, se ahorr¨® muchas explicaciones. En una noche de mensajes, con Ramos y ?zil castigados, con Essien al frente para casi nada, Cristiano contribuy¨® a una posible reconciliaci¨®n. Precisamente con ?zil, Modric y Benzema, ya sin Khedira y Essien, el Madrid se hizo equipo, equipo ganador al menos. Antes fue m¨¢s que el City, pero poca cosa.
R. MADRID, 3 - M. CITY, 2
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Varane, Marcelo; Xabi Alonso, Essien (?zil, m. 64), Khedira (Modric, m. 73); Cristiano, Di Maria e Higuain (Benzema, m. 73). No utilizados: Adan, Sergio Ramos, Kak¨¢ y Coentrao.
Manchester City:?Hart; Maicon (Zabalaeta, m. 74), Kompany, Nastasic, Clichy; Javi Garc¨ªa, Yay¨¢ Tour¨¦, Barry; Silva (Dzeko, m. 62), Nasri (Kolarov, m. 36) y T¨¦vez. No utilizados: Pantilimon, Lescott, Rodwell y Ag¨¹ero.
Goles: 0-1. M. 68. Dzeko. 1-1. M. 75. 1-2. M. 84. Kolarov. 2-2. M. 86. Benzema. 3-2. M. 90. Cristiano Ronaldo.
?rbitro: Damir Skomina amonest¨® a Javi Garc¨ªa, Kompany y Dzeko
Santiago Bernab¨¦u, unos 70.000 espectadores.
La debilidad de Mourinho por enladrillar el centro del campo es elocuente. En la Liga espa?ola le cuesta m¨¢s, tiene respuestas en contra, no como en la Premier o el Inter. Cuando se?al¨® al no equipo de Sevilla, hasta el mismo ?zil debi¨® sentir el dedo del m¨ªster en la nuca. Mourinho ya estaba pensando en Essien, no en Modric, al que se supone relevo natural del alem¨¢n, m¨¢xime en un partido en Chamart¨ªn. La suplencia de Sergio Ramos result¨® a¨²n m¨¢s sospechosa. El andaluz fue de los pocos en tomar el altavoz a la salida del Pizju¨¢n: ¡°Culpables somos todos¡±. No es la primera vez. Ya se cay¨® del tendal titular tras la derrota liguera del pasado curso en Valencia ante el Levante. Pero, claro, su condena en Santander no es lo mismo que ante el burs¨¢til Manchester City en la Liga de Campeones. Mourinho no tir¨® de Albiol, al que pas¨® por delante Varane, rescatado de las mazmorras. Cosas del t¨¦cnico portugu¨¦s, que movi¨® el cesto cuando bien sab¨ªa que todo cambio llevar¨ªa impl¨ªcito un mensaje. Al contrario que ?zil, sentado en el descanso ante el Sevilla, s¨ª se libr¨® Di Mar¨ªa.
M¨¢s que por los gui?os cr¨ªpticos de Mourinho, el Madrid parti¨® dispuesto a la reconciliaci¨®n inmediata. No tuvo juego, sino energ¨ªa, intensidad, dientes de sierra. Eso es equipo a ojos del t¨¦cnico. Con Essien y Khedira como centuriones de Xabi Alonso, el Madrid se emple¨® a fondo en cortocircuitar al City muy cerca de Hart, su buen portero. Incapaz de dar salida al juego, de trenzar un par de pases, la multinacional de Mansour bin Zayed Al Nahyan qued¨® en evidencia. A ojos de los petrod¨®lares, como los que maneja este jeque de los Emiratos ?rabes, el f¨²tbol se compra. No es del todo cierto. Por ahora, ¨¦l se ha comprado un pu?ado de futbolistas en el mercado de lujo. No un equipo, de los de Mourinho o de los otros. En Madrid, plaza oscarizada en esto del f¨²tbol, sus chicos no invirtieron en nada. El City fue un conjunto plano, r¨¢cano, uno cualquiera de esos que transitan habitualmente por el Bernab¨¦u en los primeros pelda?os de la Liga de Campeones. Salvo la exuberancia de Yaya Tour¨¦ y alguna tecla de Silva, Hart, el portero, el chico de la cantera, una baratija para el jeque, fue el mejor. Mancini, el t¨¦cnico, tambi¨¦n aprendi¨® los c¨®digos de Chamart¨ªn, del f¨²tbol espa?ol. Con el City a la nada y ya con Nasri lesionado, el italiano no disimul¨® m¨¢s y retir¨® a Silva poco despu¨¦s de la hora de juego. Chamart¨ªn, enciclopedia del buen f¨²tbol, se puso en pie para despedir al canario, deseado no hace mucho en la casa blanca. Al instante, Mou rectific¨®: ?zil por el intrascendente Essien.
Sin armon¨ªa, pero con arrestos, el Madrid logr¨® enclaustrar a su adversario y someterle a una bater¨ªa de disparos, la mayor¨ªa desde fuera del ¨¢rea, sin tr¨¢nsito, y protagonizados por Cristiano Ronaldo, de vuelta a casa tras su crisis an¨ªmica. Muy adelantados Khedira y Essien, jugadores poco sutiles pero acero puro para eso del choque y la abnegaci¨®n, el equipo local se plant¨® en el balc¨®n del ¨¢rea ingl¨¦s. Desde ah¨ª, apunt¨® una y otra vez al gol. Junto a CR, tambi¨¦n Marcelo y Di Mar¨ªa tiraron de metralleta. Apenas hubo ataque del Madrid que tuviera otro guion, otro final que el remate instant¨¢neo desde la frontal. Poco juego por fuera, nadie que filtrara un pase, nada de buscarle las vueltas a la defensa contraria.
Poco a poco, el Madrid se desvaneci¨®, por m¨¢s que siempre estuviera un pelda?o por encima del deste?ido City. Como el f¨²tbol es una ruleta, el partido sonri¨® a quien menos lo esperaba, a quien nada hab¨ªa merecido. Justo tras los cambios de Silva por Dzeko y de ?zil por Essien, Tour¨¦ arranc¨® con el turbo, nadie pudo echarle el lazo, y Dzeko super¨® a Casillas con pericia.
Mourinho reaccion¨® con Benzema y Modric, todo el andamiaje inicial al garete. En un duelo de tantos imprevistos, justo cuando el City m¨¢s se envalenton¨® ¡ªTour¨¦ asust¨® de nuevo a Casillas con 0-1¡ª y el Madrid m¨¢s angustiado estaba, lleg¨® el empate. Y lo hizo por la v¨ªa m¨¢s forzada por el Madrid: el remate lejano. La enganch¨® finalmente Marcelo. Sin Khedira y Essien, con ?zil, Modric y Benzema, el conjunto blanco parec¨ªa tener otro traje. Casi un espejismo. Por en¨¦sima vez, se llev¨® un azote a bal¨®n parado, una falta lateral lanzada por Kolarov que Alonso no acert¨® a despejar. Quedaban poco m¨¢s de cinco minutos y el Madrid, por mucho que no fuera una maravilla, no merec¨ªa tanta penitencia. Encontr¨® consuelo de inmediato en Benzema y el partido se desat¨® hasta el ¨²ltimo segundo, cuando Cristiano sac¨® el l¨¢tigo por ¨²ltima vez, Kompany, incomprensiblemente, se agach¨®, y Hart no pudo reaccionar. Bendita locura. Feliz Cristiano, extasiada la hinchada. Eso es el f¨²tbol y ese es el camino de gente como Cristiano: ventura. Con ¨¦l se felicit¨® Chamart¨ªn, cuya alegr¨ªa est¨¢ por encima de todo.
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