Un ensayo a golpes
El Borussia Dortmund y el Bayern empatan en un duelo muy tenso que anticipa la final de Champions
Los finalistas de la Champions, el pr¨®ximo s¨¢bado d¨ªa 25 en Wembley, se buscaron las cosquillas en el Westfalenstadion (1-1), sin nada en juego en la Liga, ya ganada por el Bayern, pero con todo por decidir en la cita del a?o en Europa. Y s¨ª, hab¨ªa muchos suplentes, pero tambi¨¦n algunos titulares y puntos d¨¦biles a explorar por estos rivales tan encarnizados en los dos ¨²ltimos a?os. Subotic, por ejemplo, se trag¨® el gol de Mario G¨®mez, de cabeza, (m. 13), a un centro del lateral Rafinha. El delantero hispano-germano le pill¨® la espalda a Subotic y remat¨® con varios metros de libertad ante los gritos col¨¦ricos de Klopp, que no quiere regalos de ninguna clase. Hummels, suplente, se relajaba en el descanso ejerciendo de portero ocasional. Tambi¨¦n el Bayern reparti¨® alg¨²n regalo. Neuer pudo hacer m¨¢s en la volea de Grosskreutz que adelant¨® a Dortmund (m. 10). Le pas¨® por encima de la frente. Pero se reh¨ªzo en la segunda parte con una estirada monumental hacia su lado izquierdo, muy abajo, ante el disparo de penalti de Lewandowski, cuyo grave error fue correr hacia el bal¨®n sin levantar la vista del c¨¦sped. No vio el vuelo de Neuer, por supuesto.
G?tze fue un protagonista, aun en su ausencia, lesionado y llevado entre algodones para la final de Wembley. Los aficionados de la S¨¹dtribune le recordaron profusamente su traici¨®n, al haberse marchado al Bayern por 37 millones, con pancartas recrimin¨¢ndole que eligiera el dinero b¨¢varo antes que la fidelidad al Dortmund. Su participaci¨®n en la final de Champions, de producirse, disparar¨¢ las conjeturas y las interpretaciones. Eso s¨ª, Klopp est¨¢ seguro de su compromiso hasta el ¨²ltimo suspiro de la temporada.
Klopp se encar¨® con Sammer y Neuer le par¨® un penalti a Lewandowski
El partido se calent¨® en el segundo tiempo. Por culpa de un codazo de Rafinha a Blaszczykowski, expulsado el lateral brasile?o por doble amarilla en el minuto 64. La acci¨®n desencaden¨® la tormenta. J¨¹rgen Klopp le reproch¨® a Rafinha la agresi¨®n y Matthias Sammer, ahora director deportivo del Bayern y antes en todos los estamentos del Dortmund, se encararon en un momento de gran tensi¨®n dram¨¢tica. Sapos y culebras salieron de sus bocas antes de que el cuarto ¨¢rbitro, pasado el calent¨®n inicial, les obligara a darse las manos. Son los c¨®digos civilizados de la Bundesliga. Si uno pierde la cabeza, que solo sea por unos segundos. Fue el primero de una sucesi¨®n de choques. Lewandowski top¨® contra la frente de Boateng en uno de esos enfrentamientos m¨¢s propios del reino animal. La escena se reprodujo poco despu¨¦s entre Felipe Santana y M¨¹ller.
Solo Reus, con una cabalgada espectacular, embelleci¨® el final del duelo, dilapidado por un control horroroso de Schieber, que adem¨¢s dej¨® la pierna para golpear a Neuer cuando este le arrebat¨® el bal¨®n. Como en toda la tarde, la rudeza se impuso al f¨²tbol. Si bien al final Klopp recuper¨® la sonrisa. Y salud¨® uno por uno a todos, sus jugadores y los adversarios. En la pr¨®xima cita, en Wembley, no habr¨¢ ni tregua ni reservas. ?
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