El encanto de un abrigo
Desde la llegada en el mercado invernal de Balotelli al Milan, Allegri ha asumido con decisi¨®n el 4-3-3 como dibujo t¨¢ctico de cabecera
Al Bar?a le aguarda un cl¨¢sico en su regreso ma?ana a la Champions. Aparece de nuevo como rival el Milan, un viejo conocido y, sin embargo, un adversario con novedades interesantes a tener en cuenta.
El Milan se siente c¨®modo bien abrigado cerca de su ¨¢rea, as¨ª se lo recomienda su naturaleza. A pesar de que Allegri da libertad a sus delanteros para estirar la presi¨®n de la primera l¨ªnea de manera selectiva, el resto del equipo no la acompa?a con la convicci¨®n necesaria para darle valor porque se siente inseguro cuando se trata de dar un paso adelante. Aunque no retroceder¨¢ descaradamente, no se sentir¨¢ mal si el Bar?a le aplasta contra su ¨¢rea, el dise?o de partido m¨¢s probable. Al Milan le gusta organizarse en su campo para esperar y defender su porter¨ªa desde la proximidad. En la eliminatoria de la temporada pasada, cerr¨® con ¨¦xito los pasillos interiores, lo que invita a pensar que repetir¨¢ la propuesta, desnudando a conciencia las zonas exteriores donde el Bar?a puede transmitir peligro, pero tambi¨¦n poca contundencia. Para hacerlo posible, los centrales deben sentirse blindados; los laterales necesitan olvidarse del principio de amplitud; a los interiores les conviene proteger al mediocentro y la prioridad de todos ser¨¢ la disuasi¨®n de las l¨ªneas de pase verticales por dentro. Abbiati agradece sentirse arropado, m¨¢s que nada porque reserva sus esfuerzos para la l¨ªnea de gol, no para adelantarse a la jugada. A pesar de todo, toda esta voluntad responde m¨¢s al orgullo competitivo, al talento defensivo individual dentro del ¨¢rea y a una inmensa capacidad de sacrificio, que a un m¨¦todo defensivo bien desarrollado, ya que ¨¦sta no puede ser su expresi¨®n habitual durante la mayor¨ªa de partidos de la Liga italiana por una cuesti¨®n de jerarqu¨ªa.
Al Milan le gusta organizarse en su campo para esperar y defender su porter¨ªa desde la proximidad
?La doble cresta. Desde la llegada en invierno de Balotelli al Milan, Allegri ha asumido con decisi¨®n el 4-3-3 como dibujo t¨¢ctico de cabecera. De esta manera, ha juntado en la delantera a tres futbolistas j¨®venes, con talento individual y muchos kilos de atrevimiento. No solo son irreverentes en el campo, tambi¨¦n en su imagen, como demuestra la cresta que lucen en la cabeza. El t¨¦cnico ha escoltado a Balotelli con Niang por la derecha, para explotar su potencia f¨ªsica, y El Sharaawy por la izquierda, para favorecer su trayectoria diagonal. El problema es que en Europa no puede repetir la propuesta por la ausencia del actor principal, lo que convierte la triple cresta en doble. El Sharaawy, con 20 a?os, ha mantenido la competitividad del equipo en el primer tercio de temporada con su profundidad, cambio de ritmo, recursos t¨¦cnicos ilimitados en la conducci¨®n y goles. Su descaro natural hab¨ªa reclamado continuidad los ¨²ltimos ejercicios con minutos de mucha calidad entre Pato, Robinho e Ibrahimovic, pero este a?o ha explotado con toda su personalidad. Descans¨® el viernes contra el Parma porque la acumulaci¨®n de minutos le hab¨ªa quitado frescura las ¨²ltimas semanas. Niang acaba de cumplir 18 a?os y se ha hecho con un hueco en el equipo titular por su desinhibici¨®n, verticalidad y exuberancia f¨ªsica. Como su compa?ero de delantera, acostumbra a ir de fuera hacia adentro para abrir el pasillo exterior al lateral, pero su zancada tambi¨¦n le permite ser muy profundo por fuera. Le falta madurez en la toma de decisiones y precisi¨®n en el desenlace, pero asegura predisposici¨®n defensiva, un atrevimiento infinito y un futuro muy especial siempre que sepa gestionarlo con equilibrio. Su juventud les impide mucha continuidad, aunque el Milan depende de sus apariciones ofensivas para amenazar a Vald¨¦s.
Allegri deber¨¢ elegir al central que acompa?e a Mex¨¦s entre Zapata, Bonera y Yepes
?La duda trascendente. Allegri deber¨¢ elegir al central que acompa?e a Mex¨¦s entre Zapata, Bonera y Yepes; ratificar la jerarqu¨ªa de Abate sobre De Sciglio en el lateral derecho y decidir los dos interiores que mezclen con Montolivo entre Nocerino, Flamini y Muntari. Son decisiones que afectar¨¢n a matices t¨¢cticos y a caracter¨ªsticas individuales, pero sobre todo tendr¨¢ que reflexionar sobre el nombre que acompa?e a la doble cresta. Si quiere repetir el 4-3-3, deber¨¢ utilizar a Pazzini ¡ªsale de una lesi¨®n¡ª, como delantero centro. Si Balotelli ha asumido la responsabilidad de ser el inicio y la final de la jugada ofensiva, como antes Ibrahimovic, el posible recambio no tiene tanta habilidad asociativa ni una oferta de descarga tan delicada. Eso s¨ª, sus movimientos al espacio son m¨¢s afilados y el remate es su gran patrimonio. El Milan gana contundencia en el desenlace, pero pierde desequilibrio y una fuente permanente de soluciones ofensivas en un plan colectivo limitado en ataque. En cambio, el t¨¦cnico tiene una posibilidad que le transforma el 4-3-3 en un 4-4-2 conocido con el nombre propio de Boateng. El ghan¨¦s no se parece en nada al de la temporada pasada, aquel que rompi¨® la cintura a Abidal con un control orientado con el tac¨®n antes de superar a Vald¨¦s por el primer palo o el que destroz¨® al Arsenal en San Siro en los octavos, el socio m¨¢s fiel de Ibra. Ha ca¨ªdo su rendimiento; no ha asumido la responsabilidad tras la marcha de Thiago Silva y el sueco; se le ve m¨¢s oxidado en los movimientos y atrapado por una crisis de juego, aunque su talento es indiscutible. Su presencia cerrar¨ªa el rombo del centro del campo ¡ªcomo el a?o pasado¡ª; reforzar¨ªa la zona para impedir la superioridad num¨¦rica azulgrana; podr¨ªa ser un buen lanzador de la doble cresta en profundidad para ayudar a Montolivo en esa funci¨®n; liberar¨ªa a El Sharaawy del peaje de la banda izquierda; y su experiencia competitiva le convertir¨ªa en un referente para el equipo. Es una soluci¨®n natural, familiar para el equipo, puntual para la Champions y que s¨®lo debe superar el examen de confianza de Allegri hacia el actual Boateng.
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