Van Persie es demasiado
El delantero, acompa?ado por el juego coral del Manchester United, destroza a un Liverpool que se atasca con el bal¨®n
La recuperaci¨®n de futbolistas como Vidic y Carrick, adem¨¢s de la participaci¨®n en el juego colectivo de Kagawa y Cleverley, han dado alas al Manchester United, que acumula recursos y destila un juego incisivo, repleto de automatismos y punter¨ªa. L¨ªder de la Premier con siete puntos de ventaja sobre el Manchester City ¨Cque venci¨® al Arsenal 0-2 con goles de Milner y Dzeko-, Ferguson ha dado con la tecla para madurar a un equipo desfasado en el curso anterior. La muestra a la evoluci¨®n, por m¨¢s que Sir Alex hiciera antes del duelo su habitual guerra subterr¨¢nea ¨Casegur¨® desde la trinchera que Luis Su¨¢rez convive con la pol¨¦mica-, se dio ante el Liverpool, equipo que pretende m¨¢s la pelota que el triunfo, si bien no se rinde ni a la de tres.
MANCHESTER UNITED, 2 ¨C LIVERPOOL, 1
Manchester United: De Gea; Rafael, Ferdinand, Vidic, Evra; Kagawa (Jones, m. 77), Cleverly, Carrick, Young (Valencia, m. 46); Welbeck y Van Persie. No utilizados: Amos; Anderson, Giggs, Smalling y Chicharito.
Liverpool: Reina; Wisdom, Skrtel, Agger, Johnson; Gerrard, Lucas (Sturridge, m. 46), Allen (Henderson, m. 80); Sterling (Borini, m. 62), Luis Su¨¢rez y Downing. No utilizados: Jones; Carragher, Shelvey y Robinson.
Goles: 1-0. M. 18. Van Persie pone el pie para rematar el centro Evra. 2-0. M. 54. Evra remata de cabeza una falta lanzada por Van Persie y Vidic la peina a gol. 2-1. M. 57. Sturridge resuelve una parada de De Gea a disparo de Gerrard.
?rbitro: Howard Webb. Mostr¨® la cartulina amarilla a Lucas, Evra.
Old Trafford. 75.000 espectadores.
Obsesionado en adaptar los jugadores a su libreta y no al contrario, alza Brendan Rodgers la bandera del toque y del pase reiterado para sacar el cuero jugado. Es una ofuscaci¨®n que le define y le otorga medallas en el escaparate internacional, pero que le castiga como m¨¢nager del Liverpool puesto que su persistencia por mezclar, por urdir un juego de sal¨®n, adquiere ya tintes quijotescos, con el equipo fuera de Europa. Los reds no tienen pie para conjugar la pelota, atascados en el primer y segundo pase, sin timones en el eje porque el dispendio de los ¨²ltimos a?os fue tan exagerado como terrible (Sahin, Allen, Aquilani, Charlie Adam, Spearing, Henderson, Meireles¡). Solo Luis Su¨¢rez, con carreras tit¨¢nicas, se cobra ocasiones de gol, jugadas individuales para despellejar a los contrarios. Pero eso no le bast¨® al Liverpool ante el MUFC, que cont¨® con un juego versionado de hace dos d¨¦cadas, con un aspersor de pases en el eje, con repetidos centros desde los costados y con dos delanteros prestos a rematar (Welbeck y Van Persie) como hicieran Beckham y Giggs desde las alas y como definieran Cole y Yorke. Lejos de la realidad del vecino, del eterno rival.
La insistencia por rasear el cuero desde atr¨¢s incomoda a la zaga del Liverpool, acostumbrada a eludir responsabilidades y, como tal, complicaciones. No aciertan a enlazar los pases y menos a descontar l¨ªneas de presi¨®n, quiz¨¢ porque con Gerrard de mediocentro no hay circulaci¨®n, aunque s¨ª se presente puntual para firmar de vez en cuando el pase definitivo. Y, frente al Manchester, que adelant¨® las l¨ªneas y persisti¨® en la posesi¨®n, qued¨® un Liverpool resquebrajado. Buena parte de culpa la tienen Carrick y Cleverley, que no dan asistencias verticales soberbias, pero que s¨ª act¨²an de crupieres al ampliar el juego a las bandas y mantener al equipo junto, adem¨¢s de las apariciones irreverentes de Kagawa por donde nadie se lo espera. El resto, el gol, corre por parte de Van Persie, futbolista superior.
La insistencia por rasear el cuero desde atr¨¢s incomoda a la zaga del Liverpool, acostumbrada a eludir responsabilidades y, como tal, complicaciones
Sin el lesionado Rooney, sorprendi¨® Ferguson al sentar a Chicharito, capital en los ¨²ltimos triunfos del Manchester, para dar paso a Welbeck. Una matizaci¨®n que tambi¨¦n repercute en Van Persie, puesto que con Wazza en el campo, el holand¨¦s act¨²a de punto final del juego, pero que con el kilom¨¦trico Welbeck retrasa un poco su posici¨®n para alimentar el juego y llegar desde la segunda l¨ªnea al remate. Lo mismo le da al superdotado RVP, que a base de goles parece haber difuminado su pasado, puesto que su paso por el Arsenal parece ya una historia olvidada tan solo un a?o despu¨¦s. As¨ª lo volvi¨® a demostrar ante el Liverpool en el primer remate que engatill¨®. Fue tras una jugada bien trenzada por Cleverley, impulsada por Evra desde la banda y rematada por Van Persie a gol de primeras; un remate seco con la zurda cruzado a la red.
No se espabil¨® el Liverpool, que ni siquiera salud¨® a De Gea en el primer acto, bien detenido por la pareja de centrales que tanto ansiaba The Boss recuperar, a Vidic y Ferdinand, por m¨¢s que Evans haya hecho un curso excepcional y Jones tenga pinta de comerse el futuro a bocados. Por lo que prosigui¨® con su soliloquio el Manchester, catapultado por Cleverley, que err¨® en una volea preciosa con la zurda, y por el propio Van Persie, que se invent¨® una frivolidad, un taconazo, que solo Wisdom pudo desconectar en l¨ªnea de gol. Pero el 9 no se rinde, omnipresente; lanz¨® una falta con rosca, a tierra envenenada porque Reina se qued¨® a la sombra del larguero, y Evra apareci¨® desde atr¨¢s para cabecear a gol, solo confirmado por el tup¨¦ de Vidic, que pein¨® el cuero hasta las mallas. Acicate, en cualquier caso, para el Liverpool, que estir¨® un pelo las l¨ªneas y que liber¨® de ciertos cors¨¦s t¨¢cticos a Gerrard, al fin en la zona de tres cuartos. El lugar donde se desenvuelve con holgura, donde cogi¨® el cuero y solt¨® un zapatazo sensacional que solo De Gea escupi¨® con una gran estirada. Pero el nuevo fichaje Sturridge, animal competitivo, atento al rechazo, dilat¨® la jugada hasta su remate, hasta su primer gol como red.
Apret¨® el equipo de Rodgers entonces la salida rival, perdi¨® cierto ritmo y punch el Manchester, y el duelo dio alas al Liverpool, que cont¨® con un disparo perverso de Borini que le cuchiche¨® al palo y con dos latigazos de Sturridge que se estamparon en la red, pero por fuera. Era el ¨²ltimo cuarto de hora, el momento de que el United replegara l¨ªneas porque, al contrario que muchos grandes, no le irrita jugar como peque?o, abrochado atr¨¢s, con el candado puesto. Nada se supo de Su¨¢rez, desconectado del equipo, lejos de recibir en el balc¨®n del ¨¢rea. Una penalidad gigantesca. Sobre todo porque el en la casa contraria se col¨® Van Persie. Y eso, en esta Premier, resulta definitivo.
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