Una nevera con EPO china
Testigos ponen en duda la legalidad y la calidad de los negocios de Eufemiano Fuentes
Martes 5 de febrero. Quinto d¨ªa de la Operaci¨®n Puerto. Etapa de transici¨®n, corta y llana. Llegada al sprint. Desgaste m¨ªnimo. Jornada de recuperaci¨®n tras la dureza del lunes, que les hab¨ªa dejado exhaustos y tocados.
?O eso cre¨ªan ellos, algunos de los acusados: unas tachuelas de nada, unas dudas a destiempo, se les atragantaron. Seguramente sufrieron un problema de falta de preparaci¨®n, o de exceso de confianza.
Tocaba en los juzgados de Juli¨¢n Camarillo, en Madrid, la visita de algunos testigos t¨¦cnicos relacionados con el hemat¨®logo y gran experto sangu¨ªneo del grupo, el m¨¢s sabio de los machacas (denominaci¨®n extra¨ªda de los papeles de Fuentes), Jos¨¦ Luis Merino Batres (exculpado por su Alzheimer): su exjefe en el hospital de la Princesa, un inspector farmac¨¦utico que asisti¨® al registro del botiqu¨ªn-bot¨ªn de Zurbano 92 (el laboratorio de Merino) y dos amigos del hemat¨®logo, dos directores de centros auton¨®micos de transfusiones, el de Valencia y el de Sevilla. Los dos que amablemente le prestaron glicerol el 15 de mayo de 2006, un d¨ªa en el que la falta de este l¨ªquido precioso para poder congelar los hemat¨ªes (la parte s¨®lida de la sangre, los gl¨®bulos rojos una vez ruidosamente centrifugado el l¨ªquido, el plasma, a 1.500 revoluciones por minuto) le hizo temer por el hundimiento del negocio.
¡°Los medicamentos pueden ser un riesgo si llegan de China en barco y sin garant¨ªa de su origen¡±
O una parte del negocio, la que les hab¨ªa obligado a una fuerte inversi¨®n (dos m¨¢quinas congeladoras de sangre en circuito cerrado Haemonetics ACP-215 a 35.000 cada una, un arc¨®n congelador) y provocado fricciones entre los amigos. Incluso, parte de la culpa de la ca¨ªda de Manolo Saiz, seg¨²n la Guardia Civil, la tuvo esta inversi¨®n: Fuentes le adeudaba su parte en la compra y le daba largas dici¨¦ndole que le pagar¨ªa cuando Saiz le pagara lo que le deb¨ªa a ¨¦l. Por videoconferencia los dos amigos de los centros de transfusiones de Valencia y Sevilla contaron c¨®mo le enviaron el glicerol. Pero no por amistad, sino porque pensaban que lo necesitaba para su puesto de trabajo oficial, el de jefe de secci¨®n de hematolog¨ªa en La Princesa, y a un colega siempre se le echa una mano. Ambos testigos obviaron explicar, porque nadie se lo pregunt¨®, que por qu¨¦ pensaban que en La Princesa se pudieran congelar los hemat¨ªes, un m¨¦todo del que solo dispon¨ªan entonces, primavera de 2006, una minor¨ªa de centros privilegiados.
Pero dentro de estos pl¨¢cidos, casi anodinos, testimonios, se escond¨ªa una peque?a emboscada. Muy seguro de su afirmaci¨®n, d¨¢ndola por sentada, el abogado de Eufemiano Fuentes ¡ªayer en un papel secundario¡ª se interes¨® por el funcionamiento de la ACP-215. ¡°?Verdad que si el congelado sale mal se aprecia a simple vista?¡±, le pregunt¨® a la directora jubilada del centro de Sevilla. Y esta respondi¨®: ¡°S¨ª, pero solo al descongelarlo, que es cuando se produce hemolisis (rotura de gl¨®bulos rojos) si est¨¢ mal hecho el proceso¡±. El recuerdo llev¨® a alguno de los presentes al libro de Tyler Hamilton, al cap¨ªtulo en el que el exciclista y cliente de Fuentes relata c¨®mo una transfusi¨®n en Limoges en el Tour 2004 con una bolsa en no muy buen estado le tuvo toda la noche orinando rojo profundo, asustado.
La segunda tachuela surgi¨® tambi¨¦n tras una pregunta del defensor de Fuentes al inspector farmac¨¦utico y hac¨ªa referencia a una segunda supuesta pata del negocio de Fuentes: la venta de medicamentos a sus clientes, a los que cargaba, seg¨²n algunos documentos, un 20% sobre los precios que le hac¨ªan su proveedor alem¨¢n, Markus Choina, o los que lograba comprando v¨ªa Internet otros productos ilegales.
Le pregunt¨® el letrado de la defensa si los medicamentos importados de Europa eran legales, y, como si fuera un elemento de la acusaci¨®n, le respondi¨® el testigo de la Agencia Espa?ola del Medicamento que si tienen el sello de la Agencia Europea del Medicamento, que garantiza su seguridad, su eficacia y su calidad (y el cartonaje llega en castellano), no hay ilegalidad en esos medicamentos; y continu¨® con un ejemplo duro de tragar: ¡°Pero si llegan de China, por ejemplo, transportados en barco y sin garant¨ªas de su origen, no cumplen con esas condiciones, por lo que pueden ser un motivo de riesgo para la salud p¨²blica¡±.
Justamente en la nevera de la calle madrile?a Alonso Cano, compartiendo espacio con algunas bolsas de sangre a la espera de ser congeladas, la Guardia Civil hall¨® decenas de medicamentos, entre ellos cuatro cajas de Eposino, EPO de origen chino, y otras de Jintrop¨ªn, hormona de crecimiento china tambi¨¦n.
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