La monta?a de Diego L¨®pez

La semifinal del Westfalenstadion, como el umbral que conduce a la salida del laberinto, comenzar¨¢ a iluminar el alcance del ¨¦xito del ¨²ltimo proyecto deportivo del Madrid. Multitud de inc¨®gnitas comenzar¨¢n a transformarse en hechos hist¨®ricos a medida que avancen los dos partidos. La primera de las dudas a despejar ser¨¢ la del primer nombre de la alineaci¨®n: el portero. Diego L¨®pez se ha ganado el puesto por m¨¦ritos deportivos pero su presencia en el once de Dortmund (ma?ana, 20.45, C+LC) entra?ar¨¢ una pesada carga pol¨ªtica. Solo falta que Mourinho le inscriba una vez m¨¢s entre los titulares para determinar definitivamente la condici¨®n de suplente de Casillas, el mejor portero de Europa desde 2008, el capit¨¢n, el canterano, y el hombre que durante una d¨¦cada ha simbolizado como nadie la simbiosis entre la plantilla y la afici¨®n.

La elecci¨®n de Diego L¨®pez situar¨ªa al portero en una zona desconocida. Tiene 31 a?os, la misma edad que Casillas, pero, a diferencia de su colega, nunca ha disputado unas semifinales de Champions. Su posici¨®n recuerda a la del alpinista que explora su organismo en la peligrosa zona por encima de los 8.000 metros, all¨ª donde la dificultad para respirar separa los buenos de los excelentes.

El portero gallego ha sabido aislarse del ruido que genera el ¡®caso Casillas¡¯

La fractura en la mano izquierda oblig¨® a Casillas a pasar por el quir¨®fano en enero y para sustituirle el Madrid fich¨® por cuatro millones a Diego L¨®pez, que ven¨ªa de cumplir una discreta temporada en el Sevilla. Seg¨²n fuentes del Madrid, el primer responsable de la elecci¨®n fue Ram¨®n Mart¨ªnez, un alto cargo de la direcci¨®n de f¨²tbol. Mourinho hab¨ªa pedido otros porteros: Stekelenburg (Roma), Julio C¨¦sar (QPR) o Roberto (Zaragoza). Dicen en el club que a Mourinho le disgust¨® que no le hicieran caso y que tard¨® algunos d¨ªas en mostrarse afectuoso con el reci¨¦n llegado.

Tres meses despu¨¦s de llegar, Diego L¨®pez se dispone a atacar la ¨²ltima pared. La l¨®gica deportiva indica que el gigante (1,96m) de Paradela (Lugo) jugar¨¢ contra el Borussia porque su entrenador apost¨® por ¨¦l en los cuartos de final, contra el Galatasaray, y porque cumpli¨® con solvencia en los octavos, frente al Manchester, y en los tres cl¨¢sicos que disput¨® en febrero. Aseguran sus compa?eros que sus paradas a Pedro y Xavi en las semifinales de Copa le ayudaron a liberarse de la rigidez con que lleg¨® procedente del Sevilla en el mercado invernal. Frente al Manchester, aparte de algunos problemas para despejar la pelota, se afirm¨®. Van Persie le hizo hasta seis remates entre los tres palos: el portero se interpuso en todos. Ante el Galatasaray sigui¨® respondiendo: Drogba, Ebou¨¦, Yilmaz, Inan y Sneijder pusieron a prueba sus guantes en nueve ocasiones. Salv¨® seis. Suficiente para pasar a semifinales.

El debate de la porter¨ªa es natural porque Casillas, adem¨¢s de tener m¨¢s experiencia, ven¨ªa ofreciendo mejores resultados, a la luz de las estad¨ªsticas de Liga. El capit¨¢n disput¨® 1.702 minutos, le metieron un gol cada 100 minutos, hizo una parada cada 51 minutos y le remataron una vez cada 9 minutos. Con Diego L¨®pez la defensa no ha funcionado mejor porque le rematan m¨¢s: ha disputado 900 minutos, le meten un gol cada 90, hace una parada cada 30 minutos y recibe un tiro cada 7,5.

Casillas le ha confesado a algunos compa?eros que Mourinho ya no le habla. Que cada vez que quiere transmitirle algo env¨ªa a Karanka, el auxiliar, que hace las veces de intermediario; y que hace poco le comunic¨® que no jugar¨ªa mientras el portugu¨¦s siga siendo el jefe. Dicen en el vestuario que Mourinho no le ha hecho reproches t¨¦cnicos pero que le ha transmitido que le considera jugador un desleal. Casillas, que se encuentra en la situaci¨®n m¨¢s desagradable de su carrera, alberga pocas esperanzas de jugar. Pero en Valdebebas circulan otras noticias desde la primera semana de abril. Entonces el m¨¢nager, seguro de que para eliminar al Galatasaray no necesitar¨ªa de grandes proezas bajo la porter¨ªa, alberg¨® la idea de reservar a Casillas como quien esconde una carta para las semifinales, en que el capit¨¢n le podr¨ªa prestar un doble servicio: deportivamente no ser¨ªa inferior a Diego L¨®pez y socialmente le valdr¨ªa de paraguas por si no gana la Champions.

Diego L¨®pez, que ha sabido aislarse del ruido que genera su situaci¨®n, se dispone a dar el paso decisivo hacia lo desconocido ma?ana en Dortmund.