Espargar¨® se desquita, M¨¢rquez enloquece
El de Pons logra una meditada victoria mientras el l¨ªder del Mundial, segundo, brinda espect¨¢culo con adelantamientos de locura
Las vueltas se hacen eternas en el circuito de Alca?iz, con sus m¨¢s de cinco kil¨®metros y esa recta, largu¨ªsima, que precede al curv¨®n, casi una semicircunferencia, que da paso a la de meta. Ah¨ª, en esa recta, en esas dos ¨²ltimas curvas, y tambi¨¦n en la primera, una cerrada, a la izquierda, o en aquella sucesi¨®n en bajada que recuerda al famoso sacacorchos de Laguna Seca, se vio todo tipo de adelantamientos de v¨¦rtigo. Incluido uno por fuera, el que se apunt¨® Marc M¨¢rquez, que enloqueci¨® en su pelea cuerpo a cuerpo con todo el que se ofreciera a pasar un buen rato y acercar carenados. Hubo, por supuesto, muchos interiores, algunos de ellos los firm¨® Pol Espargar¨®, que esta vez s¨ª ten¨ªa las armas y el atrevimiento para plantarle cara a su rival en un viraje y otro. Hasta que se coloc¨® en cabeza, a falta solo de tres vueltas para el final de la prueba. Y ya nadie m¨¢s volvi¨® a molestarle, no solo porque su ritmo era de los mejores, no en vano firm¨® la vuelta r¨¢pida en aquel giro, sino tambi¨¦n porque tras ¨¦l segu¨ªa la pelea por cada metro de asfalto.
La carrera la dirigi¨® a su antojo M¨¢rquez, que tambi¨¦n la perdi¨® por su af¨¢n de atacar cada hueco, cada curva, y por el empe?o del pele¨®n Iannone, que no quer¨ªa dejarle escapar y fren¨® su ritmo. Aunque parec¨ªa el l¨ªder del Mundial tan contento por el espect¨¢culo brindado como por el segundo puesto. Y Espargar¨®, cansado ya de quedarse con la medalla de plata pese a sumar un buen pu?ado de poles, a la sombra de M¨¢rquez en las ¨²ltimas carreras ¨Cno ganaba desde que lo hizo en Silverstone, hace siete grandes premios¨C, fue m¨¢s listo esta vez y aprovech¨® la ocasi¨®n.
El baj¨®n de M¨¢rquez, el empuje de Iannone, el despertar de Espargar¨® y la osad¨ªa de Redding, ocurri¨® en seis ¨²ltimas vueltas de v¨¦rtigo
Fue el piloto del equipo de Sito Pons quien estuvo en todo momento entre la segunda y la tercera posici¨®n, tras M¨¢rquez, o tras Iannone, pues el chico de la pole, Corsi, se desfond¨® pronto, tanto que acabar¨ªa s¨¦ptimo. Y cuando el pupilo de Alzamora baj¨® el ritmo, consciente de que no le interesaba seguir llevando el peso de la prueba, esperando a que el resto volviera a pegarse a su rueda, la jugada no le sali¨® como estaba planificada. Primero, pegado como estaba el de Granollers a su rueda, supo que ten¨ªa que atacar si esta vez quer¨ªa ser ¨¦l quien se subiera a lo m¨¢s alto del podio. Ritmo le sobraba. Lo demostraban sus cronos.
M¨¢rquez, adem¨¢s, se lo puso f¨¢cil. En parte porque la remontada a la que se vio obligado en las primeras vueltas fue mermando su rendimiento: sal¨ªa desde la s¨¦ptima plaza, cay¨® a la octava, pero en solo tres giros ya era tercero y en cinco ya lideraba el pelot¨®n; y en parte, tambi¨¦n, porque, como le gustan los l¨ªos, no esquiv¨® ninguna batalla cuando empez¨® a bajar el ritmo despu¨¦s de haber cargado con el peso de aguantar en cabeza y tirar del resto: se las vio con Espargar¨®, con Iannone en una pelea que se extiende a lo largo de este curso y que lleva camino de convertirse en una lucha ¨¦pica, digna de ser recordada, y hasta con Redding, finalmente tercero gracias a un adelantamiento al italiano en pleno sacacorchos que le vali¨® el podio.
¡°Cuando me han adelantado me he desconcertado y, luego, he perdido mucho tiempo en la pelea con Iannone¡±, reconocer¨ªa al finalizar la prueba. Todo, el baj¨®n de M¨¢rquez, el empuje de Iannone, el despertar de Espargar¨® y la osad¨ªa de Redding, ocurri¨® en seis ¨²ltimas vueltas de v¨¦rtigo. Cada curva parec¨ªa la ¨²ltima. Y no parece que eso vaya a cambiar en las cuatro carreras que restan con un l¨ªder del Mundial con 48 puntos de ventaja y el desparpajo y la irreverencia que solo tienen los campeones. Buscaba M¨¢rquez la victoria en Alca?iz. Y no la consigui¨®, pero lo pas¨® en grande con Iannone. ¡°Esto son las carreras¡±, sentenci¨®. Tambi¨¦n buscaba la victoria Espargar¨® y esta vez no se le resisti¨®.
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