Tablas en el correcalles

Dos dobletes, cuatro goles, dos nombres. Messi y Cristiano Ronaldo, 16 goles en Liga entre ambos, los ¨²ltimos en el tercer cl¨¢sico de la temporada. Sobresalieron el portugu¨¦s y el argentino en un partido que se movi¨® entre distintas revoluciones. Las alteradas del comienzo, la pausa tras el descanso, y la taquicardia final. Con un Bar?a volcado al ataque y rasgado en defensa tras las bajas de Puyol, Piqu¨¦ y Alves, que se sum¨® a la lista de desgracias. El Madrid, serio y contundente en la marca, pec¨® de tibieza a la hora de controlar al argentino, que volvi¨® a desmarcarse de cuantos tuvo por delante. Pudo sumarse a la fiesta Montoya, que estrell¨® un disparo en el larguero cuando languidec¨ªa el partido y daban las ¨²ltimas bocanadas los peces gordos. No fue as¨ª y qued¨® igualado un cl¨¢sico que se jug¨® como un correcalles, entretenido e imprevisible que deja los n¨²meros como estaban, lo que no define el desenlace de una Liga a la que le restan muchos puntos que repartir.

Se adelant¨® el Madrid por medio de Cristiano Ronaldo cuando apenas se hab¨ªa alcanzado el ecuador de la primera mitad. El portugu¨¦s ajust¨® un potente remate con la pierna izquierda que super¨® la estirada de Vald¨¦s. El portero azulgrana inclin¨® el cuerpo para tapar el palo largo pero el zurdazo le sorprendi¨® por el corto. Consegu¨ªa as¨ª Cristiano su noveno tanto en 16 enfrentamientos con el Barcelona, e inclinaba el partido para los azulgrana, perdidos a la hora de conseguir superar la barrera defensiva del conjunto blanco. El planteamiento de Jos¨¦ Mourinho contemplaba un medio del campo bien protegido por Khedira y Xabi Alonso, al que se sumaba Di Mar¨ªa a la hora de contener las galopadas de Jordi Alba por banda izquierda.

Vilanova por su parte confi¨® en Adriano como central ante la ausencia de Piqu¨¦, que no pudo recuperarse de sus problemas en el tobillo y a pesar de su baja apuntaba a la titularidad de Song, finalmente fue el defensa brasile?o el que ocup¨® su lugar. El error en el tanto de Cristiano provino de un error en el repliegue por banda derecha. Pero los problemas en esa banda no terminaron ah¨ª. Daniel Alves tuvo que retirarse cinco minutos despu¨¦s del gol por dolores en el muslo de su pierna izquierda. De nuevo Vilanova no eligi¨® a Song y fue Montoya el que sustituy¨® al lateral brasile?o.

As¨ª las cosas el conjunto azulgrana trataba de superar la defensa blanca a partir de combinaciones alejadas de la porter¨ªa de Casillas, en casi todas con Messi como enganche. El argentino retras¨® su posici¨®n para tratar de generar superioridad en tres cuartos de campo a pesar de que ese repliegue supusiera alejarse de la porter¨ªa rival. Con Iniesta anclado en la banda izquierda, el manchego fue titular en lugar de Alexis, y Pedro en la derecha, el juego del Barcelona part¨ªa desde el centro para tratar de desbordar por la banda y de nuevo concluir en el carril central. Gracias a una internada del canario y tras rebotar en Sergio Ramos, el bal¨®n lleg¨® a los pies de Messi tras un encontronazo entre Xabi Alonso y Pepe que no se pusieron de acuerdo para despejar el bal¨®n, y el argentino reventaba la red cuando se cumpl¨ªa la media hora de partido. La igualada compensaba el baj¨®n f¨ªsico del encuentro, que hasta el descanso rebaj¨® las revoluciones en busca de un mayor control de bal¨®n.

Los primeros compases de la segunda mitad advert¨ªan el mismo respeto con el que conclu¨ªa el primer acto. El Bar?a, neutralizado el tanto inicial comenzaba a dominar m¨¢s el bal¨®n, algo que al Madrid no pareci¨® importarle demasiado, consciente de que en cualquier descuido pod¨ªa llegar su oportunidad. Sin embargo, lleg¨® una falta al borde del ¨¢rea de Casillas que desestabiliz¨® la aparente calma tensa que dominaba el encuentro. Messi coloc¨® la pelota cerca de la escuadra izquierda de la porter¨ªa del capit¨¢n blanco y se consumaba la remontada. Pero si de algo est¨¢ adoleciendo el Bar?a es de falta de contundencia en defensa. As¨ª, en un pase al hueco por el medio de la defensa lanzado por ?zil encontr¨® Cristiano la oportunidad de devolver la igualada. El portugu¨¦s, dolorido en un hombro tras una chilena fallida minutos antes, enga?aba ahora por bajo a Vald¨¦s y alojaba el bal¨®n, raso y manso, en el palo derecho.

Hasta el pitido final solo Montoya, que estrell¨® un zapatazo en el larguero y Xavi con un saque de falta que se perdi¨® alto pudo desestabilizar el reparto final. Algo que no lleg¨® a producirse. Los goles repartidos, los puntos compartidos, la diferencia resultante la misma.