Un Valencia sin hoja de ruta
La derrota suele sacar las peque?as miserias del g¨¦nero humano. Los entrenadores, cuando pierden, se vuelven a menudo esquivos y malencarados. Mauricio Pellegrino, sin embargo, encaj¨® con deportividad las dos ¨²ltimas goleadas recibidas, frente al M¨¢laga y la Real Sociedad (nueve tantos en contra), porque entendi¨® que perder forma parte de vivir.
¡°En el f¨²tbol no le tengo miedo a nada¡±, declar¨® en la noche del s¨¢bado, poco antes de ser despachado del club al que ha servido durante 10 a?os, primero como jugador y m¨¢s tarde como preparador. Le pidi¨® a la hinchada que hiciera honor a su nombre en los malos momentos y luego, al acabar la rueda de prensa, se par¨® unos segundos, en la puerta de salida, a atender a una periodista francesa. La dignidad por encima del fracaso y del dolor. No pod¨ªa ni imaginar que, a pocos metros de all¨ª, en el palco, se estaba fraguando su destituci¨®n.
Despedida y autocr¨ªtica en Paterna
¡ú La sala de prensa de Paterna vivi¨® una ajetreada ma?ana. Primero se despidi¨® Mauricio Pellegrino, primer t¨¦cnico destituido en el club desde la salida de Koeman en abril de 2008. Despu¨¦s, Roberto Soldado tom¨® la palabra para liderar la autocr¨ªtica de la plantilla ante la situaci¨®n.
¡ú Mauricio Pellegrino: ¡°Mi destituci¨®n es producto de un calent¨®n y del miedo. Es injusto. No comparto la decisi¨®n, pero esto es f¨²tbol¡±.
- ¡°He pasado 10 a?os en el club como jugador y t¨¦cnico. He vivido cuatro o cinco pa?oladas con C¨²per y con Ben¨ªtez y¡ si no hubo final feliz, al menos la gente termin¨® orgullosa del equipo¡±.
- ¡°Firm¨¦ por dos a?os. Creo en los procesos de trabajo y estoy convencido de que la situaci¨®n del Valencia es coyuntural. Estamos clasificados para los octavos de la ¡®Champions¡¯ y en la siguiente ronda de la Copa¡±.
¡ú Roberto Soldado: ¡°Los jugadores nos sentimos los m¨¢ximos responsables de la situaci¨®n. No hemos estado a la altura ni del m¨ªster, ni de la camiseta. Hicimos el rid¨ªculo. Hay que trabajar como un equipo peque?o, sacar la casta y el car¨¢cter¡±.
- ¡°Como espa?ol y valenciano me gustar¨ªa una plantilla m¨¢s nacionalizada y con gente de la tierra. Pero estoy seguro de que vamos a estar comprometidos hasta el final de temporada porque ante la Real todos sufrimos verg¨¹enza¡±.
Al enterarse, El Flaco se encar¨® al presidente y le reproch¨® su falta de personalidad para aguantar el tir¨®n del p¨²blico. Pellegrino era el mismo que hab¨ªa seducido a Llorente por su rectitud y coherencia hasta convencerlo de que era el id¨®neo para suplir a Unai Emery a pesar de su nula experiencia como primer entrenador. El que se hab¨ªa movido era Llorente, aterrorizado por los c¨¢nticos por primera vez en su contra desde la grada. Llorente presum¨ªa, y con raz¨®n, de no haber echado nunca a un entrenador en sus 15 a?os de distintas responsabilidades en el Valencia: siempre apost¨® por que terminaran su contrato Claudio Ranieri, H¨¦ctor C¨²per, Rafa Ben¨ªtez y Emery, aguantando muchas veces el chaparr¨®n de Mestalla. La diferencia es que ahora el p¨²blico apuntaba directamente contra ¨¦l.
Con la misi¨®n de reducir la brutal deuda heredada de 550 millones, Llorente ha ido solventando el d¨ªa a d¨ªa de una sociedad al borde del colapso, sin mirar a largo plazo, quemando tierra a su alrededor al ejercer de director deportivo, director general y hasta de vicepresidente. No se ha tomado m¨¢s de cuatro d¨ªas de vacaciones al a?o porque se aburre. Y defiende su sueldo de 342.000 euros anuales precisamente por tanta dedicaci¨®n. Pero se distanci¨® de la grada, a la que sigui¨® cobrando los abonos como si la burbuja inmobiliaria continuara flotando. Y Mestalla reclam¨® el s¨¢bado su renuncia. Ahora bien, a las puertas de renegociar dos cr¨¦ditos de cerca de 300 millones antes de final de a?o, su marcha abonar¨ªa la llegada de alg¨²n populista peligroso.
La decisi¨®n de despedir al t¨¦cnico fue irreflexiva y espont¨¢nea, sin un plan alternativo. ?Qui¨¦n va a elegir ahora al nuevo entrenador? El director deportivo, Braulio V¨¢zquez, seg¨²n le ha comunicado Llorente a sus consejeros. Sobre todo porque la elecci¨®n de V¨¢zquez coincide con la suya: Ernesto Valverde, en contra de la opini¨®n de muchos de sus consejeros y del expresidente Pedro Cort¨¦s, que preferir¨ªan a Luis Aragon¨¦s. Llorente recela del car¨¢cter resabiado de Aragon¨¦s.
Pellegrino se encar¨® con el presidente y le reproch¨® su falta de personalidad
A?o tras a?o, convencido de que no ten¨ªa m¨¢s remedio, Llorente ha vendido las joyas de la corona. No hay equipo que salga indemne tras perder a siete internacionales espa?oles: Villa, Silva, Mata, Joaqu¨ªn, Isco, Jordi Alba y Pablo. La plantilla ha sido un poco peor cada curso y un poco menos espa?ola, sin identificaci¨®n con las entra?as de Mestalla. No parece casual que el conjunto de Pellegrino haya rendido mucho m¨¢s en el escaparate de la Champions que en la rutina de la Liga. Si acaso, el defecto de Pellegrino fue sobrevalorar la calidad del plantel y querer jugar como un grande cuando ya no lo era. ¡°Nos hemos cre¨ªdo mucho m¨¢s de lo que somos¡±, reconoci¨® el segundo capit¨¢n, Soldado, despu¨¦s de que el primero, Albelda, hubiese hecho una defensa cerrada de El Flaco pese a no estar jugando apenas con ¨¦l: ¡°Los jugadores no hemos estado a la altura de Mauricio. Es una gran persona y un magn¨ªfico entrenador¡±.
En menos de un a?o, Llorente ha despedido a dos t¨¦cnicos del filial y a uno del primer equipo. La cantera ha seguido dando frutos (Silva, Isco, Jordi Alba y Guaita) pese al escaso aprecio de la presidencia. Y ha despertado una sorprendente admiraci¨®n en los Emiratos ?rabes, donde Llorente viaj¨® la semana pasada en busca de inversores. All¨ª se encontr¨® con que los empresarios asi¨¢ticos le hablaron de Paterna como un vivero de la selecci¨®n espa?ola. Un modelo a copiar.
Llorente prefiere ahora a Valverde, pero sus consejeros le piden a Luis Aragon¨¦s
El club camina sobre el alambre, sin el paraguas de una Generalitat endeudad¨ªsima, y amenazado por cualquier trilero en representaci¨®n de un fondo buitre de inversi¨®n. Un hincha memorioso establec¨ªa ayer un paralelismo entre el despido de Pellegrino y el de su compatriota ?scar Rub¨¦n Vald¨¦s en el Valencia de las primeras jornadas de 1985-86, que acab¨® en el ¨²nico descenso a Segunda Divisi¨®n. A partir de ah¨ª, la entidad vivi¨® una catarsis con el presidente Arturo Tuz¨®n de la que sali¨® fortalecida.
No es necesario llegar hasta ah¨ª. ¡°El respeto es m¨¢s importante que ganar¡±, sentenci¨® Pellegrino en verano, nada m¨¢s llegar al Valencia, como si fuera una premonici¨®n. Apenas cuatro meses despu¨¦s, Pellegrino se marcha, pese al fracaso, con el aplauso de los jugadores y de los aficionados. El club, sin hoja de ruta, queda en evidencia.
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