El Levante corre mejor

Gen¨¦ticamente similares, puesto que se articulan en escasos metros y a trav¨¦s del contragolpe, Zaragoza y Levante plantearon un duelo bien diferente. El equipo de JIM no renunci¨® a sus ra¨ªces y el conjunto de Jim¨¦nez, valiente y obligado por la condici¨®n de local, absorbi¨® el cuero para darle forma. Pero no supieron sacarle partido a la posesi¨®n los blanquillos, que en ataque se desplegaron alrededor del esf¨¦rico y en defensa, desfilaron tarde y a la desesperada. Justo lo contrario al Levante, que corri¨® menos y mejor; en la fase defensiva persigui¨® la pelota para luego arremeter sobre la porter¨ªa contraria en profundidad. Suficiente para que Rub¨¦n atinara en su remate; suficiente para que el Levante venciera.

Poco o nada tuvo que ver el duelo copero de hace unos d¨ªas, cuando Aranda resolvi¨® en el ¨²ltimo suspiro con una vaselina tan pl¨¢stica como preciosa para otorgar el triunfo parcial a los blanquillos. Comparecieron en un escenario distinto y con int¨¦rpretes cambiados ¨Csolo Movilla y Sapunaru repitieron alineaci¨®n por el Zaragoza e Iborra por el Levante-, y se origin¨® un grave problema para el equipo de Jim¨¦nez, que no supo eludir la trampa rival, confiado al principio con el bal¨®n entre los pies y timorato despu¨¦s porque tiritaba a cada embestida contraria, desajustado ante el juego de carrera y golpeo del Levante. Esa fue la variante y la clave, puesto que el equipo de JIM, poco exigido por jugar fuera y porque su afici¨®n entiende id¨ªlicamente que ganen al galope y no al amasar el cuero, renunci¨® a la posesi¨®n de forma descarada, con las l¨ªneas retrasadas para dar campo despu¨¦s hacia adelante a las llegadas de Barkero y a los sprints de Martins, todo un cohete de dif¨ªcil detenci¨®n.

Acept¨® el Zaragoza retener el cuero, darle color con jugadas de toque, rasearla porque al fin el equipo disfruta sobre el c¨¦sped, lejos de esos partidos ag¨®nicos y resultados hom¨¦ricos que le dieron la salvaci¨®n en el curso anterior. Sin prisas ni agon¨ªas, fueron el incombustible Movilla y el pie de Apo?o los que lanzaron los ataques, acelerados por Monta?¨¦s y V¨ªctor Rodr¨ªguez, pero irreversiblemente anulados por el cortafuegos defensivo del Levante: en ocasiones perfecto porque ondean la bandera de la solidaridad y las ayudas; en ocasiones irregular porque el reincidente David Navarro se exced¨ªa en las malas artes, como ese codazo sobre Sapunaru que bien debi¨® ser penalti y expulsi¨®n, por m¨¢s que el colegiado no viera la jugada. Y si todo eso fallaba, estaba Mun¨²a.

Reducido el Zaragoza a unos ataques indefinidos, el Levante subray¨® la diferencia entre ambos equipos porque con bien poco, adem¨¢s de la llegada puntual de cinco hombres al ¨¢rea blanquilla, le alcanz¨® para descascarillar al adversario. Lleg¨® con cuentagotas el conjunto de JIM, pero lo hizo de forma lacerante, siempre con el aguij¨®n preparado y con Barkero, encorsetado de mediapunta, como espoleta. Como en esa jugada en la que, de la nada, se invent¨® un control orientado en el balc¨®n del ¨¢rea para luego soltar un disparo ajustado, tambi¨¦n envenenado por la curva que tom¨® el esf¨¦rico al golpearlo con el interior del pie, solo escupido por el poste. Y fue el propio Barkero el que decidi¨® pelear en la zona de creaci¨®n rival un bal¨®n hu¨¦rfano para que el rebote le favoreciera a M¨ªchel, para que despu¨¦s Rub¨¦n ¨Cperla emergente de la cantera que brilla a cada duelo- estirara la pierna y utilizara la puntera para superar a Roberto y ver la red. Y revuelto el encuentro, Martins exprimi¨® sus habilidades, sus carreras al hueco que descolocaron a un Goni ¨Cjug¨® la primera parte porque Pint¨¦r se lesion¨® en el calentamiento- que no se enter¨® de la pel¨ªcula y a un Sapunaru que no pudo hacer otra cosa que derribarle cuando le planteaba el reto de un sprint.

No baj¨® los brazos el Zaragoza, impulsado por la posesi¨®n, por m¨¢s que le costara horrores encontrar una rampa que llevara a la porter¨ªa de Mun¨²a, de guantes multiplicados. As¨ª, con el rival volcado al ataque, el portero desbarat¨® ese disparo envenenado de Postiga, ese remate a ¨²ltima hora de Monta?¨¦s que atrap¨® en dos tiempos, esos chuts cruzados de Postiga y el mismo Monta?¨¦s. No tumb¨® a Mun¨²a el Zaragoza, no cont¨® de nuevo con la ayuda arbitral ¨Cotro penalti de Juanfran- y acab¨® el duelo por detr¨¢s y con la lengua fuera. M¨¢s o menos, lo contrario al Levante, que ya roza los puestos de Champions.