El M¨¢laga se pone guapo

A los pies de Isco, la vida de la pelota se hace lenta. Y, de repente, zas, un zarpazo: un ca?o, un pase entre l¨ªneas, un amago, una pared como las de antes, una aceleraci¨®n inesperada, cualquier cosa que quiera salir de su inagotable bolsa de trucos. El M¨¢laga se gradu¨® anoche ante el Anderlecht, un hist¨®rico venido a menos con esa solidez defensiva caracter¨ªstica de los equipos voluntariosos, que gozan de mucho m¨²sculo, de gran actitud, repleto de jugadores atentos y entregados y, en fin, de poca o muy poca calidad. Eliseu y Joaqu¨ªn pusieron los goles, alguno de ellos espectacular, y sellaron la candidatura de los malaguistas de cara a la siguiente fase de la Liga de Campeones. Pero Isco, que viene avisando desde hace un tiempo, dej¨® algo m¨¢s. Dio muestras de ser uno de esos tipos con algo diferente en los pies, en la cabeza o donde diantres se esconda el secreto de ese juego que se llama f¨²tbol.

En uno de sus cuentos, el escritor argentino Osvaldo Soriano imagin¨® un equipo de f¨²tbol de alg¨²n pueblito perdido en la Patagonia, al que nadie era capaz de meter un solo gol. Semejante agravio estaba prohibido bajo pena de tremenda paliza. Hace un par de semanas, en Italia, el Anderlecht present¨® su candidatura a parecerse a aquel equipo imaginado por Soriano. Ayer repiti¨® t¨¢ctica: un amontonamiento de jugadores atr¨¢s y salidas a la contra a toda velocidad, pero siempre algo cicatero, pensando en guardar la posici¨®n, sabedor de que su fortaleza est¨¢ en la defensa. El Milan fue incapaz de abrir la lata en San Siro. El M¨¢laga tampoco pudo durante toda la primera parte a pesar de que ya cedi¨® alg¨²n destello del inevitable Isco. Pero Bruselas, definitivamente, no es la Pampa. Despu¨¦s de algunos contragolpes bien armados, pero mal finalizados por Joaqu¨ªn, y de una ocasi¨®n clamorosa de Saviola, que el portero sac¨® a duras penas, el mediapunta malaguista se invent¨® uno de esos chispazos al filo del descanso. Pudo acabar en algo m¨¢s: fue c¨®rner. A la salida del saque de esquina, Eliseu acab¨® con la resistencia del Anderlecht: impresionante zurdazo a la escuadra y punto final.

Pellegrini ha armado un equipo al que le encanta tener el bal¨®n, como en su d¨ªa lo fueron su Villarreal o su Madrid

Pellegrini ha armado un equipo al que le encanta tener el bal¨®n, como en su d¨ªa lo fueron su Villarreal o su Madrid. Le van las largas posesiones, la pelota al pie, la paciencia al hilvanar las jugadas, la m¨²sica del toque, toque y m¨¢s toque, hasta que un solista, generalmente Joaqu¨ªn o Isco, pone la sexta velocidad y decide romper con un pase o una penetraci¨®n. Solidario atr¨¢s y muy seguro con el bal¨®n, el equipo espa?ol se dedic¨® a esa tarea toda la segunda parte, ya con el viento a favor. Lleg¨® al ¨¢rea contraria como quiso (cada contragolpe era un vendaval) y apenas concedi¨® oportunidades a un Anderlecht plano, en el que apenas sobresali¨® el exjugador del Liverpool Jovanovich. Siempre, incluso con el marcador en contra, ofreci¨® demasiado poco. Probablemente no hab¨ªa m¨¢s. Con esa diferencia de calidad en el campo, la sentencia era cuesti¨®n de tiempo: siempre por la banda de Isco, en una de esas rupturas el lateral internacional Monreal penetr¨® en el ¨¢rea y logr¨® sacar petr¨®leo. Penalti. Joaqu¨ªn no perdon¨® el segundo gol de la noche. Y poco despu¨¦s, con el Anderlech grogui, Eliseu cerr¨® la cuenta con una preciosa vaselina que sell¨® un 0-3, en el primer partido a domicilio de un M¨¢laga que apunta maneras de equipo revelaci¨®n, en la Liga de Campeones. Y tal vez algo m¨¢s si al entusiasmo de los comienzos, con este Isco titilante, no le acaba siguiendo la habitual melancol¨ªa que conduce a las despedidas.

El Anderlech tiene en su zurr¨®n 30 Ligas belgas, dos Recopas, una Copa de la UEFA, un historial enorme. Mucho pasado. Frente a todo eso, de seguir as¨ª, el futuro es de un M¨¢laga, que dej¨® patente que la clase media espa?ola est¨¢ pero que muy por encima de la aristocracia centroeuropea (al menos, en lo futbol¨ªstico). Ayer, en la capital europea, la ruidosa afici¨®n malaguista disfrut¨® de lo lindo con un equipo bien guapo que ha interiorizado el sello caracter¨ªstico de Pellegrini. Y con un Isco con hechuras de gran jugador al que su gente le grit¨® aquello de ¡°?selecci¨®n, selecci¨®n!¡±.