Mourinho contra Mourinho
El m¨¢nager del Madrid necesita renunciar a los planteamientos conservadores que le caracterizan si ma?ana en el Bernab¨¦u pretende remontar el 4-1 encajado ante el Dortmund
Jos¨¦ Mourinho afrontar¨¢ ma?ana su sexto partido de semifinales de Liga de Campeones con el Madrid. En parte porque los anteriores cinco encuentros que ha dirigido han resultado en fracaso, en parte porque el rival, el Borussia Dortmund, le ceder¨¢ el bal¨®n de nuevo, y en parte porque el 4-1 encajado en la ida le obliga a una respuesta contundente, el m¨¢nager se encuentra ante una disyuntiva casi existencial. Probablemente sea su ¨²ltima oportunidad de alcanzar una final de Champions con el Madrid y la disposici¨®n atacante ineludible que requiere la remontada le empuja al conflicto interior.
Los jugadores madridistas creen que el Dortmund los esperar¨¢ atr¨¢s y los presionar¨¢ en su campo oblig¨¢ndoles a mover el bal¨®n en espacios reducidos para generar situaciones. Ante esta realidad ser¨¢ pr¨¢cticamente imposible contragolpear. Necesariamente, Mourinho deber¨¢ revisar sus principios, las leyes que cimentaron su trabajo durante los ¨²ltimos tres a?os en el Madrid. Deber¨¢ renunciar a ese planteamiento especulativo que le ha identificado como el abanderado mundial del f¨²tbol de contragolpe. Ese modo de preparar los partidos que le sirvi¨® frente al Bar?a le perjudic¨® en la ¨²ltima visita al Westfalenstadion.
En el descanso en Alemania pidi¨® a sus jugadores que aguantaran el 1-1
El mi¨¦rcoles pasado, cuando reuni¨® a sus jugadores antes del partido, Mourinho puso el ¨¦nfasis en el peso del objetivo a perseguir: un gol fuera de casa les dar¨ªa una ventaja crucial en la eliminatoria.
Las charlas de Mourinho en Dortmund recrearon un panorama sencillo. Como casi siempre. La redondez de los mensajes, la claridad de la idea expuesta, ha sido un punto fuerte del m¨¢nager y los futbolistas saltaron al campo persuadidos de que la misi¨®n que les encomendaba podr¨ªa cumplirse sin excesivos problemas. Bastar¨ªa con defender en bloque medio-bajo, esperando a que el rival cometiera alg¨²n error para golpear con dureza a la m¨ªnima ocasi¨®n. La f¨®rmula que tantos resultados le ha proporcionado al Madrid en la Liga hizo efecto en el minuto 43 cuando Cristiano marc¨® el gol del empate (1-1) tras una entrega errada de Hummels. Fue el gol que, seg¨²n los planes de Mourinho, allanar¨ªa el camino a Wembley.
En el descanso, el mensaje del m¨¢nager fue acorde a su satisfacci¨®n. El t¨¦cnico record¨® a sus hombres que el 1-1 era important¨ªsimo y que ahora deber¨ªan redoblar las vigilancias defensivas y cerrar l¨ªneas. Todos entendieron que ten¨ªan que dar unos pasos atr¨¢s para conservar el resultado. Fue un error. En los 45 minutos restantes el Dortmund consigui¨® un parcial favorable de 3-0, marcando el 2-1 y el 3-1 dentro del ¨¢rea, consecuencia del repliegue defensivo impuesto. Resultado ins¨®lito para una semifinal de Champions. El 4-1 final constituye pr¨¢cticamente una sentencia condenatoria para el Madrid que, para salvarse, se impone la invocaci¨®n del esp¨ªritu de Juanito, todo coraje, ant¨ªtesis de la prudencia defensiva que predica Mourinho.
M¨¢s all¨¢ de la vocaci¨®n propagand¨ªstica de los v¨ªdeos y las consignas que emite el club evocando las remontadas gloriosas de la d¨¦cada de Juanito, Camacho y Santillana, el 4-1 del Westfalenstadion supone una ocasi¨®n de revisi¨®n ideol¨®gica. La ¨²nica manera de salir del enredo parece coincidir con la pr¨¢ctica de un f¨²tbol que, para el paradigma de Mourinho, ha sido sin¨®nimo de anatema.
El t¨¦cnico no ha sabido replicar a un rival que le obliga a tener el bal¨®n
Florentino P¨¦rez sostiene desde 2010 que contrat¨® al mejor entrenador del mundo y le encarg¨® la conquista de una Champions como prioridad para recuperar la cumbre del f¨²tbol europeo. Pero en los cinco partidos de semifinales disputados hasta ahora el talento t¨¢ctico de Mourinho no ha resultado determinante. Contra el Bar?a en 2011, el Madrid perdi¨® 0-2 en el Bernab¨¦u despu¨¦s de especular con Pepe en el trivote, y, m¨¢s valiente, empat¨® 1-1 en el Camp Nou. Contra el Bayern perdi¨® 2-1 en M¨²nich despu¨¦s de intentar defender el 1-1 con Marcelo en el trivote, y gan¨® 2-1 en Chamart¨ªn antes de caer en los penaltis. La semana pasada en Dortmund, perdi¨® 4-1 y condicion¨® su pase a la final a una remontada quim¨¦rica. El balance de goles a favor y en contra del Madrid de Mourinho en semifinales de Champions es desalentador: 5-10 en contra.
No son pocos los jugadores del Madrid que cuestionan a su m¨¢nager por su conservadurismo en los momentos decisivos. La ¨²ltima medida perjudicial que se?alan los futbolistas fue situar a Modric en el medio campo (trivotando) en Dortmund, cosa que oblig¨® al desplazamiento de ?zil a la derecha, donde pierde capacidad creativa.
A fuerza de tomar precauciones, este Madrid se ha abocado a asumir un riesgo m¨¢ximo. Es lo que sucede cuando se impone ir a buscar al Dortmund a su campo con Lewandowski esperando el contragolpe. El escenario so?ado por Mourinho, pero al rev¨¦s.
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