La Bundesliga tambi¨¦n arrolla al Madrid
El Borussia Dortmund zarandea 4-1 al campe¨®n espa?ol, espeso y muy p¨¢lido, con cuatro goles de Lewandowski
No hay ant¨ªdoto contra esta reluciente Bundesliga que hoy deslumbra en el planeta f¨²tbol. Ni el Bar?a, el de la gran pasarela de estos a?os, tuvo el martes la receta, ni tampoco anoche el Madrid, un gigante que parec¨ªa llegar en plena ebullici¨®n rumbo a la d¨¦cima, con una extraordinaria galaxia de jugadores y un t¨¦cnico reputado como nadie. Los dos fueron arrollados.
El Borussia, con menos predicamento que el altivo Bayern, tambi¨¦n fue insalvable para el campe¨®n espa?ol, que prolong¨® en Dortmund su calvario alem¨¢n, donde ha dejado varios de los mayores borrones de su historia. Frente al Borussia fue un equipo p¨¢lido, a merced del desparpajo de su emergente adversario. De nada le sirvi¨® igualar el marcador por un inesperado regalo local. Lewandowski, un ariete al que si se le sacude solo caen goles, le tortur¨® con cuatro tantos. El polaco entr¨® en trance en toda una semifinal europea y frente al rival m¨¢s encumbrado. Eso es tener estrella. Todo un demonio para un Madrid que no se distingui¨® por nada, que no jug¨® a nada, falto de esp¨ªritu en muchos momentos, decepcionante en todas las facetas del juego. Esta vez no encontr¨® redentor en Cristiano y ahora tendr¨¢ que hurgar en su leyenda para creer en una remontada. No han sido pocas las veces que este club ha apelado con ¨¦xito a la ¨¦pica, es su m¨ªstica con la Copa de Europa. Por ah¨ª pasa su ¨²nica esperanza.
Borussia, 4-Real Madrid, 1
Borussia: Weidenfeller; Piszczek (Grosskreutz, m. 82), Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender, G¨¹ndogan (Schieber, m. 91); Blaszczykowski (Kehl, m. 81), G?tze, Reus; y Lewandowski. No utilizados: Langerak; Santana, Leither y Sahin.
Real Madrid: Diego L¨®pez; Sergio Ramos, Varane, Pepe, Coentr?o; Khedira, Xabi Alonso (Kak¨¢, m. 79); ?zil, Modric (Di Mar¨ªa, m. 68), Cristiano; e Higua¨ªn (Benzema, m. 68). No utilizados: Casillas; Albiol, Nacho y Callej¨®n.
Goles: 1-0. M. 8. Lewandowski. 1-1. M. 42. Cristiano. 2-1. M. 49. Lewandowski. 3-1. M. 55. Lewandowski. 4-1. M. 68. Lewandowski.
?rbitro: B. Kuipers (Holanda). Amonest¨® a Khedira, ?zil, Lewandowski y Ramos.
80.000 espectadores en el Iduna Park.
El Madrid, sin molde de principio a fin, fue zarandeado de inmediato por la explosividad de su juvenil adversario, que no se demor¨® hacia Diego L¨®pez. Antes de los diez minutos, Reus, tras un excelente eslalon, ya hab¨ªa exigido el m¨¢ximo del portero madridista, que alcanz¨® a desviar su disparo cruzado. Y, de inmediato, en el asalto prematuro del Borussia, Lewandoski, el h¨¦roe de la jornada, se anticip¨® a Pepe y caz¨® un centro desde la izquierda. Aturdido qued¨® el Madrid, como el central portugu¨¦s, extraviado todo el encuentro frente a las acometidas de este delantero de aire desgarbado, eficaz en el juego de espaldas y contundente y feroz cuando huele la presa del gol. M¨¢xime cuando el equipo alem¨¢n cambi¨® autom¨¢ticamente el guion.
El tanto a favor le hizo ser m¨¢s preventivo, cedi¨® el gobierno y se procur¨® jugar a campo abierto, como le encanta. No tira pelotazos desde la cueva y no es tan preciso para llegar a la zona de tres cuartos, pero cuando lo consigue irrumpen chicos como G?tze, el ?zil del Dortmund, o Reus, una culebra. Y al fondo, como fin de fiesta, Lewandowski, el noveno jugador que marca cuatro goles en un partido de Liga de Campeones, a uno del r¨¦cord de Messi (cinco en 2012 ante el Leverkusen). Eso s¨ª, con doble valor para el ariete polaco, el primero que lo logra en semifinales.
Espeso y chato, el Madrid no tuvo soltura, se sinti¨® inc¨®modo, sin la posibilidad de acelerar que tanto le gusta. Con Di Mar¨ªa en el banco, Mourinho orient¨® a ?zil hacia el costado derecho, pero el alem¨¢n tiene preferencia por zonas m¨¢s templadas. Lo suyo no es el largo recorrido, con lo que se escap¨® cuanto pudo hacia el centro, donde anidaban Khedira y Modric por delante de Xabi Alonso. Enredado por el centro, tampoco encontr¨® v¨¦rtigo por fuera, donde el equipo insisti¨® una y otra vez en buscar a Cristiano. Eso s¨ª, siempre al pie, apenas al espacio, porque Piszczek le anud¨® cuanto pudo, dimitido por completo en ataque. Sin profundidad, como rumiando qu¨¦ partido deb¨ªa disputar, la ¨²nica respuesta que encontraba el conjunto espa?ol eran faltas laterales en la banda de Cristiano. Poco recurso.
El equipo de Mou no jug¨® a nada, estuvo decepcionante en todas las facetas
Imprevisto como es el f¨²tbol, el Madrid pareci¨® encontrar alivio cuando el Borussia m¨¢s contenido estaba, ocupado en la gesti¨®n del gol y a un paso del descanso. Reus, en otra diab¨®lica incursi¨®n, reclam¨® penalti de Varane, que de ser pareci¨® fuera del ¨¢rea. En la jugada siguiente, contrariados los locales, Hummels, su defensa armador, un zurdo que hace caranto?as a la pelota, la pifi¨®. Tanto quiso mimar el bal¨®n para ced¨¦rselo a su portero que lo dej¨® a pies de Higua¨ªn, que enfil¨® a Weidenfeller sin estorbos y fue generoso con Cristiano, al que invit¨® al gol. El Madrid, con un empate de la nada y el inmenso bot¨ªn que supone un gol en territorio ajeno.
Cab¨ªa esperar que el contratiempo rebajara al Borussia, equipo a¨²n sin cuajo en las grandes aventuras. Y, en cambio, que el Madrid tirara de galones. El f¨²tbol es un desmentido perpetuo. De vuelta del sosiego, lleg¨® la segunda y gran oleada de los muchachos de Klopp. Guiados por G¨¹ndogan, iluminados por G?tze, lanzados por Reus y con el lazo de Lewandoski. Sucumbi¨® sin remedio el Madrid, mudo, sometido por un rival m¨¢s fresco y descarado. Muy por debajo en agresividad, derrotado en cada disputa, en cada asalto, blando y perdido. En plena tormenta, el polaco del a?o reba?¨® una pelota en el ¨¢rea con Pepe evitando su fuera de juego. El chico no solo tiene un hechizo como cazagoles, tambi¨¦n se los fabrica, como el tercero, en el que se gir¨® de maravilla ante Pepe, testigo otra vez de sus fechor¨ªas, y revent¨® la pelota en la red. Lo mismo que en el penalti, cuando el ¨¢rbitro interpret¨® que Alonso hab¨ªa atropellado a Reus. De la ejecuci¨®n se encarg¨® el hombre del partido con un disparo que dinamit¨® la pelota.
Pepe anduvo extraviado todo el partido ante las acometidas del polaco
Un sofoco continuo para los blancos, que no encontraban consuelo en nadie. Ni siquiera cuando Mourinho agit¨® el cesto y se encomend¨® sucesivamente a Di Mar¨ªa, Benzema y Kak¨¢, su distinguido fondo de armario. A la desesperada, sin partitura alguna, Ronaldo y Varane pudieron descontar la remontada que ahora precisa el Madrid. Su historia subraya que en su caso no hay utop¨ªas. Ese es su clavo ardiendo tras una noche funesta en Dortmund. Para llegar a Wembley, en nada deber¨¢ parecerse en Chamart¨ªn al que deambul¨® por Alemania, la tierra donde hoy florece el f¨²tbol como en ning¨²n lugar.
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