Lamentos por Kobe Bryant
La lesi¨®n de la estrella de los Lakers es un recordatorio de que las ¨¦pocas no acaban gradualmente sino de repente
Pasaba por delante de un restaurante cerca de mi casa en Los ?ngeles cuando el tend¨®n de Aquiles de Kobe Bryant se rompi¨®. En ese momento no sab¨ªa que Kobe Bryant se hab¨ªa roto el tend¨®n de Aquiles porque el restaurante estaba poniendo el partido de los Lakers sin sonido y porque me parec¨ªa que las repeticiones acompa?aban una discusi¨®n sobre si le hab¨ªan hecho falta. Simplemente otra jugada m¨¢s en la larga carrera de Kobe, pens¨¦, y segu¨ª mi camino; m¨¢s tarde comprob¨¦ qui¨¦n hab¨ªa ganado. Al fin y al cabo, los Lakers se estaban jugando un puesto en los playoffs.
Unos d¨ªas m¨¢s tarde, acud¨ª al primer partido de los Lakers despu¨¦s de la lesi¨®n de Bryant y se desarroll¨® como esperaba. El resto del equipo parec¨ªa aliviado, sin el peligro de que un psic¨®pata man¨ªaco les pudiese dar un grito en cualquier momento, ganaron. Dos hechos relacionados solo a causa de Kobe Bryant. Dos hechos que, para m¨ª, definen a Kobe Bryant.
Kobe Bryant ha sido una constante en nuestras vidas desde 1996, cuando fue elegido en el draft procedente del instituto. Hoy en d¨ªa, Bryant ocupa el cuarto puesto en la lista de anotadores de todos los tiempos y el 14? en la lista de los jugadores que m¨¢s minutos han jugado nunca. Ha ganado cinco t¨ªtulos de la NBA, ha jugado 15All-Stars y ha conseguido el t¨ªtulo de mejor anotador dos veces. Ha sido tan omnipresente como Internet, Bill Clinton o las guerras en Oriente Pr¨®ximo.
Podr¨ªa parecer prematuro hablar de la carrera de Bryant en pasado. Prematuro si no sabes c¨®mo funciona el cuerpo humano
Sin embargo, Kobe Bryant ¡ªa pesar de toda su grandeza¡ª nunca fue tan insustituible como ¨¦l se pensaba. Podr¨ªa parecer prematuro hablar de la carrera de Bryant en pasado. Prematuro si no sabes c¨®mo funciona el cuerpo humano. Kobe Bryant podr¨ªa volver de la operaci¨®n tan en forma como siempre, pero eso parece poco probable. No solo porque se le rompi¨® el tend¨®n de Aquiles, sino porque ahora tiene 34 a?os y ocupa el 14? lugar en la susodicha lista de los jugadores que m¨¢s minutos han jugado en la historia de la NBA. E incluso si vuelve, en el mejor de los casos podr¨¢ jugar una, o quiz¨¢s dos temporadas m¨¢s a su mejor nivel. Si esto es el principio del fin para Bryant, podr¨ªa ser un final apropiado ¡ªla justicia po¨¦tica¡ª porque estaba, hasta cierto punto, fuera de su control. Kobe siempre ha querido el control de todo: de su imagen, de sus compa?eros de equipo, de lo que la gente pensaba de ¨¦l.
Cuando estuve en un campus de entrenamiento con los Lakers en 2001, Shaquille O¡¯Neal no paraba de tomarle el pelo. ¡°Mirad al peque?o Mike¡±, dec¨ªa cuando Bryant imitaba los gestos de Michael Jordan. No hay nada malo en querer ser como el mejor jugador de la historia, por supuesto. El problema es que el jugador al que Kobe estaba emulando era un dinosaurio. Michael Jordan pod¨ªa ser ego¨ªsta y un ganador porque era posible en su ¨¦poca, cuando sus enemigos eran Craig Ehlo y otros por el estilo. El juego hab¨ªa cambiado, y Bryant necesitaba a sus hombres importantes ¡ªO¡¯Neal, Pau Gasol, Phil Jackson¡ª m¨¢s de lo que cre¨ªa. Ahora tiene que haber una nota de tristeza cuando hablamos de Kobe Bryant. El hombre est¨¢ sufriendo, tanto f¨ªsica como psicol¨®gicamente. Eso en s¨ª ya es algo de lo que lamentarse. Pero tambi¨¦n es lamentable: la lesi¨®n de Kobe es un recordatorio de que las ¨¦pocas no acaban gradualmente, sino de repente. Y que cuando llegue el final, probablemente ser¨¢ cuando menos nos lo esperemos.
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