Un t¨¦cnico no vive de la mala suerte
Es dif¨ªcil entender por qu¨¦ falla una sofisticada pieza de un f¨®rmula uno, probada durante horas y horas y con simulaciones de todo tipo por un departamento de investigaci¨®n. Estoy seguro de que, a estas horas, en Ferrari ya saben qu¨¦ pas¨® con el DRS que arruin¨® el trabajo de Alonso en Bahr¨¦in. ?Qu¨¦ es el DRS? Un sistema que permite al piloto desactivar el aler¨®n trasero. Se corresponde con sus siglas en ingl¨¦s, Drag Reduction System. El piloto aprieta un bot¨®n y el aler¨®n se abre en su mitad superior hacia adelante, como un buz¨®n. Esa apertura reduce la resistencia del coche al viento, es decir la carga aerodin¨¢mica, y aumenta su velocidad punta, entre siete y 11 kil¨®metros. Al igual que el KERS, sistema de recuperaci¨®n de energ¨ªa que da potencia extra, la FIA permite utilizarlo en una o dos rectas, dependiendo de los circuitos, y en momentos determinados. Se puede accionar cuando un piloto est¨¢ a menos de un segundo del que le precede.
?Qu¨¦ sucedi¨® con el Ferrari de Alonso en Bahr¨¦in? Una vez que el piloto frena, el sistema DRS se desactiva y el aler¨®n proporciona de nuevo la carga aerodin¨¢mica inicial al coche. En el caso de Fernando, no fue as¨ª. El aler¨®n se qued¨® enganchado y eso quiere decir que perd¨ªa carga aerodin¨¢mica en los giros y el coche se le iba de la parte trasera. Viendo que era mucho m¨¢s lento y los de atr¨¢s se lo com¨ªan, y de acuerdo con el equipo, entr¨® en boxes. Los mec¨¢nicos fijaron el aler¨®n manualmente, creyendo tal vez que el polvo del circuito de Bahr¨¦in caus¨® el fallo. Al volver a activarlo, se repiti¨® la situaci¨®n. Regres¨® a boxes, volvieron a fijarle el aler¨®n y convinieron que no deb¨ªa utilizarlo m¨¢s.
?Mala suerte? No. La suerte se busca. Un t¨¦cnico no puede pensar que vive de la mala suerte. Si haces las cosas mal, tendr¨¢s problemas. Y es evidente que el sistema RDS le ha fallado a Ferrari. Eso no significa que su coche no sea fiable. Si por algo pudo luchar por el t¨ªtulo el a?o pasado, fue por su fiabilidad. Y la tendencia es la misma. Lo ocurrido, estoy convencido, ha sido lo que llamamos un one-off, es decir, un fiasco puntual, la excepci¨®n.
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