El Deportivo no aprende a ganar
El colista firma un empate con sabor a derrota ante un Rayo que fue de m¨¢s a menos
Tras algunos empates sin goles se esconden partidos plenos de intensidad, de alternativas y de agon¨ªa. Lo fue el que marca una nueva muesca en la cuenta atr¨¢s del Deportivo, que solo ha ganado tres encuentros de 26, que cada vez se aboca m¨¢s al milagro para seguir en Primera, categor¨ªa en la que permanecer¨¢ el dign¨ªsimo Rayo Vallecano, que no se present¨® en Riazor dispuesto a especular con las urgencias o los nervios del colista. Sali¨® a ganar, tan simple y tan complicado porque eso implica tener f¨²tbol, pero tambi¨¦n creer. El Rayo cree y por eso ofrece esta temporada una hermosa lecci¨®n, la de un equipo que olfatea los puestos de Liga de Campeones con 8 millones de presupuesto, cinco veces menos que, por ejemplo, el Deportivo. Lo hace con un plantel que agrupa proletarios del bal¨®n, veteranos en busca de reivindicaci¨®n, j¨®venes desconocidos anhelantes de gloria y un t¨¦cnico que no conoce el miedo.
Deportivo, 0-Rayo, 0
Deportivo: Aranzub¨ªa; Silvio, Marchena, Z¨¦ Castro, Ayoze; Assun?ao (Juan Dom¨ªnguez, m. 65), Abel Aguilar; Bruno Gama (Oliveira, m. 77), Valer¨®n, Pizzi; y Riki (Salom?o, m. 20). No utilizados: Lux, M. Pablo, ?lex Berganti?os, Camu?as.
Rayo Vallecano: Rub¨¦n; Tito, G¨¢lvez, Amat, Casado; Javi Fuego (Adri¨¢n, m. 81), Trashorras; Lass, Dom¨ªnguez (Delibasic, m. 73), Piti; y Leo Baptistao (Jos¨¦ Carlos, m. 68). No utilizados: Cobe?o, Arbilla, Jordi Figueras, Adri¨¢n, V¨¢zquez.
?rbitro: Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. Expuls¨® a Marchena (min. 85) y amonest¨® a Z¨¦ Castro, G¨¢lvez, Dom¨ªnguez, Casado, Amat
Riazor. Unos 25.000 espectadores.
Temor sobra en Riazor, donde el equipo se sostiene a base de voluntades. Fluyen los lemas: ¡°Uni¨®n y compromiso¡±, ¡°si se puede¡±, ¡°juntos podemos¡±, se apela a los sentimientos, al pasado glorioso, a los colores y al escudo, a los 107 a?os que cumple el club precisamente hoy. Pero el presente es crudo y hu¨¦rfano de f¨²tbol. Activar ciertas fibras sirve de poco cuando no sobra la chicha y el Deportivo est¨¢ en los huesos, padeci¨® un calvario durante el primer tramo del partido, superado en todos los conceptos, incapaz de manejar la pelota, apurado en el ¨¢rea, donde solo la ausencia de pegada del Rayo le salv¨® de encajar gol, visto lo visto en partidos anteriores quiz¨¢s un golpe irreparable. Lo tuvo Lass, incisivo e inalcanzable en los desmarques. En uno de ellos gan¨® la espalda de Marchena y Z¨¦ Castro para desperdiciar el mano a mano ante Aranzub¨ªa, en otro remat¨® mal a las manos del meta un centro que le dej¨® solo en el segundo palo.
El Rayo cree y por eso ofrece esta temporada una hermosa lecci¨®n con 8 millones de presupuesto
El Rayo decay¨® mientras el Deportivo perdi¨® a su referencia en ataque. Riki se march¨® lesionado a los 20 minutos y V¨¢zquez opt¨® por Salom?o en lugar de Oliveira. Y situ¨® como avanzado a Pizzi, un mediapunta. La decisi¨®n, seguramente justificada en sensaciones de partidos y entrenamientos, alter¨® los mecanismos del grupo, acostumbrado a buscar al delantero en los espacios y no con la pelota al pie que demanda el futbolista propiedad del Atl¨¦tico. De una u otra manera el Deportivo no lleg¨® al ¨¢rea, se alivi¨® con Valer¨®n, pero no se impuso hasta que en la segunda parte apel¨® por momentos a la heroica. Fue entonces, a lomos de una afici¨®n maravillosa, cuando se desat¨®, directo y concreto. El Rayo se defendi¨® con nervios de acero y entidad: bal¨®n al piso y a jugar. Algo cabe sospechar de un equipo que alinea a Trashorras en el doble pivote. Pero todo hab¨ªa cambiado. Sin noticias de Pizzi en su nueva ubicaci¨®n, Salom?o, Marchena y Aguilar vieron el gol de cerca. V¨¢zquez busc¨® en Juan Dom¨ªnguez un socio para Valer¨®n, dio carrete a Oliveira. Se abri¨® el Deportivo, al que el empate val¨ªa de poco, pero que se desarm¨® cuando iba a iniciar el arre¨®n final con una nueva expulsi¨®n, un partido m¨¢s otro error, esta vez de Marchena. Pas¨® entonces de dominador a dominado, a defender y firmar unas tablas que en casi nada le reconfortan y que Delibasic pudo romper en el descuento.
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