El Sevilla conquista Riazor

Tropez¨® el Deportivo justo cuando el calendario se le empina con dos salidas consecutivas a Madrid (Bernab¨¦u y Vallecas), el Barcelona en casa y la visita al eterno rival de Vigo. La derrota y la perspectiva nublan el horizonte en Riazor, hasta la fecha un tanto empalagado con el buenismo futbol¨ªstico que predica su t¨¦cnico y que muestra el equipo: aseado, pero justito para caminar ante rivales como el Sevilla, bien construidos y con importantes y cotizadas individualidades.

No fue un partido bien jugado. A veces ocurren estas cosas porque el t¨®pico es una certeza: el f¨²tbol es de los futbolistas. Y ya les pueden regalar espacios y herramientas los t¨¦cnicos para que puedan mostrar su talento que sin acierto no hay manera.

Todo fue previsible, el partido se abri¨® como un abanico, casi sin control en el medio campo, entregado al galope de gente como Cicinho, Navas, Pizzi o Bruno Gama, a las epis¨®dicas apariciones de Valer¨®n para poner en carrera a Riki, pero falt¨® finura. No la tuvo Cicinho para explorar uno de los flancos que m¨¢s preocupaba en Riazor. Fall¨®n en el pase, el lateral brasile?o siempre mir¨® hacia adelante, pero apenas conect¨® con Navas, que se busc¨® solo las casta?as y a punto estuvo de encontrarlas, por ejemplo con un derechazo que se estrell¨® con estr¨¦pito en la cruceta mediada la primera parte.

Pugn¨® bien el extremo internacional, un purasangre, capaz de convertir un c¨®rner en contra en una ocasi¨®n de gol a favor tras correr noventa metros con la pelota. Tras ¨¦l unas cuantas camisetas blanquiazules, tampoco todas: el Deportivo padece como pocos en los contragolpes porque est¨¢ plagado de gente con m¨¢s querencia para correr hacia la meta rival que a la propia.

Hubo adem¨¢s esa impresi¨®n de incertidumbre o sufrimiento porque el cuadro local no acab¨® de imponer un ritmo. Igual tampoco lo busc¨®. Se cantan las bondades de un equipo del que se dice que le gusta tener la pelota, pero en bastantes tramos de lo que va de Liga lo que se ha percibido es un Deportivo con m¨¢s prisa por llegar que por manejar. Impaciente como fue al menos mostr¨® variedad. Y cuando Bruno Gama y Pizzi estuvieron sujetos lleg¨® por el medio con Abel Aguilar, que tambi¨¦n envi¨® un remate lejano al palo, o con Valer¨®n cuando consigui¨® detener el tiempo antes de que se le parara el reloj del todo, justo cuando Negredo aprovech¨® un centro de Cicinho para escorar un resultado que rubric¨® Rakitic tras error de Aranzub¨ªa.