El Valencia gana sin jugar a nada

Acostumbrado a vivir en el alambre, el Valencia ha aprendido una nueva manera de ganar: sin f¨²tbol. Le basta aplicar en el ¨²ltimo cuarto el poder de intimidaci¨®n sobre las defensas contrarias de Soldado y Valdez, cazar alguna acci¨®n aislada y disimular una catarata de carencias. As¨ª va sumando sus victorias en casa, maquillando su escasa contabilidad fuera de Mestalla. Esta vez a trav¨¦s de un penalti muy discutible por manos de H¨¦ctor Moreno, que se hab¨ªa deslizado por el c¨¦sped para interceptar un centro desde la derecha de Barrag¨¢n. La jugada ven¨ªa precedida por una falta clar¨ªsima sin se?alizar de Banega. De ah¨ª la ira de los jugadores de Pochettino, expulsados Moreno y Sergio Garc¨ªa tras encararse con el ¨¢rbitro. Pese a lo t¨¦trico de su clasificaci¨®n, el Espanyol meci¨® sin complejos la pelota y solo le falt¨® remate para hacer valer su mayor presencia en la medular. Es un equipo que se desangra en las dos ¨¢reas.

Sin Gago ni Banega al mando, el Valencia fue de una vulgaridad aplastante. Pelotazo va pelotazo viene en busca de alg¨²n error o infortunio en la defensa del Espanyol, puntual al cuarto de hora. El rechace del central Ra¨²l golpe¨® en la cara de Jonas y se convirti¨® en un pase en profundidad a la carrera de Jonathan Viera. El volante canario lleg¨® con ventaja, entr¨® en el ¨¢rea y no se dej¨® impresionar por la presencia de Christian ?lvarez. Al contrario, le coloc¨® el bal¨®n, raso y muy suave, al palo alejado. Viera invita a pensar en un jugador diferente, pero hasta ahora solo ofrece ciertos destellos de grandeza, sin concretarse en una actuaci¨®n convincente.

Pese a sus fisuras defensivas, el Espanyol no perdi¨® la fe en su juego de entrel¨ªneas. Las zonas blandas ocupadas por Sergio Garc¨ªa y Verd¨² despertaban cierto optimismo en la cuestionada figura de Pochettino. Su equipo nunca tuvo prisa. Ni cuando traz¨® una jugada largu¨ªsima, raseando desde su lateral izquierdo, V. ?lvarez, que fue superando todos los obst¨¢culos blanquinegros. La magn¨ªfica prolongaci¨®n de Sergio Garc¨ªa dej¨® el camino despejado a Verd¨² hacia la l¨ªnea de fondo. Su centro era sencill¨ªsimo. Un toque con la izquierda y el remate de Longo, tambi¨¦n solo ante Diego Alves. La fortuna se ali¨® con el delantero italiano: un resbal¨®n le permiti¨® picar cay¨¦ndose el bal¨®n con la zurda. Ante el asombro de Alves.

Cada vez m¨¢s c¨®modo, el Espanyol fue creciendo en el centro del campo a partir del toque de Verd¨² y Sergio Garc¨ªa, mareando en un rondo a Albelda y Tino Costa. Estaba Soldado achicando agua en su propia ¨¢rea cuando Mestalla carg¨® contra su exasperante equipo. Pese a la evidencia, Pellegrino tard¨® en reaccionar mientras que Pochettino sab¨ªa que era su momento. Lo desaprovech¨®.

La incorporaci¨®n de Banega tampoco surti¨® efecto en un primer momento. Perdi¨® regates y pases f¨¢ciles para ¨¦l, como si estuviera mermado f¨ªsicamente. Al p¨²blico solo le quedaba un resquicio de esperanza: Nelson Haedo Valdez. Alguna carga de ¨²ltima hora. Lleg¨® por la derecha tras una entrada de Barrag¨¢n hasta la l¨ªnea de fondo. Su centro golpe¨® en un defensa del Espanyol. A instancias del juez de l¨ªnea, el ¨¢rbitro indic¨® penalti. El pandemonio de los chicos de Pochettino acab¨® por debilitarles del todo. Soldado, desde los 11 metros, es infalible.