El Valencia, sobrado en Vallecas

Al Valencia le sobr¨® tiempo e incluso espacio en el peque?o Vallecas porque ha llegado embalado al final de temporada, con un punto de armon¨ªa en su juego por el que cada cita es una excusa para divertirse. Muy por encima de la ansiedad de ir recort¨¢ndole puntos a la Real en la disputa por la pr¨®xima Champions. La pelea ser¨¢ ajustada hasta el final. Si la Real ya gan¨® en Vallecas hace apenas un mes, el Valencia no solo venci¨® sino que someti¨® al Rayo a una tormenta. Pese al correctivo, Los Bukaneros, detr¨¢s de una de las porter¨ªas, disfrutaron de la ma?ana soleada en una juerga permanente. ¡°Re-mon-ta-da¡±, gritaban a escasos instantes del final. La derrota no va a poder con ellos, por supuesto.

El Valencia fue un vendaval en la primera parte. A partir de la presi¨®n en cancha contraria, donde el Rayo trataba abnegadamente de salir jugando, con una inocencia en el intento que produc¨ªa ternura. Perd¨ªa el cuero y otra vez en pies de los delanteros de Valverde, aleccionados para morder en la yugular. Y atacar por todas partes, a toda velocidad. Oleadas en muchos casos desperdiciadas por la precipitaci¨®n de Piatti, con la autoestima tan baja que, en un ataque de tres contra uno (¨¦l, Soldado y Banega contra Amat) s¨ª, se la entreg¨® al defensor del Rayo. Aun as¨ª su movilidad fue decisiva para derretir a la zaga local, fundida tanto por la debilidad del centro de su defensa como por la de los laterales. Por el izquierdo se col¨® Feghouli antes de la lesi¨®n de Casado y despu¨¦s, cuando fue sustituido por Nacho. El lapso a la sombra pasado por el volante argelino, apartado de la alineaci¨®n por su bajo rendimiento, lo ha reactivado. Volvi¨® a ser tan incisivo como de antes de la Copa de ?frica.

Y de uno de sus requiebros por el extremo derecho naci¨® el primer gol. Figueras agarr¨® a Parejo para evitar su remate y aunque la jugada acab¨® en el tanto de Soldado, el ¨¢rbitro hab¨ªa se?alado el penalti. La grada de Los Bukaneros empez¨® a balancearse a derecha e izquierda para marear al lanzador, agitando los brazos, en un espect¨¢culo visual de primer orden, pero Soldado marc¨® con la templanza de siempre, raso y al costado contrario de Rub¨¦n. Abierta la espita, las llegadas se multiplicaron. Y algunas gestadas desde la zaga valencianista. Guardado lanz¨® una carga desde el lateral zurdo, tir¨® la pared con Piatti y, desde el pico del ¨¢rea, envi¨® para que Soldado solo hubiera de embocar.

Desde la media punta, Ever Banega fue indestructible para el Rayo. Acorazado por su t¨¦cnica y por ese corpach¨®n ahora s¨ª en forma de las ¨²ltimas jornadas. El conjunto de J¨¦mez apenas existi¨®. Delibasic marc¨® con la mano simulando haberlo hecho con la cabeza antes del final del primer tiempo. Enga?¨® al linier, pero el ¨¢rbitro destap¨® la a?agaza.

El Valencia perdi¨® v¨¦rtigo en el segundo tiempo. Pero Albelda y Parejo mantuvieron la serenidad. Y cuando Valverde retir¨® a Piatti por Cissokho y adelant¨® a Guardado, el mexicano se relami¨®. Despu¨¦s de un largo ataque donde Mathieu, el gran descubrimiento de Valverde como central, pis¨® con determinaci¨®n el ¨¢rea rayista. Su perseverancia encontr¨® el gol de Guardado. Y la tranquilidad del Valencia tras el trabajo bien hecho. Todos quieren participar del fest¨ªn. Y Valdez solo necesit¨® los ¨²ltimos cinco minutos para demostrar que nadie como ¨¦l saca tanto rendimiento de tan poco tiempo.