Enemigos ¨ªntimos
La rivalidad entre Rosell, Laporta y Soriano, compa?eros en la junta de 2003, amenaza con desgarrar al Barcelona
Necesitado de liderazgo como est¨¢ el Bar?a, Sandro Rosell ha ejercido finalmente de presidente sin m¨¢s acompa?ante que el portavoz Toni Freixa. La comparecencia de Rosell el lunes fue oportuna para los socios y aficionados barcelonistas y result¨® tambi¨¦n un interesante ejercicio informativo.
Aunque a Rosell le cuesta encontrar un tono institucional en sus comparecencias y adopta una posici¨®n defensiva, estuvo resolutivo en la parcela deportiva: el entrenador es y ser¨¢ Tito Vilanova y, en su ausencia, manda Jordi Roura. No hay margen para la duda ni siquiera para quienes propon¨ªan f¨®rmulas tan recurrentes como la de acudir a Carles Rexach. La alternativa de Charly no dejar¨ªa de ser curiosa porque hay quien sostiene que cuando escucha a Roura le parece o¨ªr a Rexach, como si hoy los t¨¦cnicos estuvieran m¨¢s cerca de las tesis del que fuera 7 del Bar?a que del 4 de Guardiola. Opinable o discutible, la intervenci¨®n de Rosell fue en cualquier caso tan convincente que el barcelonismo la asumi¨® con naturalidad.
Tambi¨¦n pareci¨® razonable que el presidente anunciara que el club emprender¨¢ acciones jur¨ªdicas para descubrir a qui¨¦n y por qu¨¦ motivo se espi¨® en el club. Ya se sabe que cada junta coloca a sus empleados cualificados en los puestos m¨¢s delicados, sobre todo el que hace referencia a la inform¨¢tica, y ahora mismo hay alguna factura y varios correos por identificar de la anterior junta.
Tres enemigos irreconciliables cuyos egos son infinitamente superiores a los celos que puedan tenerse Messi, Cesc y Xavi
Las explicaciones sobre la grada de animaci¨®n y la sentencia de los avales fueron, en cambio, sorprendentes y muy discutibles, fiel reflejo de c¨®mo act¨²a el consejo, la dificultad de interpretarle y la necesidad de una buena praxis period¨ªstica para controlar su acci¨®n de gobierno. R¨¤dio Barcelona descubri¨® que el club suministraba entradas a bajo precio a aficionados radicales y Catalunya R¨¤dio consigui¨® que el vicepresidente Jordi Cardoner confirmara que la candidatura de Rosell firm¨® durante la campa?a electoral un pacto con grupos radicales entre los que estaban los Boixos Nois. Los miembros del consejo no solo hab¨ªan negado siempre la informaci¨®n ahora confirmada, sino que incluso admitieron que hab¨ªan tratado con los aficionados sin el consentimiento de los Mossos.
Hay m¨¢s sospechas no confirmadas y puede que sean falsas. No est¨¢ probado que Rosell y su candidatura estuvieran relacionados con la moci¨®n de censura emprendida por Oriol Giralt contra Laporta; ni tampoco que la junta tenga algo que ver con Vicen? Pla, al que el Tribunal Supremo ha dado la raz¨®n sobre la sentencia de los avales que afecta al expresidente y siete exdirectivos. Tiene raz¨®n Rosell cuando se enfada con informaciones no probadas y publicadas por EL PA?S en piezas de opini¨®n ¡ªah¨ª queda escrito¡ª.
Ahora le toca gobernar a Rosell y, por tanto, no procede disimular ni conspirar como cuando le mov¨ªa la silla a Laporta
El presidente no puede negar, por el contrario, su activa participaci¨®n y la de varios directivos en favor de la moci¨®n promovida por Giralt en 2008, ni tampoco que Pla fue invitado a la asamblea de 2011 ¡ªlos socios decidieron emprender una acci¨®n de responsabilidad contra la junta de Laporta¡ª. Igualmente extra?o est¨¢ siendo hoy el comportamiento de Pla y la directiva, que se han pasado la pelota sobre la ejecuci¨®n de la sentencia, una vez que ya es irrevocable. Nadie sabe muy bien c¨®mo acabar¨¢ el asunto de los avales ni la acci¨®n de responsabilidad.
Aunque no tengan nada que ver, los intereses de la directiva y de la Associaci¨® de Defensa dels Drets dels Socis i S¨°cies del Bar?a ¡ªa la que pertenece Pla¡ª han sido coincidentes. Ambos han combatido la obra de Laporta y se han visto alineados con los sectores favorables a N¨²?ez desde que se decidi¨® no levantar la alfombra de Gaspart. El problema no est¨¢ en una actuaci¨®n plenamente leg¨ªtima, sino en el cinismo con el que se explica el consejo de Rosell. Asegura Freixa que no pactaron el regreso al campo de los grupos fan¨¢ticos a cambio de su apoyo electoral, sino para poner en marcha una grada de animaci¨®n solicitada por los futbolistas y para favorecer la integraci¨®n de unos j¨®venes ¡°muy majos¡±. La integraci¨®n solo ha funcionado curiosamente en una direcci¨®n, la misma en la que tambi¨¦n forman los disc¨ªpulos de Casaus, y ha repelido a los sectores m¨¢s cr¨ªticos, como por ejemplo el de Cruyff.
Y ah¨ª el problema de Rosell. Aunque est¨¢ en su derecho, no puede ejercer de presidente de la misma manera que actu¨® como opositor. El revanchismo es peligroso porque se corre el riesgo de agravar el desgarro institucional. El Bar?a es hoy v¨ªctima del odio que se tienen Rosell, Laporta y Ferran Soriano, compa?eros en la junta de 2003. Tres enemigos irreconciliables cuyos egos son infinitamente superiores a los celos que puedan tenerse Messi, Cesc y Xavi. Ocurre que ahora le toca gobernar a Rosell y, por tanto, no procede disimular ni conspirar como cuando le mov¨ªa la silla a Laporta. Tampoco Laporta deber¨ªa proceder como antes Rosell. Y ambos deber¨ªan olvidarse de Soriano. La situaci¨®n es tan delicada que igual no complace ni a N¨²?ez, que se ha tomado cumplida revancha de la moci¨®n de censura que le puso Laporta en 1998. El entramado jur¨ªdico que se ha montado desde entonces ha provocado con el tiempo, ni que sea casualmente ¡ªo no¡ª, que N¨²?ez y Rosell compartan los mismos enemigos y amigos en el Bar?a.
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