Hechuras de col¨ªder
El Atl¨¦tico demuestra ambici¨®n para desmontar a Osasuna en un duelo enmara?ado
No fue el Atl¨¦tico m¨¢s completo, porque a¨²n le falta redondear un partido redondo en t¨¦rminos de soltura con el bal¨®n, pero casi. Fue ambicioso y no timorato, aunque le costara desenmara?ar a Osasuna. Una vez m¨¢s apareci¨® el hambre de su t¨¦cnico, que con 2-1 no quiso especular con los cambios. Meti¨® a Adri¨¢n y a Arda para tratar de cerrar el partido por la v¨ªa del ataque y lo consigui¨®. Eso evit¨® esos apuros de coraz¨®n en mano de los ¨²ltimos minutos y se lo agradeci¨® la grada. El cambio de hora y la noche fr¨ªa marcaron la llegada del invierno, pero en el Calder¨®n no hace fr¨ªo. Ni en el esp¨ªritu de su hinchada ni en el de sus jugadores.
ATL?TICO, 3 ¨C OSASUNA, 1
Atl¨¦tico: Courtois; Juanfran, God¨ªn, Miranda, Filipe Luis; M. Su¨¢rez, Gabi; Ra¨²l Garc¨ªa (Arda, m. 61), Emre (Adri¨¢n, m. 56), Cebolla Rodr¨ªguez (Tiago, m. 78); y Falcao. No utilizados: Asenjo; Silvio, Koke, y D. Costa.
Osasuna: Andr¨¦s; Oier, Lolo, Arribas, Nano; Pu?al, Annan (Llorente, m. 80); Lamah (Cejudo, m. 72), Timor, Armenteros; y Kike Sola. No utilizados: Riesgo; Rub¨¦n, Echaide y Raoul Lo¨¦.
Goles: 1-0. M. 31. Miranda. 2-0. M. 34. Ra¨²l Garc¨ªa. 2-1. M. 42. Lamah. 3-1. M. 73. Falcao.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a Miranda, God¨ªn, Lamah, Arribas, Falcao y Lolo.
Unos 40. 000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
Hay partidos que miden las hechuras de un equipo. Que le obligan a ense?ar sus recursos pr¨¢cticos cuando el contrario no le dejan expresarse. El Atl¨¦tico volvi¨® a marcar a bal¨®n parado y logr¨® otro tanto de un rechace que premia esa obsesi¨®n por ser un equipo bien posicionado, un remedio ante circulaciones grises y atascadas. Desanud¨® el partido Miranda con un gol muy de central, uno de esos cabezazos incontestables que menean la red. Esta vez no fue Koke, suplente, el que sac¨® la comba a pasear. Fue Gabi a pierna cambiada el que imprimi¨® una de esas trayectorias que se engrandecen con un simple desv¨ªo, un giro de cuello acad¨¦mico como el que plasm¨® Miranda. El tanto de Ra¨²l Garc¨ªa justific¨® su alineaci¨®n. No se dedic¨® a coserse con Juanfran, sino a descolgarse al ¨¢rea en busca de lo que acab¨® encontrando, una segunda jugada para explotar su disparo. Koke es otra cosa, m¨¢s fino para moverse entre espacios reducidos, para girarse o apoyar en corto. Hay una pugna ah¨ª que parece que se decantar¨¢ seg¨²n lo que demande el rival si los estados de forma de uno u otros son parejos.
Osasuna es colista, entre otros argumentos, porque le cuesta hilvanarse en ataque, pero en t¨¦rminos de colocaci¨®n a¨²n le rezuma el sello de Mendilibar. No puso el t¨¦cnico vasco la l¨ªnea de defensa tan alta como acostumbra, ni presion¨® en campo contrario porque el fondo de la tabla acostumbra a mermar la confianza necesaria para ejecutar ese plan. Pero s¨ª le dio para tapar la salida m¨¢s natural de los rojiblancos, God¨ªn y Mario. Casi Siempre con Kike Sola, con Pu?al y con Timor pendientes de obstaculizarse. La respuesta del Atl¨¦tico fue volcar el juego a la izquierda. Meti¨® Simeone al Cebolla Rodr¨ªguez a la izquierda intuyendo de un partido necesitado de ida y vuelta y de pierna dura. Algo de eso hubo y no se dilat¨® porque Mateu supo pararlo con amarillas. Por un d¨ªa se olvid¨® generalmente de su perfil de ¨¢rbitro continuista al estilo ingl¨¦s. Debi¨® intuir que hab¨ªa cuentas pendientes. No se olvid¨® Osasuna del partido de la campa?a pasada en El Sadar, donde el Atl¨¦tico se impuso en el marcador y en el juego subterr¨¢neo.
Falcao pas¨® la mayor parte del partido en peleas en el aire por los balones largos
Jug¨® el Cebolla en toda su expresi¨®n, es decir, una locomotora armada con un ca?¨®n. Suyas fueron las primeras intentonas de abrirle una raja a Osasuna por la banda de Oier, combinando con Filipe Luis uno por dentro y otro por fuera, seg¨²n conviniera. Y cuando no, el zurdo charr¨²a tir¨® de su confianza en su salida explosiva para afrontar el uno contra uno. M¨¢s que regatear, parece que embiste. Controla y arranca con la sexta puesta. Cuando le sale, es un pu?al, y cuando no deja la sensaci¨®n al contrario de que le da igual, de que va flechado sin importarle que delante haya un muro. Dej¨® varias perlas que encendieron a la grada, incluidas una bicicleta y una porrita de tac¨®n a la carrera. El ruido era suyo y el f¨²tbol de nadie. Eso lo acus¨® Falcao, que solo tuvo una ocasi¨®n franca. Un centro esperado desde la izquierda en los primeros minutos que no lo empuj¨® con la contundencia que acostumbra. Para ¨¦l, la mayor parte del partido se qued¨® en esas peleas en el aire en los balones largos y poco m¨¢s. Como jugador de ¨¢rea, su producci¨®n est¨¢ estrechamente relacionada con el f¨²tbol que le venga por detr¨¢s y ayer le lleg¨® poco. De lo mejor que le cay¨® en la segunda parte fue una jugada de Adri¨¢n que quiso culminar de tac¨®n, empujado por esa crecida que hasta le invita a intentar recortes por detr¨¢s de su espalda. Marc¨® cuando Juanfran le puso un caramelo que esta vez s¨ª empal¨® con rotundidad.
Dio tranquilidad ese gol en la grada a la incertidumbre que generaba el gol de Lamah, que como el de Ra¨²l Garc¨ªa fue fruto de la colocaci¨®n. Clav¨® un toque de interior desde la media luna tras una dejada de Kike Sola. Con el 2-1, en el segundo tiempo se dieron esos cambios en el que el m¨¢s trascendente fue el de Adri¨¢n, que esta vez s¨ª dej¨® detalles da?inos. Da la sensaci¨®n de que su buen hacer como pe¨®n en grandes partidos como la final de la Liga Europa o de la Supercopa le han condenado a alejarse del ¨¢rea, algo que le roba duende. Ayer estuvo fino cerca y lejos, prometedor, caliente. Como el Calder¨®n porque ve que su equipo no se cae, que tiene hechuras.
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