Un Europeo como premio a la agon¨ªa

Son¨® el pitido final y segu¨ªan celebrando las jugadoras espa?olas unas encima de otras. Se jugaba la selecci¨®n femenina en la repesca contra Escocia disputar el segundo Europeo de su historia, el pr¨®ximo a?o en Suecia 2013 (en 1997 quedaron terceras) y lo consigui¨® rozando el l¨ªmite. Adriana marc¨® un gol que forzaba la pr¨®rroga y las espa?olas avasallaron la porter¨ªa rival. Recibieron otro en la pr¨®rroga con una defensa desastrosa y bajaron la cabeza. Menos Silvia Meseguer, que desde el medio del campo atisb¨® un hueco y de un trallazo volvi¨® a subir a Espa?a al carro. Del que las baj¨® la escocesa Fay, deteniendo un penalti lanzado por Ver¨®nica Boquete a dos minutos del final. Y todo se desat¨® cuando a Boquete, hundida tras el fallo, le cay¨® la pelota de un rechace que pon¨ªa el 3-2 final. El tes¨®n intermitente, lleno de dudas y retomado cuando una jugadora se cargaba a todo el equipo, tuvo su recompensa.

El partido comenz¨® con un control absoluto de la selecci¨®n espa?ola, con una presi¨®n que imped¨ªa a Escocia aventurarse en campo contrario. Las carreras de Ver¨®nica Boquete hac¨ªan subir a todas las l¨ªneas espa?olas. Y sin embargo, la selecci¨®n era incapaz de conseguir algo m¨¢s positivo de los constantes apuros de las escocesas que pelotazos dirigidos por el deseo de que cuanto m¨¢s lejos, mejor.

Las de Ignacio Quereda se olvidaron de poner en pr¨¢ctica su juego, ese que bebe del toque constante de las categor¨ªas masculinas. La zaga roja buscaba colocarle un bal¨®n a Boquete entre las dos torres que Escocia tiene por centrales: Rhonda Jones, del Celtic y Rachel Corsie, del Glasgow. Con las centrocampistas Jennifer Hermoso y Sandra Vilanova desaparecidas, la medular depend¨ªa de Adriana, que milita en el Chelsea y deseaba resarcirse del penalti que fall¨® en la ida. Tanto monopolizaba el juego espa?ol que, cuando cambiaba la banda derecha para escorarse por la contraria, el juego se iba con ella.

Pero de tanta presi¨®n y tanta lucha, Boquete, la delantera del Tyres?, sueco, que con o sin pelota no se deten¨ªa, tuvo que reservarse. Para cuando comenz¨® a caer la lluvia, a poco del descanso, las incursiones escocesas comenzaron a sucederse. Fuese porque la presi¨®n se hab¨ªa relajado, fuese porque con lluvia las escocesas se sent¨ªan como en casa, los apuros empezaron a pasarlos las espa?olas. Hasta el primer gol visitante, un centro rematado con furia por Emma Mitchell, defensa del Glasgow. El tanto en contra, que dejaba fuera del Europeo a La Roja, envalenton¨® a las espa?olas. Las ocasiones se sucedieron, aunque segu¨ªan encomend¨¢ndose a que la menuda Boquete consiguiese zafarse de las centrales. Solo cuando, por darse una y otra vez contra un muro, se cambiaron las formas, se consigui¨® perforar la red.

Una pelota abierta a la banda de Adriana, y el resto se lo hizo sola. Recort¨® con la izquierda y desde la frontal coloc¨® con la derecha, con tanta fuerza como precisi¨®n, el bal¨®n en el palo contrario. Cuando m¨¢s intensa era la lluvia, Espa?a se met¨ªa, cuanto menos, en la pr¨®rroga. De tan largo que fue el descuento por la lesi¨®n de la central McSorley, ambos equipos se vieron con ocasiones tan claras que parec¨ªan querer alargar el partido que acabar¨ªa con uno de ellos en el Europeo. Parec¨ªa que iban a ser las de Reino Unido gracias al gol que marc¨® Kim Little en la pr¨®rroga, pero tambi¨¦n gracias a la permisiva defensa espa?ola, que la dej¨® recorrerse la banda sin marca, recibir sin que nadie la molestase y empujar sin mucha fuerza un bal¨®n que golpe¨® en un palo y sigui¨® err¨¢tico la l¨ªnea de gol para acabar en la red y con las aspiraciones de las espa?olas. Pero la lluvia hab¨ªa acabado. Escocia se sinti¨® lejos de casa. Meseguer lo vio desde lejos y Boquete, que hab¨ªa dicho que estaba ante el partido de su vida, pudo comprobar que es posible enjugar las l¨¢grimas por fallar un penalti con las del rechace ca¨ªdo del cielo que clasifica a tu equipo.