La batalla de Sudam¨¦rica

¡°Hay que ganar los partidos de local¡± es tal vez la frase m¨¢s repetida en la historia de las eliminatorias sudamericanas. Quiz¨¢ tambi¨¦n uno de los pocos casos donde la repetici¨®n no hace al clich¨¦. Ecuador, por ejemplo, consigui¨® 18 de los 20 puntos que lo tienen segundo en la tabla y muy cerca del Mundial en la altura de Quito.

Todas las selecciones hacen sus cuentas y miden sus posibilidades de clasificar mirando los partidos que les queda por disputar en casa. Nada raro si se tienen en cuenta las caracter¨ªsticas de un continente que abarca casi 8.000 kil¨®metros desde el Faro Punta Gallinas hasta el Faro de Ushuaia, y que obliga a traslados largos y adaptaciones extremas. Desde ese calor denso y h¨²medo de las tardes en el Metropolitano de Barranquilla a la asfixia del Ol¨ªmpico Atahualpa. Sin olvidar el ochomil m¨¢s famoso del f¨²tbol, en el Estadio Hern¨¢n Siles de La Paz, donde Argentina perdi¨® 6-1 las ¨²ltimas eliminatorias y la semana pasada no quiso repetir viejos errores. Para eso Sabella arm¨® un equipo y un esquema a medida, en funci¨®n de los resultados de la c¨¢mara hipob¨¢rica y a la mejor distribuci¨®n posible de los esfuerzos. El empate a uno fue una victoria para un partido que se disputa a 3.600 metros sobre el nivel del mar, donde hasta las llamas tienen problemas para respirar.

Cada eliminatoria trae tambi¨¦n una pregunta repetida: ?es m¨¢s dif¨ªcil clasificar para los europeos que para los sudamericanos? Si tenemos en cuenta la cantidad de pa¨ªses no quedan dudas. En Europa clasifican 13 equipos de 53 y en Sudam¨¦rica 4 de 9, m¨¢s un quinto que tiene la posibilidad de la repesca. Est¨¢ claro, las eliminatorias sudamericanas otorgan mayor margen de error a los grandes y m¨¢s posibilidades a los chicos, sin embargo, el nivel general es mucho m¨¢s parejo. Con un tercio de los cupos Sudam¨¦rica gano nueve t¨ªtulos contra 10 de Europa. Todas las selecciones sudamericanas con excepci¨®n de Venezuela han participado alguna vez del Mundial y todas tienen a d¨ªa de hoy posibilidades matem¨¢ticas de clasificarse para el pr¨®ximo. En Europa las distancias son, a veces, abismales: Malta, Islas Feroe, Andorra, Liechtenstein, Luxemburgo, Kazajist¨¢n y San Marino acumulan entre todos 4 puntos, 117 goles en contra y solo 9 a favor. O sea, la misma cantidad de goles a favor y la mitad de los puntos que lleva Paraguay, el ?ltimo en la tabla sudamericana.

Todas las selecciones del continente, salvo Venezuela, han participado alguna vez en un Mundial

Pero esa matem¨¢tica que permitir¨ªa so?ar a Paraguay o a Bolivia se desvanece cuando uno mira los puntos perdidos de local, el Alcazar a partir del cual se construye la clasificaci¨®n en un continente de geograf¨ªa tan dispar. Con excepci¨®n de jugar en la altura, las mismas dificultades y adaptaciones que enfrentan cada eliminatoria los equipos sudamericanos le esperan a los europeos que clasifiquen al pr¨®ximo Mundial. Con sus enormes distancias y cambios de clima Brasil es una peque?a Sudam¨¦rica. Las 12 sedes se podr¨ªan dividir en cuatro grupos. En el sur, Porto Alegre y Curitiba; en el centro, S?o Paulo, Belo Horizonte, R¨ªo y Brasilia; en el norte, Salvador de Bah¨ªa, Recife, Natal y Fortaleza; y en el oeste, Cuiaba y Manaos.

La ventaja de jugar en junio y julio es que corresponde a los meses m¨¢s templados. Sin embargo, incluso en esta estaci¨®n, nada tiene que ver el clima de Natal con el del Mato Groso, generalmente caluroso y muy seco durante esa temporada. O el de Manaos, capital del Estado de Amazonas, con el de Porto Alegre, distante unos 4.500 kil¨®metros en coche.

No es casual que en la historia de los Mundiales nunca un equipo europeo haya ganado uno disputado en Am¨¦rica y tan solo un equipo americano haya vencido en Europa: Brasil, que se sobrepuso a la lluvia y los resbalones en el estadio Rasunda para golear a Suecia en la final del 58, en Estocolmo. Las otras selecciones campeonas fuera del propio continente fueron Brasil en Corea y Jap¨®n 2002 y Espa?a en Sud¨¢frica. En la Copa Confederaciones de junio, que utiliza 6 de las 12 sedes del pr¨®ximo Mundial, Espa?a e Italia tendr¨¢n un buen campo de pruebas. Un peque?o experimento de lo que vivir¨¢n en junio del 2014 y una ventaja adaptativa con respecto al resto de potencias europeas que pretendan igualar la gesta de Brasil en el 58.