El Stanley Matthews de la Real

El 6 de febrero de 1965, un magn¨ªfico futbolista ingl¨¦s se convert¨ªa en una leyenda del f¨²tbol mundial. Stanley Matthews jugaba su ¨²ltimo partido oficial con el Stoke City frente al Fulham, con el campo a reventar, con una caracter¨ªstica singular: ¡°El mago del regate¡±, como se le hab¨ªa apodado a aquel endiablado extremo, ten¨ªa 50 a?os y cinco d¨ªas, una edad inesperada para el f¨²tbol profesional entonces y ahora, que le vali¨® la condecoraci¨®n de Caballero del Imperio Brit¨¢nico. Pero en el Fulham, a?os antes, hab¨ªa jugado un futbolista que no pas¨® a la historia. Horace Harry Lowe hab¨ªa nacido en 1898 en Norwich y hab¨ªa triunfado con el Tottenham, primero, antes de llegar al m¨ªtico y rom¨¢ntico equipo del Craven Cottage. Pues bien, si Stanley Matthews se despidi¨® con 50 a?os del f¨²tbol profesional, precisamente ante el Fulham, Harry Lowe lo hizo con 48 a?os y 226 d¨ªas en un estramb¨®tico partido con la Real Sociedad frente al Valencia el 24 de marzo de 1935.

Harry Lowe hab¨ªa sustituido en 1930 como entrenador al m¨ªtico Benito D¨ªaz, que hab¨ªa emigrado a Francia para dirigir al Girondins de Burdeos. Lowe estuvo cinco a?os al frente del conjunto guipuzcoano, que hab¨ªa adoptado el nombre de Donostia Football Club en el per¨ªodo republicano. Sus resultados hab¨ªan sido desiguales. Desde un tercer puesto (no gan¨® el campeonato por la diferencia de goles en 1931) hasta quedar antepen¨²ltimo en 1932 con la singularidad de haber marcado m¨¢s goles que el campe¨®n de Liga. Se ve que el equipo no defend¨ªa con solvencia.

Lowe estuvo cinco a?os al frente del conjunto guipuzcoano, que hab¨ªa adoptado el nombre de Donostia Football Club en el per¨ªodo republicano

El 24 de marzo de 1935 la Real viaj¨® a Valencia con los 11 futbolistas que iban a disputar el partido. Como no hab¨ªa cambios y la econom¨ªa apretaba (de hecho, la Real se hab¨ªa desprendido de los mejores futbolistas por los crecientes gastos), viajaban los justos. Y ocurri¨® que uno de los jugadores se puso enfermo estando ya en la capital levantina. Harry Lowe solo ten¨ªa dos posibilidades: o jugar con 10 o alinearse ¨¦l como futbolista. Y opt¨® por lo segundo. ¡°Mejor con 11 que con 10¡±, dijo, aunque el und¨¦cimo fuera un futbolista de casi 49 a?os que hac¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada que no se calzaba las botas de jugador. Quiz¨¢s ah¨ª naci¨® el medio estorbo y su aportaci¨®n fue m¨¢s est¨¦tica y humana que futbol¨ªstica. Se puso las botas y los borcegu¨ªes de la ¨¦poca y salt¨® a Mestalla. La Real estaba de baj¨®n. Ya lo hab¨ªa estado antes, cuando la directiva, tras la mala campa?a de 1931-32, sali¨® en defensa del t¨¦cnico ingl¨¦s y culp¨® directamente a los futbolistas de los malos resultados.

El varapalo fue tremendo: 7-1. Solo era el principio del fin porque la Real firm¨® ese a?o el primer descenso de su historia tras quedar pen¨²ltima en la clasificaci¨®n. Lowe no sigui¨® al mando del equipo y fue destituido al t¨¦rmino de esa temporada. Eso s¨ª, a los 48 a?os y 226 d¨ªas de su nacimiento, tuvo el honor de dar la asistencia del ¨²nico gol del Donostia Football Club en ese partido.