Xabi y Arbeloa, misi¨®n especial
En la ida, ambos cumplieron la orden de Mourinho de intentar sacar del partido a Messi
Los cl¨¢sicos de los ¨²ltimos a?os han servido para radiografiar la vigencia del discurso de Jos¨¦ Mourinho y su predicamento entre los jugadores del Madrid. La primera semifinal de Copa expuso con m¨¢s crudeza que nunca las divisiones del vestuario en torno a la figura del m¨¢nager. Mourinho dio instrucciones en tres niveles: por un lado, las cuestiones t¨¢cticas; por otro, la presi¨®n coordinada al ¨¢rbitro para condicionarle, y las artima?as oportunas para distraer a los rivales. De los once titulares solo tres cumplieron a rajatabla con todo lo mandado: Essien, Arbeloa y Xabi Alonso.
El m¨¢nager orden¨® a sus jugadores una misi¨®n especial: desquiciar a Messi y Alves para sacarlos del partido. De entre los titulares, ni Carvalho, ni Khedira, ni Varane accedieron. Mucho menos los atacantes, Cristiano, ?zil, Benzema y Callej¨®n. Desde hace tiempo, en la plantilla existe un creciente malestar ante las peticiones que fomentan conductas agresivas. Con los capitanes, Casillas y Ramos al frente, hay un grupo numeroso que considera que toda esta farfolla solo sirve para dispersar al equipo de su objetivo, competir mal y arruinar las relaciones entre compa?eros de selecci¨®n. Algunos jugadores le han dicho al m¨¢nager que no har¨¢n lo que pide. Por eso en el vestuario llam¨® la atenci¨®n la dedicaci¨®n que pusieron Xabi y Arbeloa en perseguir a Messi, menospreci¨¢ndole de palabra, toc¨¢ndole la cara y peg¨¢ndole cuando la jugada iba por otro lado. Lograron su cometido, Messi apenas intervino y tras el duelo tuvo un incidente con Arbeloa en el aparcamiento, al que insult¨®.
Muchos jugadores son contrarios a que el equipo se disperse con ciertas batallas
La actitud de Arbeloa resulta comprensible para la mayor¨ªa de sus colegas: gracias a Mourinho, el defensa ha alcanzado una condici¨®n de indiscutible que ser¨ªa dif¨ªcil de imaginar con otro entrenador. El propio m¨¢nager le ha recordado a Arbeloa que gracias a su intervenci¨®n el club no ha fichado un lateral derecho que le discuta el puesto. El jugador sabe que le debe al t¨¦cnico buena parte de su titularidad en la Eurocopa.
M¨¢s curiosidad despierta en sus compa?eros la fidelidad que exhibe Xabi frente a Mourinho. Algunos no comprenden que un jugador de su categor¨ªa se esfuerce por complacer al t¨¦cnico hasta en los requerimientos m¨¢s extra?os. Dicen sus compa?eros que a Xabi lo sensibilizaron las arengas que dio Mourinho para intentar predisponer a los espa?oles contra sus colegas de selecci¨®n. Fue en marzo de 2011, en v¨ªsperas de la famosa serie de cl¨¢sicos, cuando el portugu¨¦s calent¨® los ¨¢nimos de la tropa advirti¨¦ndoles de que los jugadores del Bar?a ten¨ªan controlada a la prensa para robarles todo el prestigio internacional, dej¨¢ndoles como comparsas. Les invit¨® a pensar que ellos, Casillas, Ramos, Arbeloa, Albiol y Xabi, eran los verdaderos motores de la selecci¨®n y que los azulgrana no hac¨ªan m¨¢s que aprovecharse de su sudor traicion¨¢ndoles a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n para llevarse la gloria. Bajo este pretexto, les pidi¨® que se sublevaran. Que ignorasen sus lazos de amistad y compa?erismo. Y que hicieran cuantas faltas pudieran porque el ¨¢rbitro no las podr¨ªa pitar todas, a menos que pretendiese suspender el partido. La exasperaci¨®n mostrada por los madridistas en la final de Copa de 2011 fue el resultado m¨¢s espectacular de aquella oratoria. Pero con el tiempo, Casillas, Albiol y Ramos dieron la pel¨ªcula por acabada.
El acoso de Xabi y Arbeloa a Alves y Messi en el partido de ida fue la ¨²ltima manifestaci¨®n de las viejas proclamas. Xabi hizo cuatro faltas, cuando su media es de 1,5 por partido. El ¨¢rbitro, Clos G¨®mez, le amonest¨® en el minuto 89. A Arbeloa solo le pitaron dos faltas. Acab¨® limpio de tarjetas.
El nivel de obediencia determina la conformaci¨®n de las alineaciones en los cl¨¢sicos. Xabi, que durante a?os fue un notable cr¨ªtico de Mourinho en las reuniones entre jugadores, ha terminado por convertirse en el defensor menos ambiguo de su visi¨®n de la competencia. Su adhesi¨®n al m¨¢nager le ha distanciado del grupo de los espa?oles al tiempo que le ha convertido en un fijo para Mourinho, que en cambio duda sobre qu¨¦ hacer con Ramos.
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