A Messi le chafan la fiesta

En la grada se cant¨® el himno del Barcelona con cierto orgullo, mientras por megafon¨ªa se felicitaba a Messi por su cuarto Bal¨®n de Oro y a Iniesta por ser finalista del premio. La afici¨®n siente como suyos a dos emigrantes que llegaron siendo ni?os en busca de un sue?o que ahora comparten con los seguidores, que besan por donde pasa la Pulga. Messi pos¨® con los cuatro balones de oro y sus compa?eros le ovacionaron. En la noche de Leo, el primer gol mereci¨® firmarlo Thiago, al culminar una exquisita pared, o Alexis, que no acert¨® a poner la guinda tras una bonita jugada colectiva que le dej¨® solo ante las redes de Kameni: remat¨® alto. Pero resulta que lo marc¨® un chileno, Iturra, que le rob¨® la cartera a Thiago y fusil¨® a Pinto.

Hasta que Leo dijo basta, porque era su noche y no se pod¨ªa ir sin nada que celebrar. As¨ª que pill¨® la pelota delante del banquillo de Pellegrini y no le par¨® nadie. Tres minutos despu¨¦s, Puyol le dio la vuelta al marcador.

El autocar de la pe?a de Vilabella, Alt Camp, sirve de term¨®metro para valorar la asistencia. Normalmente, se llena, m¨¢s de 60 plazas, pero ayer no llegaban a 25. La noche era demasiado fr¨ªa, pero ellos, como muchos, llegaron empujados por la idea de ver un buen partido copero y, en gran parte, a aplaudir a Messi. El rosarino no defraud¨® a quienes acudieron a verle. Pero Camacho logr¨® el empate con el partido llegando a su fin, y desluci¨® la dorada noche del Camp Nou. Est¨¢ por ver qu¨¦ miraba Martin Ferguson, observador del Manchester United, que comparti¨® canap¨¦s en el antepalco con 14 alcaldes de municipios afectados por los fuegos del verano pasado en el L'Empord¨¤, comarca donde tiene su segunda residencia el presidente Sandro Rosell, que en nombre del club les entreg¨® 55.000 euros como ayuda para los damnificados.