¡°Con el dinero de hoy, habr¨ªa sido el m¨¢s grande¡±
La estrella de Camer¨²n en el Mundial 90 analiza su carrera y la situaci¨®n del f¨²tbol africano
¡°Delante de su excelencia, uno se levanta¡±. Cuando el exfutbolista Roger Milla (Yaound¨¦, Camer¨²n, 1952) entra en uno de los salones de la residencia que le corresponde como embajador itinerante de su pa¨ªs, ya es larga la cola de visitantes que espera para presentarle un proyecto, pedirle un favor o escuchar su consejo. Pese al ceremonial, es f¨¢cil reconocer en ese hombre vestido con ch¨¢ndal a la estrella del Camer¨²n que sorprendi¨® al mundo llegando a cuartos del Mundial de 1990. De las maderas barnizadas de la sala cuelgan m¨¢scaras tribales. Un gran cuadro le retrata superpuesto a la imagen de un felino, recordando que fue dos veces coronado como mejor futbolista de ?frica. El le¨®n indomable se sienta justo enfrente, ordena sus tres m¨®viles y empieza a gesticular para recorrer con su franc¨¦s de voz raspada una carrera que le vio convertirse en el hombre de m¨¢s edad en celebrar un gol en un Mundial (con 42 a?os; EEUU 1994).
Pregunta. Mucha gente espera para pedirle consejo y ayuda. ?Qui¨¦n le ayud¨® a usted cuando acab¨® su carrera?
Respuesta. Aqu¨ª, en Camer¨²n, nadie. Si hoy soy embajador itinerante es porque el pueblo camerun¨¦s ha reconocido mi valor, porque el pueblo camerun¨¦s ha reconocido lo que he hecho por el pa¨ªs. Por eso, el jefe de estado me dio este puesto. Es cierto que tengo amigos generosos que no me han ayudado personalmente pero s¨ª me han dado medios para ayudar a sonre¨ªr a los hu¨¦rfanos de los que nos ocupamos en mi fundaci¨®n, a los ni?os disminuidos, con sida o inv¨¢lidos, y a los antiguos futbolistas que no han tenido la suerte de encontrar un trabajo tras finalizar su carrera. La vida en Camer¨²n no es f¨¢cil, como en el mundo entero. No es f¨¢cil. En Europa, cuando uno acaba su carrera en un equipo, te guardan un sitio en alguna parte, un puesto, mientras que aqu¨ª, en cuanto dejas de jugar, dejan de saber qui¨¦n eres.
¡°La sonrisa refleja confianza. Eso se transmite tambi¨¦n a los compa?eros¡±
P. Sin embargo, a usted a¨²n le ven como un h¨¦roe en la calle ?C¨®mo vive aqu¨ª?
R. Lo m¨¢s sencillamente posible. Estoy acostumbrado a mi pueblo. Cuando salgo a la calle, no tengo miedo de nada. Tengo contacto con mi pueblo, con los cameruneses y las camerunesas. No le temo a nada. Es como Pel¨¦ cuando se pasea por Brasil. Los ni?os que no me pudieron ver jugar en 1990 han visto los v¨ªdeos de esos partidos. Sus padres se los han contado. Saben lo que hice. Por eso, incluso cuando me paseo y me ven ni?os de dos, tres o cinco a?os, me dicen: ¡°?Roger Milla, Roger Milla!¡±. Se han asociado a ese gesto, a esos gritos, como si hubieran estado presentes en esos partidos. Es una forma de reconocimiento a una carrera muy larga. Jugu¨¦ el m¨¢ximo tiempo posible, me cuid¨¦ mucho, y repetirlo va a ser muy dif¨ªcil para los futbolistas de hoy.
P. Usted jugaba sonriendo, celebraba los goles bailando en el c¨®rner, parec¨ªa feliz siempre sobre el campo.
R. La sonrisa refleja relajaci¨®n, confianza, alegr¨ªa de vivir. Eso, adem¨¢s, se transmite tambi¨¦n a los compa?eros. No se puede jugar con tensi¨®n. El que juega sin sonre¨ªr es porque ha tenido que forjarse como futbolista, porque ha tenido que trabajar mucho desde peque?o, sin un talento de nacimiento. Por eso gente como Messi, como Pel¨¦, como Platini, son todo sonrisa. Para ellos el f¨²tbol es un juego, han nacido con ese talento. A m¨ª, el Se?or me dio un talento innato que no se puede ense?ar. La t¨¢ctica, el f¨ªsico, s¨ª. El talento no. Lo aprovech¨¦.
P. ?Cu¨¢ntas veces se fueron de fiesta en el Mundial de 1990?
R. Muchas.
P. ?El futbolista africano es distinto del resto?
R. Quiz¨¢s los africanos sean especiales. El f¨²tbol africano es f¨²tbol espect¨¢culo. En Europa es otra cosa. En Am¨¦rica Latina es como en ?frica: el juego, el juego, el juego. Hoy eso se ha puesto dif¨ªcil, porque todo el mundo quiere ganar, se utilizan todos los medios para eso. Pero a los africanos lo que nos gusta en el campo es divertirnos. Eso es lo que ha permitido que el f¨²tbol africano coja amplitud, altura. Cuando uno comienza a jugar sobre tierra, y luego pasa al c¨¦sped, se encuentra ante dos superficies totalmente diferentes. Hay que decirlo: la tierra es m¨¢s dif¨ªcil que la hierba. No es plana. Hay piedras, mont¨ªculos, de todo. Cuando uno domina esa superficie, puede dominar cualquier otra, sin importar cu¨¢l sea. Ah¨ª nace la fuerza del f¨²tbol africano. Salimos de ese terreno dif¨ªcil, y cuando vamos a Europa, a la hierba, nos acostumbramos en cuatro o cinco meses. A nivel f¨ªsico, no tenemos ning¨²n problema. Es m¨¢s a un nivel de organizaci¨®n, de disciplina t¨¢ctica. Cuando el jugador africano aprende eso, se convierte en un futbolista muy fuerte.
P. ?Qu¨¦ piensa de esos ni?os africanos que llegan previo pago a Europa y atra¨ªdos por mediadores que les prometen que ser¨¢n futbolistas?
El f¨²tbol africano es ¡®f¨²tbol espect¨¢culo¡¯. En Europa es otra cosa¡±
R. Estoy en contra. El problema son las familias de esos ni?os. Es seguro que lo hacen por dinero, porque la mayor¨ªa de las veces son pobres, gente que quiere mejorar sus condiciones de vida, que no tiene nada. Muchas veces les pregunto: ?Por qu¨¦ enviarles a Europa en lugar de medirles en los equipos de aqu¨ª? Cuando parten de Camer¨²n siendo ya muy buenos, habiendo jugado, no hay problemas. Cuando parten con 14 o 15 a?os, sin haber jugado, si no tienen talento, est¨¢n tirando autom¨¢ticamente su carrera. Hay m¨¢s de 300 futbolistas cameruneses que han tirado as¨ª su carrera. Acaban abandonados por aquellos que les han llevado hasta Europa¡ y acaban en la calle, con su familia sin saber nada de ellos. Ese es el peligro: las familias que creen que su hijo tendr¨¢ dinero por ir a Europa, cuando eso es muy dif¨ªcil. Hay que ganarse el puesto, hay que trabajar, no es f¨¢cil.
P. Varios equipos europeos tienen bases de entrenamiento en ?frica, para seleccionar futbolistas, o han firmado contratos con equipos locales para tener opciones de compra preferenciales. ?Es una nueva forma de colonialismo?
R. Se podr¨ªa llamar as¨ª. Hay acuerdos que son una forma de colonialismo. Es muy peligroso para los ni?os, para los equipos que firman esos contratos. Es simple: es necesario que esos equipos europeos que vienen a ?frica sean serios. Que aporten el mismo material que ellos usan, que den medios a los ni?os, y as¨ª recuperar¨¢n f¨¢cilmente \[su inversi¨®n\] Si lo que dan es dinero a los clubes, ese dinero acabar¨¢ en los bolsillos del presidente de cada club, no empleado en un buen campo para los ni?os, o en medios para ayudar a los ni?os a curarse cuando est¨¢n enfermos. Es otra forma¡ no s¨¦ si se puede decir de colonialismo, pero s¨ª de enga?ar a los ni?os y a sus familias.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s importante que aprendi¨® usted como futbolista?
R. El respeto. Si no te respetas a ti mismo, a tu trabajo, a tus compa?eros, a tu entrenador y a tus adversarios, pasas de lado por tu carrera. Lo aprend¨ª incluso antes de ir a Europa.
P. ?Lo peor que vio?
R. A los deshonestos, a los que tienen deseos de hacer trampas. Eso no tiene cabida en el deporte.
P. ?Qu¨¦ hubiera sido de usted de haber nacido 20 a?os m¨¢s tarde?
R. Ha sido el destino. Dios quiso que naciera cuando nac¨ª. Quiso que hiciera lo que hice. No me arrepiento de nada. A cada uno su vida, a cada uno su destino. El destino de otros es disfrutar hoy lo que otros no pudimos tener antes. Hoy el f¨²tbol es mucho m¨¢s medi¨¢tico, hay muchos m¨¢s patrocinadores, muchos m¨¢s espectadores¡ y se habla de millones en los sueldos y fichajes. Es el destino. Si hubiera habido tanto dinero en mi ¨¦poca, habr¨ªa sido el futbolista m¨¢s grande del mundo.
P. ?Qu¨¦ le parecen los sueldos actuales, como el de Eto¡¯o, en comparaci¨®n con lo que ocurre en ?frica y la crisis mundial?
R. No tiene nada que ver. Cuando Samuel se fue de aqu¨ª no era nada. En Europa trabaj¨® mucho para llegar hasta donde est¨¢. Lo suyo es el fruto del trabajo duro, del respeto y la disciplina. Muchos piensan que es exagerado, que es mucho, pero as¨ª es la vida: cuando trabajas, te pagan. Cuando Messi se fue de Argentina, nadie habr¨ªa imaginado que tendr¨ªa ¨¦xito en Barcelona. Trabajo, trabajo y trabajo. Respeto. Disciplina. Eso lo es todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.