El Madrid se da un paseo
Los blancos despachan con facilidad a un Galatasaray sin armadura y se quedan a un dedo de las semifinales ¡ñ Vuelven a marcar Higua¨ªn y Benzema, y Alonso y Ramos se ahorran la vuelta
A su antojo, como quiso hizo lo que quiso el Real Madrid. Suficiente, salvo descalabro inopinado en Estambul, para alcanzar las semifinales. Frente a un adversario sonado desde el inicio, al Madrid le bast¨® con un tr¨¢mite para descalabrar a tan ingenuo contrario. Contundente y puntual, el grupo de Mourinho gestion¨® con el libreto b¨¢sico un partido sin duelo frente a un contrario de cart¨®n piedra. Bien lo interpret¨® el equipo espa?ol, por lo que en plena faena de ali?o Sergio Ramos y Xabi Alonso se exiliaron para la vuelta. Una tarjeta oportuna y a descansar. Hasta para eso dio el envite.
El Madrid ni siquiera necesit¨® colonizar el juego, no fue, ni de lejos, el mejor Madrid del curso. Lo mismo dio. El Galatasaray sac¨® bandera blanca desde el calentamiento. Encogido, sumiso, nada hizo por maquillar la sideral diferencia entre ambos. Concedi¨® la alfombra a su rival y el Madrid le sacudi¨® con dos contras en favor de Cristiano y Benzema, el para¨ªso del conjunto madridista, y un cabezazo a merced de Higua¨ªn. Punto y final.
Madrid, 3; Galatasaray, 0
Real Madrid: Diego L¨®pez; Essien, Varane, Sergio Ramos, Coentr?o; Xabi Alonso, Khedira; Di Mar¨ªa (Pepe, m. 86), ?zil (Modric, m. 80), Cristiano; y Benzema (Higua¨ªn, m. 65). No utilizados: Ad¨¢n; Arbeloa, Marcelo y Kak¨¢.
Galatasaray: Muslera; Ebou¨¦, Semih Kaya, Dany Nounkeu, Riera (Amrabat, m. 83); Altintop (Bulut, m. 78), Felipe Melo, Sel?uk Inan; Sneijder (Gokhan Zan, m. 46); Drogba y Burak Yilmaz. No utilizados: Eray Iscan; Hakan Balta, Sabri y Kurtulus.
Goles: 1-0. M. 9. Cristiano. 2-0. M. 29. Benzema. 3-0. M. 73. Higua¨ªn.
?rbitro: Svein Oddvar Moen (Noruega). Amonest¨® a Dany Nounkeu, Felipe Melo, Essien, Drogba, Modric, Burak Yilmaz, Xabi Alonso y Sergio Ramos (los tres ¨²ltimos se pierden el partido de vuelta).
Unos 80.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
¡°Cualquier ni?o de seis a?os sabe c¨®mo juega el Madrid¡±, hab¨ªa proclamado Terim, el t¨¦cnico turco, ya cerca de los 60, desmentido, se supone, por sus chicos, a los que no supo inculcar su parvulario credo. Nunca el Madrid necesit¨® tan poco para hacer descarrilar a un oponente de cuartos en Champions. Tan moroso fue el campe¨®n turco, que en Chamart¨ªn la Copa de Europa no fue el motor de emociones que acostumbra y que nadie interioriza mejor que la parroquia blanca, protagonista indiscutible de la m¨ªstica de este torneo.
Por mucho que el Galatasaray se expresara como un equipo blandengue, el Madrid no fue dem¨¦rito. La Copa de Europa no admite despistes, es proclive a castigar los borrones. En un partido de cenizas, el Madrid no se despist¨®, no se acomod¨®, y sac¨® el provecho suficiente, lo que requer¨ªa la eliminatoria. Frente a un enemigo descamisado, el grupo de Mourinho tir¨® de inventario. Dos goles, y la habitaci¨®n cerrada. Ni un dictado del Galatasaray, arrestado por el recluta Varane, un defensa infinito, la gran noticia del curso de este Madrid. El franc¨¦s juega como mira, sin mover una ceja, concentrado, sin estridencias, a lo suyo, que es much¨ªsimo. Solo el eterno Drogba, un centuri¨®n, se neg¨® a claudicar. No hubo migas de Yilmaz ¡ªinvisible en el Bernab¨¦u y sancionado para Estambul¡ª, y menos a¨²n de Sneijder, un fugitivo del f¨²tbol hoy exiliado en el B¨®sforo.
No hubo pistas de Yilmaz, sancionado para Estambul, y menos de Sneijder
Tan fl¨¢cido se mostr¨® el conjunto turco que el Madrid ni siquiera precis¨® la mejor versi¨®n de Cristiano, casi siempre explosivo en las grandes noches. La de ayer le exigi¨® lo justo, por m¨¢s que el cartel anunciara unos cuartos de Copa de Europa. Abiertos los pasillos, al primer desmarque, a Ronaldo le dio hilo ?zil, liberado por el Galatasaray. El portugu¨¦s defini¨® con la misma sencillez que destilaba el choque. Un toque sutil y a otra cosa. Essien, inesperado relevo de Arbeloa, maniobr¨® por el carril derecho sin espantos ajenos y su centro cay¨® a pies de Benzema, que hizo diana como es Benzema, sin ruido, sin palique. Un gol acorde con el dictado del encuentro, sin otra liturgia que la que quiso el Madrid. Y una grata portada para Mourinho, que demandaba goles de sus arietes, que reclamaba con raz¨®n que la producci¨®n no se limitara a Cristiano y Cristiano. Por fin, Benzema e Higua¨ªn se sumaron al repertorio.
Llegada la recta final, la Champions no siempre requiere proezas, celebridades. No es un romance. Es cuesti¨®n de gobernar los recursos propios y deste?ir al contrario. Lo consigui¨® el Madrid con una facilidad extrema, pasmosa, sin conceder una cornada a su adversario, sometido de principio a fin. El regimiento de Terim a¨²n est¨¢ lejos de proclamar su candidatura europea, por m¨¢s que se haya convertido en una reserva de ilustres como Sneijder o Drogba. Le puede el mal de altura y no es un conjunto vertebrado, lo contrario que el Madrid, eficaz en las ¨¢reas y met¨®dico en el transcurso del juego. Tan capaz para azotar al Galatasaray como para dejarle sin mecha, hipnotizado, sin respuesta. Es lo que distingue a los aspirantes de verdad, equipos capaces de un ejercicio tan profesional.
Los locales dejaron a los visitantes sin mecha, hipnotizados, sin respuesta
Fue un partido sin m¨¢s sobresaltos que las acometidas blancas. Las de un equipo que nad¨® tan bien como supo guardar la ropa. No se parti¨® y tampoco se atrofi¨® con la soser¨ªa general del encuentro. Sostenido por Varane y amenazante con medio Cristiano, el Madrid se colg¨® de Xabi Alonso, al que los turcos dejaron libre, con todo el panorama a su vista. Un suplicio total para el Galatasaray, una tacha para su t¨¦cnico, s¨ª, el mismo que hab¨ªa convertido el estudio del Madrid en una clase de jard¨ªn de infancia. En todo manual, el primer cortocircuito al equipo de Mourinho pasa por incomodar a Alonso y ?zil. Suspendi¨® Terim y el Madrid se dio un paseo, sin posibilitar jam¨¢s un partido con curvas. El observatorio de Mourinho funcion¨® a la perfecci¨®n: el resultado por encima de todo, sin desmadres, siempre con la espalda cubierta y los riesgos justos. Lo que eran el Oporto o el Inter que llegaron al trono. El Madrid, con mucho m¨¢s plantel que aquellos, no sufri¨® en nada ante el Galatasaray y no solo se qued¨® a un me?ique de la semifinal. Lo hizo sin rasgu?os, con el dep¨®sito justo. La vuelta, en la que se presum¨ªa un infierno, ser¨¢ tur¨ªstica. Ideal en una ciudad como Estambul. Bien que se lo gan¨® este Madrid de paso firme, m¨¢s machote que estilista. Nadie dijo que no sea el camino hacia la final de Wembley. Al Madrid le queda muy cerca, a un pelda?o. Todo por la d¨¦cima.
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