La soluci¨®n del ¡®9¡¯
El Bar?a rompe la defensa rival de dos l¨ªneas de cinco con la entrega de toda la banda a Alves y la recolocaci¨®n de Villa como ariete

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Pareci¨® ser un partido repetido porque Emery tom¨® nota de lo ocurrido en San Siro, de la encerrona que le hizo el Milan al Bar?a, incapaz de hallar soluciones a los barullos al borde del ¨¢rea, de trazar un cortafuegos entre la mara?a de piernas. Pero el cuerpo t¨¦cnico azulgrana, que pens¨® en la Copa y dej¨® de inicio en la rebotica a Puyol, Alba, Xavi, Cesc, Busquets y Pedro, dio con la tecla en el entreacto con la figura de un delantero centro, de Villa. Y con eso y su efecto domin¨®, le alcanz¨® para revertir el encuentro.
Jug¨® el Sevilla a lo mismo que el Milan: con dos l¨ªneas de cinco en defensa ¡ªuna al borde del ¨¢rea y la otra de la mano del portero¡ª, con el ariete como eje y con un mediocentro como central; y, en ataque, persigui¨® el azote a la contra, con Bab¨¢-Negredo (Pazzini) como boya, referencia para las carreras de los extremos, uno profundo, Navas (El Shaarawy) y otro diagonal, Del Moral (Boateng). Y, coincidencia o no, quiz¨¢ l¨®gica si se atiende que el equipo suma 11 encuentros consecutivos encajando un gol como m¨ªnimo, le lleg¨® la primera diana en la prolongaci¨®n de una jugada a bal¨®n parado. Parec¨ªa disputarse id¨¦ntica partida en distinto tablero. Y se daba un rival diferente que planteaba an¨¢logo problema. Hasta que el Bar?a sac¨® a Tello para atarlo en la izquierda, le dio toda la banda derecha al recorrido de Alves, recoloc¨® a Messi de trescuartista y situ¨® a Villa de 9.
Una argucia, en cualquier caso,? la de dejarle el carril al lateral azulgrana, posible porque Manu Del Moral no es El Shaarawy
Antes de la receta, el Bar?a sufri¨® el mismo mal de altura, ese que le muestra un tanto est¨¦ril. Presionaron de maravilla Alexis y Villa ¡ªespoleados por la idea de Emery de sacar la pelota jugada¡ª, pero se enredaron en la definici¨®n, quiz¨¢ porque se imponen el pase a Messi. Y La Pulga no atin¨® en el remate, con tres faltas torcidas y un zapatazo con la derecha que escupi¨® Beto. Sin espacios ni tiempo, con poco bal¨®n, se difumin¨® el 10 al tiempo que se agrand¨® el Sevilla, contento porque el colegiado tambi¨¦n se esmeraba en darle al duelo una reminiscencia europea, permisivo con las patadas y reacio a las tarjetas. Pero el letargo azulgrana dur¨® un acto, lo que tard¨® el Bar?a en encontrar el ansiado plan B.
La entrada de Tello removi¨® en un santiam¨¦n al Bar?a y por extensi¨®n al duelo. Sobre todo porque Villa, de ariete, acert¨® a enlazar ese centro de Alves, que recorri¨® como se le exig¨ªa toda la banda. Una argucia, en cualquier caso, posible porque Del Moral no es El Shaarawy, porque el primero mira al retrovisor y el segundo se define en campo ajeno. La recolocaci¨®n de Villa, a su vez, dio aire y bal¨®n a Messi, que actu¨® de palanca y revulsivo, m¨¢s que nada porque gener¨® sorpresa con la llegada desde la segunda l¨ªnea. Pase de Tello, pisada en el ¨¢rea, regate y gol. Bar?a regenerado; Sevilla destripado.
Mantuvo el cuerpo t¨¦cnico a Villa de ariete y Alves se asfixi¨®, lo mismo que Song, correcto en la ayuda, pero poco convincente en la tarea de grapar las l¨ªneas. Tiempo de golpes y contragolpes, de oportunidades para ambos equipos. Pero sali¨® Busquets por Villa, se taparon los agujeros y desapareci¨® el 9 puro. Ya no hac¨ªa falta.
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