Jaque mate de Cristiano en el Camp Nou

La bandera blanca ondea en el Camp Nou de la mano de Cristiano Ronaldo, hoy emperador del f¨²tbol, l¨¢tigo de un Bar?a desfigurado, destronado de la Copa. El equipo del 7 es mejor que el del 10 de Messi. Ahora es tiempo de rayos y truenos, de riguroso invierno, del f¨²tbol poderoso e imperial del Madrid. Ya pasaron la primavera y el oto?o, la lluvia fina de cuando cantaban Xavi y Messi, el martes fuera de juego. El delicado f¨²tbol azulgrana se perdi¨® por la ausencia del 10, por la vulnerabilidad de sus centrales, descuajaringados por Ronaldo y Varane, y por la falta de mando en el Barcelona.

El f¨²tbol pertenece a los jugadores, y al equipo de Messi se ha entregado el Bar?a en un ejercicio consentido de una autogesti¨®n bien entendida o forzada por la situaci¨®n de provisionalidad de su cuerpo t¨¦cnico y especialmente por la ausencia de Vilanova, que dirige con el mando a distancia desde Nueva York. No es dem¨¦rito de los t¨¦cnicos ni es un capricho del vestuario, sino la consecuencia de la enfermedad de su entrenador y de tener a un plantel que rebosa talento. No es una mala soluci¨®n siempre que enfrente no est¨¦ el Milan o el Madrid. Ayuda a ganar los partidos menores, no a superar los m¨¢s exigentes.

El poder de los jugadores azulgrana se nota en las palabras de Jordi Roura, cuando en la previa pone en juego al ¨¢rbitro, y tambi¨¦n en las alineaciones en el momento en que comparecen Cesc e Iniesta. Los mejores partidos exigen la formaci¨®n m¨¢s grandilocuente, que no necesariamente es la m¨¢s conveniente como ya se ha visto, de manera que ante el Madrid formaron los 11 que se saben de memoria cualquier contrario. Tambi¨¦n el club blanco tiene un contencioso con su entrenador Mourinho. El equipo, sin embargo, ha hecho causa com¨²n con Cristiano Ronaldo.

A diferencia de los jugadores del Bar?a, que se han juntado por necesidad, los del Madrid forman de manera m¨¢s diseminada, divididos en funci¨®n de sus relaciones con el t¨¦cnico, reunificados en cambio alrededor de Cristiano en las situaciones de m¨¢xima exigencia y solemnidad como la del Camp Nou. El l¨ªder es el 7, omnipresente en la cancha, punto y final del juego, un coloso en el Camp Nou, un estadio en el que ha dejado siete goles en sus ¨²ltimas seis visitas. Las rupturas y diagonales del portugu¨¦s descuajaringaron a los zagueros del Bar?a y rebajaron la actuaci¨®n sobresaliente de Iniesta y la determinaci¨®n de Pedro.

No se discuti¨® el penalti de Piqu¨¦ a Cristiano de la misma manera que pareci¨® punible la carga de Xabi Alonso a Pedro. Undiano, sin embargo, solo pit¨® la falta del Bar?a y se hizo el longuis con la del Madrid. A favor de marcador, los madridistas defendieron bien y contragolpearon mejor, dominadores de los espacios, sabedores de que cerrar¨ªan la semifinal con un segundo tanto. Mejorado respecto al Milan, menos rutinario que en San Siro, al Bar?a le falt¨® presi¨®n, luz y organizaci¨®n, para alcanzar su mejor versi¨®n, la que personaliza Messi, ahora desafinado.

No atin¨® el 10 en dos remates francos y tampoco tuvo suerte en sus llegadas el intenso Iniesta. Empe?ado en calzar a Cesc, anoche desaparecido, al Barcelona le faltaron jugadores y f¨²tbol para combatir al Madrid. Los blancos fueron madurando el partido a su gusto y lo resolvieron como estaba escrito. Nada les viene mejor para tirar su contragolpe que el ataque del Bar?a. As¨ª firm¨® su acceso a la final, despu¨¦s de una ocasi¨®n de Busquets, en una carrera de Di Mar¨ªa, que despedaz¨® a Puyol. Aunque Pinto rechaz¨® el tiro del argentino, no perdon¨® Cristiano.

Resuelta la semifinal, la ¨²nica duda estaba en saber hasta qu¨¦ punto competir¨ªa el Barcelona, ya con los cambios de Villa y Tello, y golear¨ªa el Madrid. La contienda fue justa entonces con Varane, sensacional en el Bernab¨¦u, goleador de nuevo en el Camp Nou en un cabezazo a la salida de un c¨®rner, y tambi¨¦n con el Bar?a, que dej¨® el gol del honor en una jugada de Alba.

El delicado f¨²tbol azulgrana se perdi¨® por la ausencia de Messi, por la vulnerabilidad de sus centrales, descuajaringados por Ronaldo y Varane, y por la falta de mando en el Barcelona.

Un triste ep¨ªlogo para un equipo azulgrana que siempre fue a remolque del partido. Una vez perdido el control de la informaci¨®n despu¨¦s de cuestionar al ¨¢rbitro, perdi¨® tambi¨¦n el gobierno de la alineaci¨®n y del partido y ahora se discute si no le han quitado tambi¨¦n su jerarqu¨ªa en el f¨²tbol. Le avala el liderazgo de la Liga y le aguarda la vuelta con el Milan. Mientras, en cualquier caso, el Madrid le ha ido comiendo terreno, cada vez m¨¢s amo del Camp Nou, hasta conseguir una lucida goleada: 1-3.

Jug¨® bien el Madrid, que se inflama en el estadio azulgrana, mientras el Bar?a no se parece en nada al Bar?a, dif¨ªcil de identificar, falto de tensi¨®n dram¨¢tica y de juego, mal defensivamente, ofuscado ofensivamente, quebrado en el repliegue, v¨ªctima del politiqueo en el vestuario, necesitado de un amo que no sea Messi. El Camp Nou claudic¨® ante el Madrid en la Copa como el a?o pasado le pas¨® en el Liga y en la Champions contra el Chelsea. El jaque al Rey fue Jaque Mate.