La noche que naci¨® el S¨²per D¨¦por
Una remontada ante el Madrid present¨® en sociedad a una alternativa al poder futbol¨ªstico hace ahora 20 a?os
Poco tiempo despu¨¦s de aquella noche, Fran, que ya con 23 a?os era un futbolista referencial en el Deportivo, acudi¨® a un colegio y se qued¨® observando a unos ni?os que jugaban en el patio. Fue entonces cuando tom¨® conciencia de lo que estaba sucediendo: ¡°Todos ped¨ªan ser Bebeto, Fran o Mauro Silva. Los profesores me dijeron que meses atr¨¢s quer¨ªan ser Michel, Butrague?o, Laudrup o Stoichkov¡±. El pr¨®ximo d¨ªa 3 har¨¢ veinte a?os del partido que marc¨® un cambio identitario, de un Deportivo-Real Madrid sobre el que uno de sus protagonistas, Adolfo Aldana, no duda en se?alar. ¡°No es arriesgado decir que marc¨® el inicio del S¨²per D¨¦por¡±.
Era la quinta jornada de una Liga en la que las victorias todav¨ªa reportaban dos puntos, en la que a¨²n se sumaban positivos y se restaban negativos, otro f¨²tbol a cuya gloria el Deportivo no parec¨ªa invitado. El a?o anterior, el del regreso a Primera tras veinte a?os, hab¨ªa sufrido hasta el ¨²ltimo segundo de una promoci¨®n contra el Betis para mantener la categor¨ªa. Y Lendoiro decidi¨® que no iba a volver a pasar hambre. Aldana, suplente en el Madrid, postergado por el fulgor de la quinta del Buitre, hab¨ªa decidido antes del verano que deb¨ªa salir del Bernab¨¦u. Baraj¨® dos ofertas: Sevilla o Deportivo. Pero una ma?ana su compa?ero el central brasile?o Ricardo Rocha le alert¨®. ¡°Ten¨ªamos muy buena relaci¨®n y sab¨ªa de mis dudas entre uno u otro club hasta que se enter¨® de que el Deportivo hab¨ªa fichado a Mauro Silva y le avisaron desde Brasil de que ten¨ªa casi cerrada la incorporaci¨®n de Bebeto¡±. Rocha no daba cr¨¦dito. ¡°Son dos cracks, ?como es posible? Vete para all¨ª porque est¨¢n armando un gran proyecto¡±, le dijo a su amigo.
La pretemporada ya hab¨ªa mostrado que el equipo que le hab¨ªa preparado Lendoiro a Arsenio Iglesias no era una broma. ¡°Ten¨ªamos que explotar, era inevitable¡±, resume Fran. Pero no todos lo ve¨ªan tan claro. ¡°No creo que se pudiera esperar un crecimiento tan brutal¡±, estima Paco Lia?o, un guardameta que llevaba un a?o en el equipo. Hab¨ªa llegado para cubrir la baja por lesi¨®n de su compa?ero Canales cuando estaba en su casa, sin equipo tras haber acabado su vinculaci¨®n con el Sestao. ¡°Y de pronto me vi jugando por ganar la Liga. Disfrut¨¦ del f¨²tbol como jam¨¢s lo hab¨ªa imaginado¡±.
Nunca terminamos de creernos el potencial que ten¨ªamos" Fran, futbolista del Deportivo
El inicio del campeonato hab¨ªa sido fulgurante. Cuatro victorias consecutivas, dos de ellas fuera de casa, en escenarios tan granados como Atocha y en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. En Sevilla el Deportivo mostr¨® que iba en serio la tarde en la que Diego Maradona lleg¨® a la ciudad para sellar su fichaje por el club de Nervi¨®n. ¡°El Deportivo fue muy superior. Mauro Silva y Bebeto manejaron el partido¡±, resumi¨® el argentino, que vio el partido en el palco, tras el partido. A Arsenio le preguntaron en la sala de prensa si los c¨¢nticos de la gente, aquel cl¨¢sico ¡°Diegooo, Diegooo¡±, no hab¨ªan intimidado al equipo. ¡°?Ah! Pues yo lo que sent¨ª es que gritaban Miedooo, miedooo¡±, replic¨® el t¨¦cnico.
El mundo empezaba a conocer a Arsenio. ¡°Le gustaba parecer m¨¢s pail¨¢n de lo que era. De ah¨ª que le llamaran El Zorro de Arteixo¡±, advierte Lia?o. T¨ªmido, retra¨ªdo, pero con m¨¢s retranca que el gallego m¨¢s gallego, Arsenio jam¨¢s se hab¨ªa codeado con la nobleza del f¨²tbol. Todo lo m¨¢s hab¨ªa llevado al H¨¦rcules a ser quinto en la clasificaci¨®n final de la Liga en 1975. Hab¨ªan pasado 17 a?os. Donde ahora habitan t¨¦cnicos con trajes italianos ¨¦l se manejaba con pantal¨®n de tergal y una chaqueta de ch¨¢ndal sobre camisa y corbata. ¡°Era un t¨ªo normal en una profesi¨®n llena de divos¡±, incide Lia?o. ¡°Ejerc¨ªa de padre y tampoco se complicaba mucho. Colocaba a la gente en su sitio y, eso s¨ª, se preocupaba de armar bien al equipo atr¨¢s, de organizarlo a partir de la defensa y con Mauro Silva, que por delante de ella hac¨ªa por tres, con Fran, que era el mejor jugador espa?ol por encima de Guardiola o M¨ªchel. Y con la guinda de Bebeto, que era excepcional, con esa dulzura en el pie, un tobillo ¨²nico¡±, detalla Aldana.
Al partido contra el Real Madrid, dirigido por Benito Floro, hab¨ªa llegado el Deportivo l¨ªder, con tres goles de Bebeto y con Aldana recuperado tras un esguince en la rodilla que le hab¨ªa impedido iniciar la competici¨®n. Hab¨ªa reaparecido quince minutos la jornada anterior ante la Real Sociedad e incluso marc¨® un gol, pero Arsenio decidi¨® recibir al Madrid con dos laterales en la banda derecha, Mariano y L¨®pez Rekarte. Aldana esper¨® de inicio en el banquillo, pero a los 25 minutos hab¨ªan marcado Hierro y Zamorano y Arsenio le levant¨® del banquillo. Nadie recuerda otra ocasi¨®n en la que que el veterano t¨¦cnico recompusiera una alineaci¨®n antes del descanso. ¡°Y el segundo bal¨®n que toqu¨¦ sirvi¨® para que Bebeto acortara distancias¡±, apostilla Aldana, gaditano, hoy profesor de Educaci¨®n F¨ªsica en su San Roque natal.
Riazor era entonces un estadio abierto sin cerrar en la parte que da a la playa, pero comenz¨® a rugir como una bombonera. ¡°Sentimos que el ambiente era diferente, que ya no era un estadio con m¨¢s madridistas que deportivistas. Fue como una rebeli¨®n de todos, decir algo as¨ª como estamos aqu¨ª y venimos para quedarnos¡±, relata Lia?o. Lleg¨® entonces una acci¨®n inolvidable que retrat¨® la fe de aquel Deportivo, un bal¨®n que retras¨® Hierro, entonces centrocampista, a la zaga, demasiado largo para Nando, demasiado corto para el meta Jaro. Bebeto se col¨® entre medias para empatar y a diez minutos del final fabric¨® un centro que Ricardo Rocha introdujo en su meta cuando Claudio Barrag¨¢n se aprestaba a rematar. El linier levant¨® su bandera por fuera de juego posicional de Aldana, pero el ¨¢rbitro valid¨® la remontada y nacieron dos leyendas, la de los desastres madridistas en Riazor, donde no vencieron en 18 a?os, y sobre todo la del S¨²per D¨¦por. ¡°Nos convertimos en el segundo equipo de la mayor¨ªa de los espa?oles¡±, rememora Lendoiro. ¡°Se ve¨ªa en el juego una alegr¨ªa como luego nunca hubo. La grada nos lo transmit¨ªa, era todo euforia. Nadie se acababa de creer lo que pasaba, l¨ªderes de la Liga como est¨¢bamos. Fue un aut¨¦ntico boom¡±, explica Fran.
Sentimos que el ambiente era diferente, que ya no era un estadio con m¨¢s madridistas que deportivistas" Paco Lia?o
Dos semanas despu¨¦s el Barcelona, bicampe¨®n de Liga, tambi¨¦n cay¨® en Riazor. Y a los cinco meses el Deportivo le devolvi¨® la visita al Real Madrid todav¨ªa como l¨ªder, dos puntos sobre merengues y cul¨¦s. Esta vez la remontada fue blanca tras un partido que el equipo de Arsenio control¨® y pudo sentenciar con un penalti, que a modo de gui?o del destino, err¨® Djukic. ¡°Nunca terminamos de creernos el potencial que ten¨ªamos. En los partidos importantes fuera de Riazor nos repleg¨¢bamos mucho¡±, lamenta Fran, que aquella temporada vivi¨® una situaci¨®n singular: meses antes se hab¨ªa conocido que tres a?os atr¨¢s hab¨ªa firmado un compromiso con el Real Madrid para haberse incorporado a sus filas en el verano de 1992. Un acuerdo de Lendoiro con Mendoza prorrog¨® una campa?a su estancia como blanquiazul y meses despu¨¦s el club coru?¨¦s recompr¨® sus derechos por 260 millones de pesetas. Se qued¨® en casa y con una ficha mejor. El Deportivo ya compet¨ªa con los grandes.
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