El guante de Koke propicia una manita

Agarrado al interior de la bota derecha de Koke y a las facilidades defensivas que concedi¨® el Granada, el Atl¨¦tico le brind¨® a su hinchada una goleada. Las gradas se poblaron de una chiquiller¨ªa que acudi¨® entusiasmada al Calder¨®n, en el d¨ªa de los ni?os. Invitaba la tarde primaveral y el equipo le regal¨® a sus j¨®venes aficionados una retah¨ªla de goles. Tambi¨¦n fue generoso Simeone con el paladar de la grada y le volvi¨® a dar minutos a ?liver que, en 20 minutos largos, ofreci¨¦ndose, tocando en corto y en largo y hasta con un requiebro deleit¨® al personal.

No llegaba el equipo fino a la cita con la pelota y hab¨ªa ganado la Real en Vallecas. Un traspi¨¦ hubiera comprometido la tercera plaza, as¨ª que el Atl¨¦tico sali¨® con la seriedad que le caracteriza m¨¢s all¨¢ de lo que sea capaz de hacer con la pelota. Aline¨® Simeone a Ra¨²l Garc¨ªa a la derecha y al Cebolla Rodr¨ªguez a la izquierda. Estuvo m¨¢s activo el uruguayo y m¨¢s concreto y eficaz el navarro. Como sustituto de Mario Su¨¢rez el elegido fue Koke, que volvi¨® a sus or¨ªgenes de mediocentro. Suyo fue el partido. Se fue creciendo a medida que comprob¨® el interior de su bota derecha estaba con el tacto ideal. Empez¨® a ense?arlo r¨¢pido. Sac¨® a relucir su toque a los tres minutos en una rosca que no leyeron bien ni Roberto no Diakhate. El portero sali¨® tarde y el central se dej¨® adelantar por Diego Costa. Este fue el primero de los tres pases de gol que brotaron de la bota derecha de Koke.

Solo dio batalla el Granada en el posicionamiento de sus jugadores en los balones largos o en los saques de banda. No tuvo ensamblaje alguno cuando quer¨ªa salir. En uno de esos deslavazados intentos fue castigado por una contra de manual del Atl¨¦tico. Recogi¨® la pelota en el medio el Cebolla Rodr¨ªguez y no tuvo a nadie del Granada que le impidiera progresar. A la carrera le dio un buen pase en profundidad a Diego Costa y este sac¨® un centro raso para que lo empujara Falcao. En media hora, con orden y sabiendo esperar, el Atl¨¦tico ya ten¨ªa el partido en el bolsillo y a su rival entregado. Volvi¨® a sucumbir en el segundo tiempo la defensa granadina a sendas faltas laterales botadas por Koke, que lleva ya 11 asistencias. Una desde la izquierda que remach¨® Falcao y otra desde la derecha a la que se anticip¨® Ra¨²l Garc¨ªa. Crecido como estaba, Koke intento dos goles ol¨ªmpicos jugando con el sol de cara para Roberto, que estuvo a punto de tragarse esas dos intentonas afiladas.

Filipe Luis cerr¨® la cuenta en una proyecci¨®n que culmin¨® picando y cruzando la pelota con suavidad ante la salida de Roberto. Fue entonces cuando salt¨® al campo ?liver Torres. Ra¨²l Garcia fue despedido en pie, pero la ovaci¨®n al chico fue atronadora. Cargada de la misma ilusi¨®n y frescura que destilaban las gradas. Se puso Ol¨ªver por delante de Gabi y en paralelo a Koke. Le cost¨® cinco minutios entrar en juego, pero cuando lo hizo ense?¨® que cuando lo crea necesario Simeone, el equipo puede jugar a otra cosa con ¨¦l. Siempre corri¨® para atacar la pelota, para ofrecerse en apoyos cortos. Fue una soluci¨®n fiable en medio de triangulaciones que entusiasmaron a la hinchada. Esos toques en corto, un recorte, un cambio de juego y dos pases cargados de efecto en profundidad le valieron al chico el reconocimiento un¨¢nime . Ha encadenado ?liver casi una hora de juego en una semana y no ha defraudado. ?l siempre se ofrece, y si sus compa?eros combinan con ¨¦l, Simeone gana un registro distinto.