?scar gu¨ªa al Valladolid

El Valladolid va camino de la salvaci¨®n, la victoria ante el Zaragoza deja claro que el estilo de los de Djukic es irrenunciable y que funciona, pero que tiene repertorio para adaptarse a lo que sea, al f¨²tbol de los grandes y a las propuestas de los equipos con los que tiene que pelear sus objetivos. El equipo de Jim¨¦nez plante¨® un cuerpo a cuerpo y el conjunto blanquivioleta lo acept¨® y lo super¨® con tanto margen que el choque termin¨® en un repaso que podr¨ªa haber dejado un saco de goles en la porter¨ªa de Roberto.

Sin V¨ªctor P¨¦rez ni Manucho, con el once tipo un poco roto en lugares fundamentales, el medio centro y la delantera, Djukic se invent¨® una estructura nueva con la premisa irrenunciable del estilo que mueve el t¨¦cnico serbio. Un solo pivote, una l¨ªnea de cuatro por delante para ganar presencia en los lugares donde al t¨¦cnico le gusta que los suyos manden y el Valladolid incendi¨® el partido de salida, desajust¨® todo el planteamiento del Zaragoza y en diez minutos ya estaba por delante en el marcador, eso si, con un error de Roberto en un saque de esquina que se trag¨® y que dej¨® solo a Javi Guerra y con el arco vac¨ªo.

El gol le serv¨ªa al delantero para reclamar su importancia despu¨¦s de que Manucho le haya quitado el puesto pero sobre daba pausa a un partido que se iba a romper por las lesiones musculares. Primero Ebert en el Valladolid, despu¨¦s Apo?o y Loovens en el Zaragoza, ahogaban el buen ritmo con el que hab¨ªan empezado los dos equipos y lo dejaban todo para la segunda parte en la que Jim¨¦nez orden¨® una ofensiva general y sin descanso. El Valladolid otra vez acept¨®, se dej¨® querer, incluso se permiti¨® estar encerrado, pero lo que el equipo de Jim¨¦nez consegu¨ªa se quedaba en una amenaza demasiado peque?a.

Cuando las fuerzas y el ¨¢nimo del Zaragoza desparecieron comenz¨® la avalancha del Valladolid, primero con el gol de ?scar despu¨¦s de una jugada colectiva casi perfecta y despu¨¦s con un cuarto de hora a toda velocidad en el que Roberto tuvo que v¨¦rselas con el propio ?scar, con Larsson, con Javi Guerra y con todo el que tuviera ¨¢nimo para recoger los pases que el mediapunta filtraba desde su posici¨®n.