El silencio del rey Leo
Acostumbrado a que los t¨¦cnicos generen las mejores condiciones para su juego, Messi aspira a reivindicarse para no ser presa de la melancol¨ªa que sufri¨® con Argentina
A Messi no le gusta hablar y le incomoda especialmente tener que intervenir en p¨²blico, sobre todo ante sus compa?eros, como pas¨® en Sur¨¢frica 2010 con Argentina por su condici¨®n de capit¨¢n en el partido con Grecia. Balbucea, se ruboriza y es dif¨ªcil de entender, de manera que calla. As¨ª que ahora dif¨ªcilmente tomar¨¢ la palabra en el vestuario del Camp Nou para arengar al equipo con vistas al encuentro ante el Milan. No es solo una cuesti¨®n de apuro, sino que tambi¨¦n le preocupa el qu¨¦ dir¨ªan los dem¨¢s futbolistas si el n¨²mero uno se arrancara ahora con un imprevisto discurso.
El 10 ejerce el liderazgo a partir de sus gestos y de sus jugadas, prefiere la anticipaci¨®n en la cancha, su inteligencia se asocia al instinto. Ya se sabe de su car¨¢cter col¨¦rico en la derrota. Alguna discusi¨®n seria ha tenido en el vestuario cuando no se qued¨® en casa por la bronca que le provoca su mal perder. Ahora anda preocupado por la eliminaci¨®n copera ante el Madrid y la derrota en San Siro. No se sabe, sin embargo, qu¨¦ piensa, por lo que se impone interpretar su silencio para combatir una melancol¨ªa que remite a sus peores tiempos con Argentina cuando no se reparaba en la importancia que para su juego tiene el entrenador.
La tristeza no tiene fin, como dice la canci¨®n, y como Messi no habla pues nadie le pregunta. Hasta Sacchi le ve ¡°desmoralizado¡±. El 10, que se r¨ªe con Pinto y departe con Mascherano, solo ha dicho una cosa y no ha sido precisamente la que se supone a un delantero sino que ha actuado como un defensa: ¡°Hay mucha gente que est¨¢ esperando que perdamos para poder decir que el Bar?a se ha acabado¡±. Hoy es uno de los d¨ªas en que est¨¢ en juego su condici¨®n de bal¨®n de oro. Aunque mantiene la confianza en su juego, la sensaci¨®n es que no se siente del todo bien justo cuando precisa recuperar su mejor forma.
La Pulga sabe lo que quiere y lo que no; pero desconoce lo que le conviene
Messi extra?a a Guardiola y a Vilanova sin que Roura tenga la culpa. Acostumbra a recordar que Tito fue el entrenador que le hizo titular en los equipos inferiores y a?ora las charlas en que Pep instaba al equipo a darle la pelota a Messi o, en su defecto, a proporcionarle una salida cuando el juego se complicaba y el rival enjaulaba al argentino. Guardiola se desvivi¨® por crear las mejores condiciones para el ¨¦xito de La Pulga. El t¨¦cnico actuaba y pensaba por el jugador hasta tomar decisiones traum¨¢ticas para que aflorara su mejor juego y vena goleadora, como las de prescindir de Ronaldinho, Eto¡¯o e Ibrahimovic y situarle como falso 9.
El equipo ha perdido con el tiempo trabajo t¨¢ctico, visualizaci¨®n de los partidos y jerarqu¨ªa, por la enfermedad de Vilanova. No se ha reparado tanto en los problemas que pueda plantear el adversario ni en las soluciones propias y el colectivo se ha encomendado a Messi. Y el 10, como ni?o que es, a veces consentido y caprichoso, siempre ¨²nico, sabe lo que quiere y lo que no, pero desconoce lo que le conviene.
Guardiola actuaba y pensaba por ¨¦l y Tito le hizo debutar en las categor¨ªas inferiores
Los goles del 10 han servido para gobernar la Liga: ya suma 40 y lleva 17 jornadas seguidas dejando por lo menos uno. No se sabe, en cambio, si alcanzar¨¢n para la Champions, torneo en el que hoy totaliza cinco despu¨¦s de cuatro ediciones como pichichi. El argentino afirma que tiene una ¡°espina clavada¡± por el penalti fallado el a?o pasado en las semifinales contra el Chelsea y las estad¨ªsticas aseguran que ha sido incapaz de marcar un gol de jugada a un equipo italiano en nueve partidos (Udinese, Inter y Milan). Los tres tantos que le ha endosado al Milan han sido de penalti y la ¨²ltima vez ni siquiera tir¨® al marco de Abbiati. La organizaci¨®n defensiva del calcio ha sabido negar a Messi. ¡°Leo es el mejor del mundo, pero los rivales saben que si se le neutralizan tienen el 80% del trabajo hecho¡±, coinciden varios analistas del torneo italiano.
Aunque no marc¨® ni uno de los cinco goles que el Bar?a le meti¨® al Madrid en el partido cumbre de la era Guardiola, la messidependencia est¨¢ aceptada en el barcelonismo como problema y soluci¨®n. Todos quieren contentar al 10, empezando por Xavi, con quien departi¨® el lunes en un intento de que recupere la magia. M¨¢s que nada es una cuesti¨®n de fe. Hasta los esc¨¦pticos recuerdan que si Cristiano se recuper¨® de su tristeza, por qu¨¦ Messi no volver¨¢ a re¨ªrse. Ahora le necesita m¨¢s que nunca el Bar?a porque en juego est¨¢ la Copa de Europa y su reinado, heredero como es del trono de Ronaldinho y de Guardiola. Hoy le toca hablar para no renegar.
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