¡°Se hablar¨¢ muchos a?os de esto¡±

No hab¨ªa signo m¨¢s evidente de lo que acababa de ocurrir en el Palau Sant Jordi: todos los jugadores de la selecci¨®n espa?ola reunidos, cogidos por los hombros, saltando y componiendo un ruedo de uni¨®n, de celebraci¨®n, de complicidad, vitoreados por un p¨²blico que no paraba de cantar ?campeones, campeones! Espa?a hab¨ªa infligido la primera derrota del campeonato del mundo a Dinamarca. La primera, pero tambi¨¦n la m¨¢s rotunda, porque el resultado final de 35-19 supon¨ªa la mayor diferencia en una final mundialista. Espa?a jug¨® su mejor partido y emul¨® la gesta que los de Juan Carlos Pastor hab¨ªan logrado en T¨²nez en 2005, colgarse el oro. El segundo broche mundialista de Espa?a.

Hac¨ªa ya algunos minutos que todo el mundo quer¨ªa que la final se acabara. Espa?a, para empezar la celebraci¨®n. Dinamarca, para acabar con el sufrimiento. Faltaban todav¨ªa ocho minutos cuando Valero Rivera, con los ojos h¨²medos, orden¨® a Sterbik que abandonara la porter¨ªa para permitir a Sierra disfrutar tambi¨¦n de la final. Ah¨ª empezaron los abrazos, porque todo el mundo quer¨ªa felicitar al portero serbio, titular desde el Mundial de Suecia en 2011, donde alcanzaron el bronce. Sterbik, V¨ªctor Tom¨¢s, Joan Ca?ellas... iban paseando por el banquillo, formando peque?os grupos que se abrazaban, lloraban, quer¨ªan celebrarlo ya. ¡°Es el mejor final que pod¨ªa so?ar¡±, proclamaba Alberto Entrerr¨ªos que, tras 238 partidos internacionales, hab¨ªa anunciado ya que la final ser¨ªa su ¨²ltimo partido con la selecci¨®n.

Con el pitido final todo se desbord¨®. Los jugadores saltaron a la pista y comenzaron a mantear a Entrerr¨ªos que, tan fr¨ªo como es, por primera vez se emocion¨®. ¡°Sent¨ª una felicidad enorme. Todos est¨¢bamos buscando ya a los familiares, a los hijos, para expresarles con una simple mirada toda la emoci¨®n que sent¨ªamos. Ha sido un lujo tener esta despedida¡±.

¡°La final ha sido muy parecida a la de T¨²nez¡±, explicaba Juan Carlos Pastor, entonces seleccionador. ¡°Id¨¦ntica diferencia de ocho goles en la media parte, igual inicio de la segunda. Pero despu¨¦s los croatas remontaron y se acercaron un poco. En cambio, hoy la superioridad no ha dejado la m¨¢s m¨ªnima opci¨®n a Dinamarca¡±. Valero Rivera le ratific¨®. ¡°Se hablar¨¢ durante muchos a?os de esta final¡±, dijo el t¨¦cnico m¨¢s laureado del balonmano mundial. ¡°Porque ganar a una selecci¨®n del nivel de la Dinamarca por esta diferencia en la final de un Mundial tiene un m¨¦rito incre¨ªble. Pero es que realizamos un partido memorable. Hab¨ªamos pensado mucho c¨®mo pod¨ªamos lograr que los daneses no pudieran realizar su juego. Y ha sido una cuesti¨®n de trabajo y compromiso. No les hemos dejado jugar y lo hemos hecho con un balonmano de mucha calidad, con una defensa escandalosamente buena, un Arpad [Sterbik] plet¨®rico en la segunda parte y un ataque que no han sabido c¨®mo parar. Por tanto, no hay dem¨¦rito de Dinamarca, sino un gran partido de Espa?a¡±.

La fiesta alcanz¨® el c¨¦nit con la entrega de las medallas. ¡°Esto es m¨¢s que un sue?o¡±, agreg¨® Rivera. ¡°Imposible que una pel¨ªcula acabe mejor. Por eso quiero agradecer la implicaci¨®n de todos los jugadores que me han acompa?ado desde 2009. Los que estuvieron al principio, los que sufrieron un palo terrible en Londres, los que hoy han luchado aqu¨ª y los que, como Ra¨²l, no han podido estar. Y especialmente a Alberto Entrerr¨ªos, porque me equivoqu¨¦ al no llevarle a los Juegos y es justo que tenga ahora este final¡±.

Fue Valero quien cogi¨® del brazo a Ra¨²l Entrerr¨ªos en el podio y le empuj¨® hacia delante para que fuera tambi¨¦n protagonista, a pesar de haber estado lesionado. El Pr¨ªncipe Felipe les puso las medallas. Y luego, Alberto Entrerr¨ªos, el capit¨¢n, levant¨® el trofeo de campeones, que lleg¨® hasta Rivera. ¡°Cuando Constantini se despidi¨® en el Mundial de Francia de 2001 ganando el t¨ªtulo en casa, pens¨¦ que era un hombre muy afortunado. ?Y ahora me toca a m¨ª vivirlo y junto a mi familia!¡±. ?Significa que Valero dejar¨¢ la selecci¨®n? No quiso pronunciarse.