¡®Charlot¡¯ sigue tan feliz

No le hicieron falta a Javier Fern¨¢ndez sus tres cu¨¢druples para lograr otro hito en su carrera, el bronce en un Mundial, la primera medalla mundialista del patinaje art¨ªstico espa?ol. Le bast¨® con volver a demudarse en Charlot, con su chaleco dorado y sus manos en los bolsillos, repetir los gestos que le convirtieron hace un par de meses en campe¨®n de Europa ¡ªalgo m¨¢s atropellados, algo menos precisos en ocasiones¡ª, y aguardar con paciencia y muchos nervios a que acabaran nueve patinadores, entre ellos algunos de los mejores. Solo dos sumaron m¨¢s al final, el canadiense Patrick Chan, que ante su p¨²blico atrap¨® su tercera corona mundial, y el kazajo Denis Ten, que se despidi¨® besando el hielo. El espa?ol celebr¨® un nuevo resultado hist¨®rico, su medalla y las dos plazas ol¨ªmpicas que ello supone para Espa?a.

Los patinadores est¨¢n entrenados para corregir las imprecisiones sobre la marcha. En el programa libre, el ¨²ltimo, es normal que algunos de los saltos m¨¢s arriesgados no salgan como en las pr¨¢cticas y los atletas tienen que estar preparados para seguir adelante como si nada. Es lo que le pas¨® a Javier Fern¨¢ndez en su ¨²ltimo d¨ªa en London (Canad¨¢), broche de una temporada extenuante. Salt¨® para acometer su segundo cu¨¢druple y, mal alineado en el aire, corrigi¨® el vuelo para dejarlo en un doble giro. Tuvo un par de imprecisiones m¨¢s, pero repiti¨® cu¨¢druple, esta vez casi perfecto, y esos pasos que con mimo ha dise?ado para ¨¦l Brian Orser en Toronto, donde se entrena desde hace a?o y medio y donde su carrera se ha acelerado hacia la cumbre. Un programa que llega al p¨²blico y a los jueces por su interpretaci¨®n y porque es uno de los m¨¢s complicados de la historia.

Cuando sali¨® del hielo, ese hielo del que se quej¨® los primeros d¨ªas porque lo sent¨ªa demasiado blando, su cara lo dec¨ªa todo. No era la felicidad de Zagreb, la sonrisa enorme del que se sabe ganador. Era el gesto de un campe¨®n que ve que la medalla se le escapa, que se abraza sin pasi¨®n a su entrenador como dici¨¦ndole: ¡°He fallado, lo s¨¦¡±. Brian Orser se gir¨® entonces a Gloria Estefanell, delegada del equipo espa?ol y le dijo: ¡°Todav¨ªa puede ser bronce¡±.

El patinador sigui¨® como pudo la actuaci¨®n de sus contrincantes. Cuando supo que era bronce, estall¨®: ¡°No sab¨ªa qu¨¦ hacer, si saltar o llorar... Estaba tan feliz¡±, dijo. Luego se abraz¨® a sus compa?eros del equipo espa?ol, que hab¨ªan seguido su competici¨®n desde la grada y vestidos con camisetas de ¨¢nimo a su l¨ªder, un l¨ªder de 21 a?os; a Sonia Lafuente, la patinadora que le conoce desde los seis a?os, la que recuerda que en m¨¢s de una ocasi¨®n les echaron de un entrenamiento por no dejar de hablar y que le define como ¡°un ser libre que ha aprendido a centrarse¡±; a Adri¨¢ D¨ªaz, con quien comparte habitaci¨®n porque no le gusta estar solo, y a su pareja competitiva, Sara Hurtado, con la que comi¨® ayer antes de la prueba.

¡°Est¨¢ m¨¢s contento que en el Europeo¡±, asegur¨® por tel¨¦fono Estefanell, que recuerda que Fern¨¢ndez se olvid¨® la medalla en el vestuario cuando visit¨® la sala de prensa y tuvo que volver corriendo a por ella; ¡°es como un ni?o¡±.

¡°Para m¨ª es otro objetivo cumplido, otro sue?o despu¨¦s del oro europeo¡±, coment¨® el madrile?o. Su resultado no es solo otro triunfo personal para el mejor patinador espa?ol de la historia, para el chico que decidi¨® irse al extranjero y dejar los estudios cuando era a¨²n un adolescente porque quer¨ªa vivir del patinaje y que, tras probar en Estados Unidos y Rusia, ha encontrado en Canad¨¢ y en Brian Orser la f¨®rmula perfecta. Es tambi¨¦n un regalo para el equipo espa?ol, que tendr¨¢ al menos dos patinadores en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sochi el a?o que viene gracias a su resultado. Javier Fern¨¢ndez sabe que ese es el siguiente objetivo. La medalla ol¨ªmpica. Ya sin Charlot.