Dos campeones, dos trazadas
Vettel y Alonso buscan el t¨ªtulo desde estilos diferentes de pilotaje y gesti¨®n de sus equipos
Los estilos que han llevado a Sebastian Vettel y a Fernando Alonso hasta Austin, donde llegan separados por 10 puntos en el Mundial cuando solo quedan 50 por otorgarse, son tan distintos como lo pueden ser el RB8 y el F2012, sus respectivos monoplazas, Red Bull y Ferrari, las escuder¨ªas para las que corren, o incluso sus vidas fuera de las vistas.
? Coche: Red Bull va por delante. Los trazos que salen del l¨¢piz de Adrian Newey, director t¨¦cnico, son mucho m¨¢s resolutivos que los de Nikolas Tombazis, su hom¨®logo en il cavallino rampante. El F2012 de Alonso es una roca (no ha sufrido un solo abandono por aver¨ªa) pero demasiado perezoso los s¨¢bados. La primera versi¨®n fue decepcionante, la actualizaci¨®n presentada en Montmel¨® (mayo) lo coloc¨® al nivel de los mejores, pero su desarrollo entr¨® en punto muerto. Red Bull tard¨® medio Mundial en encontrar la f¨®rmula que estabilizara su RB8, pero cuando lo consigui¨® (Singapur), volvi¨® a convertirse en la referencia. Los abandonos de Vettel por aver¨ªa en Valencia y Monza apuntan a la fiabilidad como su ¨²nica flaqueza. La demostraci¨®n del alem¨¢n en Abu Dabi, donde remont¨® 20 puestos, es un ejemplo de la fuerza del b¨®lido. ¡°Nuestro coche es muy competitivo. Hemos podido ir sumando muchos puntos que nos han permitido llegar hasta aqu¨ª¡±, argumenta el de Heppenheim, que acumula cinco triunfos, cuatro de ellos consecutivos, y que no se ha bajado del podio desde septiembre. ¡°Hay que mejorar¡±, no hace m¨¢s que repetir Alonso.
La demostraci¨®n del alem¨¢n en Abu Dabi, donde remont¨® 20 puestos, es un ejemplo de la fuerza del b¨®lido
? Gesti¨®n del equipo: compadreo o presi¨®n. Las estrategias que siguen Alonso y Vettel para motivar a sus tropas son diametralmente opuestas. El alem¨¢n busca crear complicidades con todos sus t¨¦cnicos para que se dejen la piel por ¨¦l, m¨¢s all¨¢ del sueldo que reciben por hacerlo, y siempre les agradece los panzones de trabajar que se pegan, tanto los que se desplazan a los circuitos como los que se quedan en la sede. Alonso, por su parte, opta por ponerles siempre bajo presi¨®n para que no se despisten, siempre les exige m¨¢s y m¨¢s y de forma directa, guarda mucho m¨¢s las distancias que su rival y acent¨²a mucho m¨¢s que ¨¦l su rol de l¨ªder.
? F¨¢brica: simulador y t¨²nel de viento. Los dos candidatos se pasan horas y horas subidos a sus simuladores, esas PlayStation gigantes para buscar el mejor compromiso. El t¨²nel de viento, por otra parte, es, probablemente, el componente m¨¢s importante en el desarrollo del prototipo. Cuando Red Bull adquiri¨® Jaguar en 2004 y se traslad¨® a Milton Keynes, Arrows liquidaba su cuartel general de Bedford. La pieza m¨¢s cotizada era su galer¨ªa del viento, una mastod¨®ntica instalaci¨®n construida a finales de los noventa por el ministerio de defensa brit¨¢nico concebida especialmente para trabajar con el Concorde. Dietrich Mateschitz, el propietario del imperio energ¨¦tico, se lo qued¨® y lo ha ido modernizando. El de Maranello ha quedado tan obsoleto que Ferrari ha decidido cerrarlo para remodelarlo y entretanto utiliza el que Toyota posee en Colonia. Este contratiempo explica, en gran medida, la limitada optimizaci¨®n que se ha hecho del F2012. Ambas estructuras disponen de un presupuesto similar que ronda los 300 millones de euros.
? En la pista. El ni?o y el tibur¨®n. Desde hace un par de a?os, la parrilla entera se?ala a Alonso como el piloto m¨¢s completo. Esta temporada no se le recuerda ning¨²n error de pilotaje m¨¢s all¨¢ de una salida de pista en Australia, durante la cronometrada. Metido en faena tiene el hambre de un tibur¨®n, nunca pierde la calma y su mejor virtud es su capacidad para sacar el m¨¢ximo partido del material que posee. Vettel, por su parte, ha madurado mucho pero a¨²n le cuesta gestionar las situaciones apuradas, en las que todav¨ªa se le dispara el pulso. Las sanciones en Monza, donde le cay¨® un pase y siga, y en Hockenheim, donde perdi¨® el podio por adelantar ilegalmente a Button, prueban que a¨²n tiene margen de mejora. ¡°Seb es s¨²per r¨¢pido, pero hay una diferencia importante entre ¨¦l y Fernando que aparece cuando surge alg¨²n problema inesperado¡±, opina Jacques Villeneuve. ¡°Alonso se mantiene sereno, racional, mientras Vettel se cabrea, grita, se agita y hasta ense?a el dedo ¨ªndice. Es como un ni?o¡±, detalla el ex campe¨®n canadiense.
? Fuera del circuito. Si Alonso y Vettel se parecen poco cuando se enfundan el mono, en su d¨ªa a d¨ªa a¨²n est¨¢s m¨¢s alejados. Ambos est¨¢n obsesionados en preservar su vida privada, pero su forma de hacerlo no tiene nada que ver. El espa?ol pretende que nadie haga referencia a su intimidad aunque es ¨¦l mismo quien la airea a los cuatro vientos mediante las redes sociales, mientras que Vettel est¨¢ obsesionado en preservar a su novia de toda la vida, Hannah, y consigue mantenerla alejada de los focos gracias a su complicidad y dotes diplom¨¢ticos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.