Diego Castro acaba con un Mallorca desinhibido

Un remate a bocajarro para aliviar el agobio. Un gol, el de Diego Castro, que liberaba al Getafe de ese v¨¦rtigo que les entra a algunos equipos cuando se ven con un jugador m¨¢s sobre el c¨¦sped a las primeras de cambio. Un zarpazo dentro del ¨¢rea peque?a el que firm¨® el delantero gallego que sell¨® la segunda victoria de la temporada para los azulones ante un Mallorca, que no se resguard¨® en su ¨¢rea. No en vano tuvo, con un jugador menos, las mismas oportunidades que los locales para revertir el marcador.

La expulsi¨®n de Navarro condicionar¨ªa, sin embargo, el comportamiento del Getafe. M¨¢s bien lo aceler¨®. Creci¨® la ansiedad por aprovechar la debilidad del rival. Es el mal que consume a determinados equipos. Para el Mallorca fue una condena, no hab¨ªa planteado un partido reservado. Ha perdido la timidez. En consecuencia se produjo un baile de movimientos. Los baleares, hinchados por un comienzo de Liga espectacular, renegaron del papel contemplativo y atacaron siempre con balones en largo al corpach¨®n de Hemed. El israel¨ª soporta la carga, mueve la pelota y en tres zancadas recupera el espacio. Una ganga para un equipo en inferioridad. En el Getafe, por el contrario, pesa m¨¢s la transici¨®n del bal¨®n. Se juega por una banda y se termina por la otra. Casi siempre con remates a media distancia, algo en lo que no sobresale la superioridad. Aun as¨ª, Aouate tuvo que emplearse a fondo en varias ocasiones.

No fue una noche est¨¢tica para Moy¨¢, que recibi¨® el primer pellizco con un remate de Hemed, cuyo rechace estrell¨® Oliveira en el poste. Dos remates a distancia, y medio susto en el cuerpo. Reaccion¨® Luis Garc¨ªa introduciendo a Pedro Le¨®n en lugar de Laccen. De nada sirven dos pivotes en el campo si su desempe?o lastra el ataque. La entrada de murciano descarg¨® a Diego Castro, revoltoso, p¨ªcaro, que encontr¨® un socio m¨¢s al que enrolar en la batalla. Al borde del final del partido Nunes pudo conseguir el gol del empate de haber controlado un saque botado por Mart¨ª que lo situ¨® solo frente a Moy¨¢. Al central portugu¨¦s se le escurri¨® el bal¨®n y acab¨® la partido.

Con el tanto de Diego Castro, que dedic¨® al que fuera su t¨¦cnico en el Sporting de Gij¨®n Manolo Preciado, se baj¨® el tel¨®n del partido. Un encuentro vestido de homenaje, que signific¨® la segunda victoria de la temporada para unos, y la primera derrota para otros.