Los ¡®garotos¡¯ hermanados
Rodrigo, delantero del Benfica, manda un mensaje de ¨¢nimo al lesionado Thiago, mucho m¨¢s que un simple amigo de la infancia
La herencia gen¨¦tica, ese hilo transmisor que inocula habilidades y quiz¨¢s hasta configure rasgos de conducta, hizo su parte. La calidad, el tes¨®n para progresar y un entorno equilibrado se encargaron del resto. Tambi¨¦n la inteligencia emocional y la pizca de fortuna necesarias para conducir una carrera. Iomar do Nascimento ¡°Mazinho¡± y Adalberto Machado son hoy dos exfutbolistas orgullosos de sus v¨¢stagos. Thiago Alc¨¢ntara (San Pietro Vernotico, Brindisi; 1991), el hijo de Mazinho, sigue creciendo en su papel de comod¨ªn del centro del campo en el Barcelona de Tito Vilanova. Rodrigo Machado (R¨ªo de Janeiro, 1991), primog¨¦nito de Adalberto, es la principal referencia ofensiva del Benfica.
Rodrigo, Thiago, y su hermano Rafinha, que milita en el Barcelona B, crecieron juntos bajo el manto protector de sus padres, que tambi¨¦n se conocieron muy j¨®venes enfrent¨¢ndose en los reputados campos cariocas: Adalberto, un elegante lateral del fant¨¢stico Flamengo de los a?os 80 cuya carrera se trunc¨® por las lesiones. Mazinho, un volante defensivo que despunt¨® en esa ¨¦poca en el Vasco da Gama antes de dar el salto al f¨²tbol europeo y de proclamarse campe¨®n del mundo con Brasil.
Adalberto recuerda de su hijo que con seis o siete a?os ¡°era capaz de hacer cosas impropias de su edad a nivel de coordinaci¨®n y t¨¦cnica. Era una esponja que aprend¨ªa todo. Siempre quiso ser futbolista¡±. Rodrigo y Thiago compart¨ªan colegio y muchas horas de juegos en R¨ªo. Y tambi¨¦n un mismo bal¨®n: formaban parte de la risue?a legi¨®n de cr¨ªos alistada en la categor¨ªa prebenjam¨ªn del Flamengo y jugaban tambi¨¦n en el equipo de f¨²tbol sala de la escuela. ¡°Siempre estaban juntos¡±, cuenta Adalberto. ¡°En un torneo escolar el director de otro colegio se quej¨®. Dec¨ªa que era imposible que dos ni?os que jugaban a ese nivel, con tanta calidad, fueran juntos al mismo colegio y a la misma clase. Nos acusaban de hacer trampa y tuvimos que presentar los papeles pertinentes para demostrar que era cierto¡±.
En R¨ªo, Rodrigo y Thiago compart¨ªan colegio y bal¨®n: jugaban en la categor¨ªa prebenjam¨ªn del Flamengo
Los ni?os crecieron, sus padres colgaron las botas, pero la relaci¨®n entre ambas familias continu¨®, incluso al otro lado del Atl¨¢ntico. Mazinho cre¨® una escuela de f¨²tbol en Vigo (jug¨® tres temporadas en el Celta) y se llev¨® a Adalberto como director. ¡°La escuela dur¨® solo tres a?os. No cuaj¨®, quiz¨¢s porque en Espa?a, en esa ¨¦poca, la gente estaba m¨¢s pendiente del entretenimiento que de la formaci¨®n¡±, recuerda Adalberto. Su hijo y Thiago jugaron dos temporadas de nuevo juntos en los infantiles del Ureca, un club de Nigr¨¢n, en la comarca de Vigo, y Thiago se quedaba en casa de Rodrigo cuando Mazinho viajaba a Brasil para atender sus negocios. Hasta que en 2005 el Barcelona reclut¨® al mayor de los Alc¨¢ntara para el equipo cadete y la familia se traslad¨® a la Ciudad Condal.
Rodrigo se qued¨® en Vigo, y tras continuar su formaci¨®n en la cantera del Celta (en la que trabaj¨® como ojeador su padre), fich¨® por el Real Madrid en 2009. Su evoluci¨®n y aprovechamiento, muy celebrados por los t¨¦cnicos de la categor¨ªas inferiores de la selecci¨®n espa?ola, chocaron frontalmente con la pol¨ªtica imperante en el club de Chamart¨ªn y Rodrigo acab¨® traspasado al Benfica por seis millones de euros con opci¨®n de recompra.
Rodrigo fich¨® por el Madrid en 2009 y acab¨® traspasado al Benfica por seis millones con opci¨®n de recompra
El club luso lo cedi¨® al Bolton para el curso 2010/2011, y su t¨¦cnico en los Wanderers, Owen Coyle, lo recuerda hoy como un lujo en un equipo modesto: ¡°Y todav¨ªa tiene mucho margen de mejora porque es muy inteligente. Adora el f¨²tbol. Siente la necesidad de ser lo mejor posible y todo obst¨¢culo que se presente en su camino es para ¨¦l un mero incidente que superar¡±. En el Bolton, jug¨® en todas las posiciones del frente de ataque, lo que ahora aprovecha tambi¨¦n en el Benfica: se acopla a la posici¨®n de nueve cl¨¢sico, pero sabe jugar por los costados, desbordar, asociarse, tirar paredes y por supuesto, olfatear el espacio en el ¨¢rea y hacer goles. Y todo con un nivel t¨¦cnico notable. Su padre opina que ¡°esa versatilidad es su gran virtud. Pero en alg¨²n momento tendr¨¢ que definir m¨¢s su posici¨®n, supongo que como delantero centro¡±. El pasado verano Rodrigo renov¨® con el Benfica hasta 2019, obteniendo una sustanciosa mejora de contrato que adem¨¢s finiquitaba la opci¨®n de recompra que el Real Madrid ten¨ªa sobre el jugador. ¡°El Benfica es el club ideal para ¨¦l¡±, dijo Mourinho. Adalberto, que adem¨¢s es el representante de su hijo, sabe que la vida no termina cuando se sale de un club grande. ¡°Lo importante es que ha cumplido su ilusi¨®n de ser jugador¡±.
El director de otro colegio se quej¨® en un torneo. Dec¨ªa que era imposible que dos ni?os con tanta calidad fueran a la misma clase Adalberto, padre de Rodrigo
A m¨¢s de 1.200 km de Lisboa, a las afueras de Barcelona, la familia Alc¨¢ntara recib¨ªa hace pocas semanas a un equipo de la televisi¨®n brasile?a Globo. Una periodista les muestra im¨¢genes hist¨®ricas a Mazinho y a sus hijos. Thiago y Rafinha se retuercen de risa en el sof¨¢ cuando constatan la evidente torpeza de su padre al ejecutar algo remotamente parecido a una voltereta. A?o 1988. Est¨¢ celebrando un golazo suyo con el Vasco da Gama sobre el c¨¦sped de Maracan¨¢ ante el Botafogo. El excentrocampista de la selecci¨®n brasile?a confiesa que para ¨¦l era un sue?o ver a sus hijos con la camiseta de la canarinha. Thiago ya ha debutado con la espa?ola, pero le queda la opci¨®n de Rafinha. El jugador del filial azulgrana se ha decidido por representar a su pa¨ªs de origen. As¨ª se lo hizo saber oficialmente y en persona el pasado mes de abril a Ney Franco, por entonces coordinador de las categor¨ªas de base de la CBF. Mazinho recuerda cuando Thiago ten¨ªa 16 a?os y Rafinha 14. ¡°Llam¨¦ personalmente a la CBF pidiendo informaci¨®n y advirti¨¦ndoles de que en Espa?a hab¨ªa tres ¡°garotos¡± que pod¨ªan ser muy ¨²tiles para las selecciones de base de Brasil: Rodrigo, Thiago y Rafinha. ?Me dijeron que su pol¨ªtica era no contar con los jugadores formados fuera de Brasil! Una l¨¢stima, y no por mis hijos, sino por la calidad que ya ten¨ªan los tres¡±.
¡°Hemos compartido muchas cosas¡±, confirma Adalberto. ¡°Los Alc¨¢ntara y los Machado nos tratamos como una familia¡±. Una familia tan unida por el amor al f¨²tbol que asume como propias las desgracias de cualquiera de sus miembros. Rodrigo confesaba el domingo su pesar por la lesi¨®n de ligamentos que Thiago sufri¨® en el Sanchez Pizjuan, que evitar¨¢ el reencuentro de ambos en el estadio de la Luz. ¡°Estoy muy triste por ¨¦l, porque no est¨¢ teniendo fortuna con las lesiones¡±, dice el delantero. ¡°Es un momento dif¨ªcil para Thiago, pero va a recuperarse pronto con la ayuda de todos los que le queremos. Le conozco muy bien. Es uno m¨¢s de mi familia. Como si fuera mi hermano. Le he dado todo el ¨¢nimo del mundo y s¨¦ que volver¨¢ m¨¢s fuerte¡±.
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