El Zaragoza es todo un superviviente

La historia est¨¢ de su parte una vez m¨¢s. Siempre le queda aliento, una vida extra, una partida gratis a este Zaragoza que se resiste al destierro desde hace a?os, ya con callo en situaciones desesperadas. Fichajes de emergencia, t¨¦cnicos revulsivos y puntos a ¨²ltima hora, un c¨®ctel tan comprometido como sabroso, tan taquic¨¢rdico como alarmante. Y cada curso tropieza con la misma piedra, lejos de la tranquilidad y Europa; escollo que se repite ahora porque al equipo de Jim¨¦nez se le escap¨® sin previo aviso ni sentido esa fogosidad contagiosa que destilaba al inicio de la temporada. El conjunto ma?o se crey¨® mejor que el Mallorca y super¨® un susto superlativo en el pen¨²ltimo tramo del duelo, cuando Roberto y Paredes no se entendieron y facilitaron el gol de Arizmendi. Pero nada descompone al Zaragoza, todo un superviviente.

Poco lo import¨® al equipo blanquillo que se le torciera el duelo de buenas a primeras, cuando un m¨²sculo de Loovens dijo basta en el calentamiento. Sali¨® Fern¨¢ndez para cubrir el costado y Sapunaru se reconvirti¨® al centro. Retoques que acentuaron el peligro del Mallorca, el pie de Giovani. Impulsado por Pina, el trampol¨ªn, Gio evidenci¨® que est¨¢ en permanente combusti¨®n desde que llegara Manzano al banquillo. As¨ª, de inicio, le ense?¨® la matr¨ªcula a Fern¨¢ndez, su pareja de baile, que perdi¨® en el reto de la carrera y solo lo detuvo con una segada de a¨²pa, con una cartulina amarilla. Y a la segunda, Gio levant¨® la cabeza, tambi¨¦n los brazos, y lanz¨® una falta teledirigida a la cabeza de un Hemed falto de compa?¨ªa. Gol y siesta del Mallorca; aguij¨®n de vitaminas para un Zaragoza que se regener¨® con la gallard¨ªa y el aliento de la grada.

Con Apo?o como tim¨®n y con la velocidad como espina, el Zaragoza se defini¨® con ataques cortos y pases largos, lejos de una composici¨®n bella, suficiente en cualquier caso para destripar a la zaga bermellona, con la autoestima y la l¨ªnea demasiado alta, ed¨¦n para la electricidad de V¨ªctor Rodr¨ªguez y Monta?¨¦s. El primero ote¨® el frente y asisti¨® en profundidad al segundo, ya solo ante Aouate, pillado a media salida. Gol de manual, contra perfecta. Y con el ambiente en ebullici¨®n, rein¨® el desparpajo y el ¨ªmpetu de Apo?o, tambi¨¦n una piller¨ªa malentendida por el colegiado que le mostr¨® amarilla al entender que simulaba un claro manotazo de Hutton sobre su cara. Nada que contrariara a Roberto, portero may¨²sculo que sac¨® dos manos a Hemed y Alfaro, ni a V¨ªctor Rodr¨ªguez, que volvi¨® a desempolvar el manual del centro hacia Postiga, que gir¨® el cuello y envi¨® el bal¨®n, mordido, a la red.

Replic¨® Gio con brillantez pero sin tino, hasta que el malentendido de Roberto y Paredes pareci¨® definitivo. No lo fue porque el Zaragoza, impulsado por un disparo certero de Rochina y un gol anulado al rival en fuera de juego, sac¨® el botiqu¨ªn de supervivencia. Un triunfo con suspense, una victoria en 16 encuentros, una vida extra. Como siempre.